Para el embajador de Ciencia y Tecnología, alguien tiene que haber dicho "estos respiradores sirven". Reconoce que el capitán del barco es el ministro Navajas y, por lo tanto, es él quien debe rendir cuentas. La orden de compra se firmó el 8 de mayo y estos llegaron seis días después

20 de mayo de 2020, 13:53 PM
20 de mayo de 2020, 13:53 PM

Mohammed Mostajo, embajador de Ciencia, Tecnología e Innovación, que es a su vez doctor en biología molecular y celular, llegó al país el 21 de marzo a pedido de la presidenta Jeanine Áñez. Vino para asesorarla en la estrategia contra el Covid-19, por ello es parte del Comité Científico. Ante la polémica por la compra con sobreprecio de los 170 respiradores, Mostajo aseguró que no tuvo nada que ver en el proceso de licitación, adjudicación y compra. 

Mostajo habló en extenso con EL DEBER y manifestó, entre otras cosas, que él fue uno de los primeros sorprendidos con la compra de los respiradores, que se enteró sobre la hora y que tampoco estaba al tanto de las características de los mismos. Reveló que los 170 respiradores fueron comprados en tiempo récord -el 8 de mayo se hizo la orden de compra y el jueves 14 ya estaban en territorio nacional-, todo bajo la orden del ministro de Salud, Marcelo Navajas, quien es el que firma la orden de compra.

Sobre quién eligió ese tipo de respiradores, el proveedor y el precio, el embajador cargó la responsabilidad al comité de biomédicos de la agencia dependiente del Ministerio de Salud, Aisem (Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento Médico).

Diferenció que los 500 respiradores que él anunció en las redes sociales se negociaron a finales de marzo cuando la Organización Mundial de Salud (OMS) dijo que íbamos a necesitar unas 433 camas de terapia intensiva para el Covid-19 y Bolivia redondeó a 500, para lo cual requirió de los 500 nuevos equipos. 

En abril se anunció la compra, misma que se hizo en la gestión del entonces ministro Aníbal Cruz. La otra compra, la de la polémica por los 170 respiradores, la hizo el actual ministro Marcelo Navajas. “Ni siquiera fue la misma unidad la que compró. La primera fue de la Unidad de Gestión de Programas y Proyectos (Ugespro), que compró los 500 respiradores, mientras que Aisem compró los 170”, manifestó Mostajo.

-¿Usted tuvo algo que ver en la selección de los respiradores o los recomendó?

No, como Comité Científico solo vemos estrategias, como decir ‘esto pasará si flexibilizamos la cuarentena’, con eso la presidenta toma las decisiones o también damos recomendaciones sobre qué es lo que el país necesita. Las unidades de compra Ugespro y Aisem tienen su propio comité de biomédicos, ellos son los que ponen las especificaciones y analizan cada oferta que llega. Luego presentan un informe técnico y dicen esto cumple los requisitos o no.

Ellos deben hacer un análisis de cada oferta y una comisión dentro de ahí mismo es la que escoge a la empresa, por tiempo de entrega, por costo, etc.

Una vez pasa ese filtro se adjudica y se va a la entidad financiadora para una nota de no objeción. Esta entidad financiadora puede ser el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (C AF), etc. Ellos hacen su propio chequeo de lo técnico, de la empresa y su caja de flujo. Si ellos no lo ven correcto, lo rechazan.

-Entonces, tendríamos que apuntar a los biomédicos de las agencias del Ministerio de Salud…

Ellos son los que tienen que preparar el informe técnico, así haya una orden de compra directa. Alguien tiene que haber dicho 'estos respiradores sirven'. No olviden que había una orden de compra directa de parte del Ministro de Salud.

-Aunque exista una orden de compra directa, no se puede saltar el informe técnico que chequee el tipo de equipo, la marca y costo, ¿cierto?

Correcto. Así exista esa orden, un biomédico tiene que dar el okey. Alguien tiene que haber dicho 'estos respiradores sirven'.

-¿Ugespro y Aicem son dependientes del ministerio o son autónomas?

Ambas son unidades del Ministerio de Salud. Tienen cierto nivel de autonomía, pero al final y al cabo el que tiene que firmar el contrato es el Ministro de Salud.

-¿El Ministerio sabía qué se estaba comprando y a qué precio?

Correcto.

-¿Cuál fue su impresión cuando vio en redes las reacciones de los médicos que reclamaban que los 170 respiradores no sirven para terapia intensiva?

Mi primera impresión fue de confusión porque el ministro Navajas es neumólogo, él hace las compras con la experiencia necesaria. Eso se compró un domingo (10 de mayo) y llegaron los respiradores el jueves (14 de mayo), yo recién el miércoles (13 de mayo) me enteré que llegaba un avión con respiradores y no sabía ni de qué tipo eran y estaba a la espera de verlos, obviamente todos estábamos ansiosos. 

El ministro Navajas es un especialista en pulmones y tiene como 40 años de experiencia específicamente con esta parte del cuerpo, que es la que necesita el respirador, confío en que él sabe lo que se ha comprado.

Si la Sociedad de Intensivistas y otros están en desacuerdo, pues bueno, es un desacuerdo entre profesionales especialistas en la misma área. Para mí fue, por lo tanto, algo confuso. Por un lado, se tiene a una persona con 40 años de experiencia diciendo esto sirve y por otro, otros especialistas que dicen que no.

-El tiempo dio la razón a quienes dijeron que los 170 respiradores no sirven para la terapia intensiva, y que son solo una solución momentánea para mantener con vida al paciente hasta que se lo pueda conectar a un respirador más complejo…

Eso es lo que dicen, yo neumólogo no soy, tampoco médico, no puedo dar esa respuesta porque no me corresponde. Pero también debo decir que la orden de la presidenta fue no solamente 'respondan a la pandemia', sino 'déjenme un sistema de salud íntegro'. Eso incluye salas de internación intermedias e intensivas, me imagino que el ministro los compró con la intención de dotar a las salas de terapia intermedia.

-Cuando la presidenta vino a entregar los respiradores al Hospital Japonés, ¿no debió aclarar que se trataba de respiradores básicos y diferenciarlos del otro lote que llegaría para la terapia intensiva de los pacientes con coronavirus? El ciudadano de a pie pensó que la solución ya había llegado y que los respiradores estaban listos para enchufarse a la terapia intensiva… al comprobar que no es así se pierde la confianza en las autoridades o por lo menos hay ahí una mala comunicación hacia el pueblo…

Estoy de acuerdo, hay un problema en tema comunicacional y malinterpretación de la sociedad, pero eso es algo que lo ven los asesores de la presidenta y del Ministerio de Comunicación, no yo, para empezar, yo no estaba ahí.

-¿La sospecha de sobreprecio es algo que dentro de la esfera de Gobierno ya se estaba analizando o surgió después de las denuncias en redes sociales?

No sé qué decir porque el Ministerio de Salud está en un edificio aparte, en una zona aparte, no estoy diariamente yendo al Ministerio, médico no soy, de los precios tampoco sé algo. Imagino que en el Ministerio debe haber habido discusiones, pero miento si digo que sé algo. Repito, el miércoles me enteré que los respiradores llegaban el jueves. No sabía qué respiradores llegaban ni quién los había comprado. A mí me tomó de sorpresa la compra de esos respiradores.

-Usted fue de los primeros en anunciar que Bolivia tendría 500 nuevos respiradores, la gente asume que entonces estaba al tanto y no solo eso, sino que tuvo que ver con la adquisición de estos, pero resulta que fueron una sorpresa para usted…

Yo soy un vocero del Gobierno, hay diferentes voceros en esto, por ejemplo, el epidemiólogo no va a verificar que cada fallecido está realmente muerto para ir a dar el informe diario. A mí me dijeron vas a ser el vocero técnico de estas compras que se han hecho, me pasaron lo que tenía que anunciar y lo dije (en referencia al anuncio de los 500 respiradores).

Debo decir que el anuncio del 1 de abril (sobre los 500 nuevos respiradores) es independiente del anuncio del 8 de mayo (170 respiradores). En el del 1 de abril estábamos en los tiempos de Aníbal Cruz y es una compra hecha por la Ugespro, que ya han empezado a llegar y no tiene nada que ver con la compra de mayo (170 respiradores observados). Esta última compra sale de una orden del ministro del viernes 8 de mayo, que hasta el domingo 10 estaban pagados y el jueves 14 ya estaban aquí.  Esos días yo estuve en Beni, Sucre y Tarija atendiendo el tema de la instalación de los laboratorios. Llegué a La Paz y me enteré que estaba llegando un avión con los respiradores.

-Se espera que gente capacitada y entendida sea la que asesora en las compras, los profesionales de terapia intensiva, que todos los días van a tratar con los pacientes, esperaban ser los primeros consultados sobre los equipos que necesitan, resulta que no se hizo esto. En su lugar un staff de biomédicos son los que tomaron las decisiones… ¿Por qué?

Los biomédicos son dependientes del Ministerio de Salud y en las comisiones ellos tienen toda la potestad de invitar a personas externas a evaluar, yo tenía entendido que habían invitado a intensivistas y otros, pero de nuevo, desconozco lo que pasa a puertas cerradas de un ministerio que es independiente a mi oficina. Ni siquiera estamos en el mismo barrio. En realidad, la potestad aquí la tiene la Aisem, la potestad de decidir invitar a médicos especialistas, consultores, etc., eso lo deciden ellos.

-¿El ministerio solo tiene estas dos agencias?

En realidad son tres: Ugespro, Aisem y Ceas, esta última es casi irrelevante ahora porque no les ha llegado financiamiento. En una situación normal, la Ceas (Central de Abastecimientos y Suministros de Salud) es la única agencia que puede comprar a proveedores extranjeros y revender a los municipios y gobernaciones.

Ahora la mayoría de la plata está en Aisem. Ugespro ya usó todo el dinero que tenía en la primea compra (de 500 respiradores) y ahora Aisem tiene el fuerte de la plata, aunque desconozco la cantidad. Esta agencia es la que ahora maneja todo el presupuesto de lo que faltaría comprar, plata que es prestada por instituciones internacionales.

Con el decreto de ampliación de facultades al Aisem - hace más o menos unas tres semanas atrás- se le permite comprar medicamentos, reactivos y otras cosas. Desde marzo ha habido tres directores del Aisem. El primero fue Carlos Gutiérrez, luego Édgar Subirana y Giovanni Pacheco entró después del ministro Navajas (hace dos semanas). Aisem tiene una oficina completamente separada del Ministerio de Salud, están en la plaza España.

-¿Diría que la investigación se tiene que ampliar a los funcionarios de Aisem?

Al final el capitán del barco es el ministro Navajas, es él quien debe dar los detalles y decir quiénes trabajaron con él.

-Su nombre como parte del Comité Científico y como asesor de la presidenta quedó en entredicho, ¿qué le dice a los bolivianos?

Ya he dejado muy claro que en el proceso de licitación, adjudicación y compra no tengo absolutamente nada que ver. Mi trabajo es de estrategia de Estado en respuesta a una pandemia que teníamos que afrontar con el peor de los pronósticos posibles y que en contrapartida ha salido felicitada a nivel internacional. Nadie me puede decir que estamos a tres días de estar como Guayaquil, pese a que la población no está ayudando como debería estar ayudando.

-¿No estaba al tanto de esta compra del ministro, no lo aconsejó?

No es que el ministro nos llama todos los días y nos consulta sobre lo que va a hacer. De vez en cuando, el único día a la semana que se reúne el Comité Científico, coincidimos en la reunión y nos hace una actualización de lo que ha hecho, si es que no se sale porque tiene una entrevista después. No es que diariamente me llame y me diga: mirá Mohammed, compramos esto. A mí no me corresponde ni siquiera preguntarle, menos fiscalizarle. Me parece bien que haya salido a dar las explicaciones correspondientes por algo que ha levantado la sensibilidad y que le corresponde claramente a su gestión.