Se encuentra en Montero, rodeada de sus hijos y nietos que también cumplen la medida preventiva. Tuvo que volver desde Cobija para asumir la medida

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5 de mayo de 2020, 10:09 AM
5 de mayo de 2020, 10:09 AM

“Yo estoy bien, estoy sana. Dios es grande”, dice María Elba Pinckert, ministra de Medio Ambiente y Agua, que desde hoy entró en cuarentena, luego de que un familiar suyo diera positivo por coronavirus. 

La ministra cuenta desde su encierro que se enteró de la noticia mientras volaba hacia Cobija, donde es delegada presidencial para combatir esa enfermedad y pidió cambiar el destino del vuelo para aislarse junto a sus familiares, por responsabilidad. 

Tras difundirse en Montero que en su entorno familiar había un caso positivo, en el pueblo se comenzó a correr la voz de que nadie compre en el negocio familiar de los Pinckert, un supermercado. Afligida por esta campaña negativa, la ministra aclara que la semana pasada compró un equipo de desinfección por ozono para su negocio y el supermercado está desinfectado por ionización. “Quería comprar el equipo para el hospital, pero me sugirieron que no lo haga porque soy autoridad”, dice. 

Ahora, la ministra espera los resultados de las pruebas a ella, a sus hijos y a sus padres, mientras se encuentra aislada en compañía de sus hijos y nietos. “Ayer nos hicieron las pruebas a mis padres y a mí. El resultado saldrá mañana o pasado. Todos estamos bien”, dice, con la voz algo quebrada por la preocupación. “No hemos tenido contacto con los contagiados”, dice.

Asegura que pese al aislamiento sigue cumpliendo con sus tareas en Cobija, que dejó allá un equipo bien conformado y que coordina todo por teléfono. Informó que ha encontrado muy buena colaboración de parte del alcalde y del gobernador de Cobija y que también se dedica a tratar de ayudar a Montero.

Por ejemplo, esta semana dejó 2.000 kilos de cloro para continuar con la desinfección de Montero, una de las regiones más afectadas por el coronavirus en el país, con 279 casos reportados hasta ayer. Además, ha gestionado con Francia equipos de bioseguridad para los recolectores de basura y alimentos para la población en general. 

Mientras espera el resultado, ella, su familia y los trabajadores del supermercado, consumen agua ionizada y confían en no estar contagiados.