Los delitos que continúan golpeando a la población tienen que ver con los robos que cometen las personas en situación de calle. La Policía trabaja en los patrullajes preventivos, para evitar que el número de casos aumente en la cuarentena

15 de junio de 2020, 7:37 AM
15 de junio de 2020, 7:37 AM

Desde mediados de marzo, el país comenzó a experimentar medidas de aislamiento y de bioseguridad, para evitar un mayor impacto del coronavirus en las regiones y en el país. Se pidió a la población que se quede en casa y los locales de expendio de bebidas alcohólicas quedaron sin parroquianos.

Pero las medidas de bioseguridad lanzadas por las autoridades también tuvieron un fuerte impacto en los hechos delictivos que se denunciaron en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), ya que las estadísticas de los casos atendidos hasta mayo muestran una clara baja en todos los hechos delictivos, pero muy particularmente en los robos, hurtos y atracos.

Por ejemplo, entre enero y febrero los investigadores policiales recibieron 784 denuncias de robo. Pero entre marzo, abril y mayo, la sumatoria de casos solo alcanza a los 505, siendo el mes de mayo el que menos causas tuvo en las oficinas de la Felcc con 68 hechos ocurridos.

Si bien la cifra muestra una disminución en las estadísticas, los vecinos que viven en los alrededores de zonas como los defensivos del río Piraí creen que esos números en sus casos se incrementaron, ya que apuntan que los drogodependientes o personas en situación de calle adictas a las drogas, ante la necesidad de conseguir dinero para comprar su vicio, se lanzan a los barrios cercanos y roban lo que pueden para luego venderlo o canjearlo por droga.

“Mucha gente a la que le robaron la bicicleta que dejó en la puerta de su casa, prefirió no hacer denuncia ni nada, porque muchos sienten que al final les saldrá más caro seguir un proceso que comprarse una nueva”, aseguró Abelardo Garnica, una persona que vive a pocos metros del inicio del barrio Equipetrol.

Julia Castedo, que vive por la misma zona, reconoció que la cantidad de hechos delictivos bajó en toda la ciudad porque las familias ahora están en sus casas y eso sumó a esta situación. “Ahora puej no hay boliches para que los maleantes se pongan a beber y luego salgan a robar a la gente que se cruza en su camino”, agregó.

La afirmación de la señora Julia, dueña de una venta de barrio, también encuentra en los datos estadísticos un respaldo, ya que entre enero y febrero se registraron 422 casos de lesiones graves y leves, hechos que en el 90% de los casos ocurren cuando un grupo de personas estaba consumiendo bebidas alcohólicas y se generan peleas que derivan en que uno de los implicados queda herido.

Entre marzo, abril y mayo, la cifra se redujo a casi la mitad con 237 denuncias, siendo el mes pasado donde menos de estos hechos registró la Felcc, con solo 34 denuncias presentadas.

En el caso de los hurtos, delito que es tipificado penalmente por aquel robo que no ejerce ningún tipo de violencia y se vale principalmente de la distracción u olvido de la víctima, también se redujeron a la mitad. En los primeros dos meses de este año se contabilizaron 447 denuncias de hurto, mientras que de marzo a mayo solo hubo 185 casos.

Atracos violentos

La cifra de atracos violentos, aquellos que los delincuentes los ejecutan con el uso de armas de fuego y en muchos casos donde las víctimas han perdido la vida, entre enero y febrero sumaron 148 casos, mientras que en los últimos tres meses la cantidad bajó a 80, un poco más del 50%.

Las autoridades policiales indican que esta disminución se debe a la mayor presencia de agentes en la ciudad, además de la ausencia de puntos donde se mueven grandes cantidades de recursos, como los bancos o los grandes comerciales, que son lugares que buscan los asaltantes para ‘golpear’.

Un elemento que se une a esta situación, de acuerdo con los análisis de los investigadores, es que hay pocas bandas extranjeras en la ciudad, ya que al estar cerradas las fronteras para el ingreso de extranjeros, ha favorecido para que no se armen bandas de asaltantes avezados, como en otros momentos.

Otros delitos que han reducido al mínimo su incidencia en la ciudad, de acuerdo con la estadística de la Felcc, son las estafas, que iniciaron el año con 131 casos y en mayo cerraron con solo 8 denuncias. Algo similar ocurre con las amenazas, que terminaron enero con 62 casos (un promedio de dos por día), mientras que en mayo la cifra bajo a solo 7 denuncias.