Con suma prudencia y luego de casi dos meses, en Francia de a poco salen del encierro que provocó la pandemia

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11 de mayo de 2020, 12:46 PM
11 de mayo de 2020, 12:46 PM

A partir de este lunes, los franceses salen de casi dos meses de confinamiento con suma prudencia por temor a una segunda ola que los expertos estiman posible. Prueba de ello son las restricciones en las zonas verdes, las cuales siguen siendo estrictas a pesar de que el impacto de la COVID es menor.

Una zona es clasificada verde en el mapa de desconfinamiento porque el número de casos de coronavirus y la tensión en los servicios de terapia intensiva es menor que en aquellos departamentos que figuran en rojo, entre otros criterios.

Son, pues, zonas menos golpeadas por la COVID. Los habitantes de esas zonas no van a gozar a partir de este lunes, sin embargo, de grandes ventajas.

Es cierto que además de pasear en los bosques, como los habitantes de las zonas rojas, tendrán acceso a parques, jardines y algunos lugares turísticos.

Los centros comerciales de más de 40.000 metros cuadrados instalados en las zonas verdes podrán abrir, lo que no es el caso en París y su región.

Pero en ambas zonas, los bares, los cafés, los restaurantes y cines, permanecerán cerrados, por ejemplo. Incluso las playas tampoco serán abiertas en los departamentos verdes, si bien las autoridades locales pueden tomar la decisión de hacerlo.

La mayor diferencia tiene que ver con la reapertura de los colegios, la cual se hará primero en los departamentos verdes.

Pero ya lo advirtió Macron: estos departamentos no deben bajar la guardia y sus habitantes deben evitar mezclarse con los de los rojos.

De hecho, en un departamento verde, la Nueva Aquitania, surgieron recientemente dos focos de infección: uno de ellos relacionado con profesores que se reunieron para preparar el regreso a clases; el otro, los funerales de una familia numerosa a finales de abril.