El cacerolazo nocturno seguirá todos los días, afirmaron representantes de la capital norteña. El plazo de entrega del complejo es hasta noviembre, según un funcionario que trabaja en la obra de más de 20.000 metros cuadrados

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10 de mayo de 2020, 14:16 PM
10 de mayo de 2020, 14:16 PM

Vecinos de Montero han protestado por dos noches consecutivas (viernes y sábado) haciendo sonar sus ollas exigiendo a las autoridades de Gobierno la entrega inmediata del hospital de tercer nivel que se levanta en la doble vía Montero-Guabirá, ante la urgente necesidad de utilizarlo en la lucha contra el coronavirus, enfermedad que está golpeando duro a esta región norteña.

La exigencia pública, autoconvocada por los habitantes montereños por medio de las redes sociales, obedece a que este municipio padece una crisis sanitaria sin precedentes a consecuencia del Covid-19, situación que lo ha llevado a encabezar la calificación de riesgo en el departamento de Santa Cruz.

“La gente se convocó por las redes sociales y casi todo Montero salió a la puerta y golpeó las ollas, porque resulta que tenemos un hospital con 12 respiradores y no lo entregan hasta la fecha. Tenemos la necesidad de abrir este centro porque Montero es el municipio más golpeado del país hasta ahora por el Covid, tomando en cuenta su índice poblacional, con infectados y fallecidos y es al que menos se le ha dotado de equipamiento”, lamentó Regys Medina, expresidente del Comité Cívico.

A decir de Medina, autoridades de Gobierno vienen mintiendo a la población con las fechas de entrega del nosocomio. Marcaron el traspaso para el 31 de enero y luego para el 15 de abril, pero hasta el momento la obra sigue en manos de la constructora.

Para el ex-cívico, causa molestia que ningún gobernante dé una explicación razonable sobre el retraso en la entrega del hospital, motivo por el que muchas personas, incluidas autoridades montereñas, piensan que se trata de un asunto político.

“Lo que molesta es que tenemos un gobernador que es montereño (Rubén Costas) y una ministra montereña (María Elva Pinckert) y no puede ser que hasta ahora no se entrega el hospital. Creo que les ha molestado cuando el alcalde (Miguel Ángel Hurtado) dijo que pidió apoyo a las autoridades y le respondieron que él no apoyaba a Jeanine. Eso molesta a la gente porque no es momento de hacer política, no es momento de hacer campaña, si no de tratar de salvar la vida y la salud de las personas”, manifestó Medina.

Madura una huelga de hambre

Adela Ortiz, representante de Derechos Humanos, que forma parte de la red de dirigentes que han gestado el cacerolazo domiciliario, señaló que se pide el funcionamiento del complejo hospitalario y la instalación de un laboratorio para pruebas de Covid-19. Aseguró que la protesta continuará todos los días y, si no hay respuesta, entrarán en una huelga de hambre hasta conseguir la entrega del centro médico.

“La decisión de la huelga está en nuestras manos. Estamos dialogando con los distintos dirigentes vecinales, porque no puede ser que Montero, que ha sobrepasado los 300 casos de Covid-19, teniendo la infraestructura del hospital de tercer nivel, no pueda contar con ella. Si no lo habilitan, es por política, por falta de coordinación entre los tres niveles de gobierno o por incapacidad de las autoridades”, soltó Ortiz.

Desde dentro del hospital

Hace unos días, el alcalde Miguel Ángel Hurtado exigió también la entrega de la infraestructura hospitalaria edificada por el gobierno de Evo Morales y criticó al gobierno actual que se esté manejando políticamente el asunto, al punto de que se estaría cambiando el color de pintura del centro.

“Siguen pintando el hospital. Estaba de color azul y lo han pintado de color del partido de Jeanine y no lo terminan hasta ahora”, señaló el burgomaestre en parte de una entrevista con EL DEBER hace cuatro días.

En proyecto ‘llave en mano’ para el diseño, construcción, equipamiento, formación y mantenimiento del Hospital de 200 camas de Montero, está a cargo de la constructora Makiber. Allí, un empleado que pidió el anonimato, explicó que la entrega del complejo está dentro del plazo, pues vence en noviembre de este año.

El portavoz comentó que, por la buena voluntad de la empresa, hubo la predisposición de entregar la obra el 31 de enero de este año, pero reveló que no se pudo por un montón de trabas administrativas.

“Como todo proyecto, la obra fina exige muchos detalles que corregir, más en este complejo de más de 20.000 metros cuadrados de construcción. Por ejemplo, la instalación del acelerador lineal ha tardado tres meses, así se van alargando los tiempos”, explicó.

La edificación tiene un equipo de supervisión residente; es decir que el trabajo del personal es controlado todos los días. Dichos supervisores son herencia del gobierno de Evo Morales y, en muchas ocasiones han puesto trabas a algunas actividades laborales que hacen pensar que las hicieron por temas políticos, pues son verificadores abiertamente masistas, aseguró la fuente de información.

Desmiente el repintado de los ambientes

Sobre las afirmaciones de que se estaba cambiando el color de los ambientes del sanatorio, el funcionario negó tal cosa y aseguró que los colores fueron definidos mucho antes conjuntamente con la supervisión, lo cual se puede corroborar con imágenes, en las que se ve al expresidente Morales y algunos de sus colaboradores en los pasillos, en una visita oficial al predio.

“No es pintura, es un revestimiento especial que se utiliza para obras hospitalarias. La planta baja es color naranja oscuro; el primer piso es de color azul y el segundo piso, es color verde claro, casualmente del partido del actual gobierno. He leído comentarios fuera de la realidad y he bromeado con mis amistades que en ese hospital hay colores para todos los gustos. La planta baja sería de Carlos Mesa, el primer piso del MAS y el segundo piso, de Jeanine Áñez. En realidad, es para identificar los niveles, no por fines políticos. Por ejemplo, los quirófanos son de color celeste. Hay colores de Bolívar, de Oriente, de Guabirá, si queremos llevarlo al plano futbolero”, concluyó el empleado.