Algunos estados, como San Pablo y Río de Janeiro, ya empezaron a flexibilizar medidas, pese a que todavía no han alcanzado el pico de contagios y a las advertencias de la Organización Mundial de la Salud y de epidemiólogos

3 de junio de 2020, 16:56 PM
3 de junio de 2020, 16:56 PM

El gobernador de Bahía impuso a partir de este miércoles un toque de queda nocturno en 19 municipios del sur de ese estado brasileño, para tratar de frenar la propagación del nuevo coronavirus en el nordeste del país.

El toque de queda regirá hasta el 9 de junio, desde las 18 horas hasta las 5 de la mañana, precisó el gobernador, Rui Costa.

Además, el gobernador determinó el cierre de todos los comercios y servicios no esenciales en toda esa zona.

"Es necesario y urgente imponer mayores restricciones después de registrar tasas extremadamente altas (de infección)" en el área, explicó.

"Si no actuamos, podríamos ver una explosión de casos y una explosión en la demanda de camas en unidades de cuidados intensivos, que no podremos atender", agregó.

La alternativa, dijo, es "un gran número de muertes" en Bahía, que ya suma más de 21.000 casos y 700 decesos.

El área afectada por el decreto se encuentra en la frontera entre las dos regiones brasileñas más afectadas por Covid-19: el sudeste y el nordeste.

La pandemia comenzó en Brasil en el sudeste, el corazón comercial e industrial del país.

Esa región, que comprende las ciudades de San Pablo, la más poblada del país, y Río de Janeiro, sigue siendo la que registra más casos, tanto de contagios -más de 200.000 sobre un total de 555.000- como de muertes, con casi 15.000 sobre 32.000.

El nordeste (con ciudades como Salvador, Pernambuco y Fortaleza), la región más pobre de Brasil, es la segunda, con cerca de 195.000 casos y 10.000 muertos.

Los expertos afirman que los números reales son probablemente varias veces más altos, debido al número insuficiente de pruebas de diagnóstico.

Las autoridades sanitarias sospechan que las propagación del virus se ve estimulada en parte por los trabajadores pobres originarios de esta región, que regresan a sus hogares debido a la paralización de la economía por las medidas de distanciamiento social aplicadas en el sudeste.