La entidad matriz del sector privado advierte que las compañías están al borde del colapso. En la industria dicen que solo un 1,8% sumará personal

22 de junio de 2020, 7:48 AM
22 de junio de 2020, 7:48 AM

El dibujo de un hombre desnudo asustado con el siguiente cartel: “Sin plata, sin trabajo y con familia que alimentar”, y al lado suyo varios brazos que representan las cuentas que debe pagar, refleja -aunque quizás de forma exagerada- la situación del empleo formal en Bolivia en tiempos de coronavirus. La llamada crisis del Gran Confinamiento dio un duro golpe a la economía y aunque el Gobierno estableció que nadie sea despedido mientras dure la emergencia sanitaria, las empresas colapsan. 

De hecho, algunas firmas dedicadas a reclutar personal indicaron a EL DEBER que varias compañías dejaron de contratar. Las cifras del sector industrial señalan que para este año solo un 1,8% de las fábricas prevé contratar nuevo personal. 

Esta realidad es más evidente en el Parque Industrial de Santa Cruz. Ahí, varias personas preguntan si existe algún espacio en las diferentes oficinas. La respuesta es: “No, no están contratando, para en otra”. La realidad se refleja también en los titulares de los medios que informan sobre el retiro de personal. La mayoría de las compañías habla de ‘retiro voluntario’ de sus trabajadores, una manera de referirse a las desvinculaciones.

Desde el sector empresarial admiten esta realidad. El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, señaló que en la actualidad muchas compañías, especialmente pequeñas, suspendieron sus actividades por ausencia de mercados, y otras están a punto del colapso.

En el último mes, precisó Barbery, dos firmas industriales de Cochabamba y La Paz, más de 600 unidades del sector avícola, cerca de 400 agencias de viaje y 2.000 empresas del sector hotelero anunciaron la suspensión de sus actividades.

“En cada uno de los casos hay empleo afectado y no se trata de despidos por decisión de los empresarios, sino simplemente porque las empresas colapsan”, explicó Barbery.

El máximo dirigente de los empresarios del país agrega que de momento no hay datos sobre los retiros voluntarios porque es una situación que cada empresa resuelve con sus trabajadores. Eso sí, sostuvo que si la crisis se ahonda o se prolonga, los efectos sobre la producción y el empleo serán más graves.

Ibo Blazicevic, presidente de la Cámara Nacional de Industria (CNI), con cifras en mano, detalló que un 73% de las firmas industriales reducirá su personal y solo un 1,8% aumentará su planilla en la gestión 2020. El dato surge de una encuesta realizada por la CNI entre 464 de sus asociados a escala nacional.

El industrial dijo que desde mayo de 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) del sector ingresó a una fase recesiva con una tasa de decrecimiento del -7,3%, que es la más baja de las últimas cuatro décadas.

EL DEBER hizo las consultas a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) acerca del comportamiento del número de aportantes durante la pandemia, pero no hay datos actualizados porque las empresas tienen hasta el 30 de junio para presentar las planillas de salarios de marzo, abril y mayo.

 De acuerdo con una encuesta de Captura Consulting a 700 personas en el eje central, el 46% de los consultados teme perder su empleo y un 20% de los empresarios está seguro de quebrar.

Empleos estancados 

La pandemia hizo que algunas empresas frenen sus procesos de contratación. Así lo explica Carmiña Paz, gerente general del Centro LUÁ,  dedicado al reclutamiento de talento humano.

En este contexto, Paz sostuvo que los procesos de selección disminuyeron y que se están dando tres situaciones: primero, que algunas empresas han dejado en ‘stand by’ procesos iniciados antes de la cuarentena, otras continúan, pero muy pocas buscan personal en estos meses.

En esta nueva realidad, dijo que las organizaciones buscan profesionales que se adapten al cambio, que estén dispuestos a nuevos aprendizajes, a nuevos retos ligados a la tecnología, creatividad e innovación.

Hoy, los perfiles, según Paz, deben contar con competencias como la habilidad de comunicación, enfoque en resultados y también en capacidad de análisis, inteligencia emocional y orientación al servicio, entre otras.

Un criterio similar vertió Aldana Fernández de Córdova, country manager de Great Place To Work y experta en el reclutamiento de recursos humanos, al afirmar que así como algunas empresas cierran espacios laborales, también abren otros.

En este escenario, según Fernández de Córdova, algunas firmas han generado nuevos espacios laborales donde antes no existían, como las áreas de digitalización y de transformación. “Las empresas que contrataron, en su mayoría, se debe a que han abierto nuevos cargos y lo hacen por la necesidad de trabajar de forma virtual”, dijo.

Otras compañías capacitaron a su personal con nuevas habilidades para que puedan mantenerse dentro de la estructura. “Ahora están primando las habilidades en  tecnología, marketing, comunicación, ventas y desarrollo de páginas web. Las empresas han tenido que actualizar sus negocios”, sostuvo.
En la nueva realidad, algunas compañías anularon cargos administrativos y de jefatura. “Por ejemplo, se recortaron todas las cadenas de autorizaciones para que la gente tenga más autonomía”, dijo.

El rumbo de las empresas apunta, según la experta, a tener organizaciones menos verticales, donde las personas, con ciertos límites, tengan la capacidad de decidir de forma rápida para que no se pierdan oportunidades en el mercado.

Pymes, en emergencia

Mientras algunos sectores en el mundo corporativo apuntan a diversificar y transformarse, en el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (mypes) sienten los efectos de la pandemia en sus bolsillos. Si bien existen dos facciones de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, una comandada por Néstor Conde y otra por Agustín Mamani, ambos coinciden en que por la pandemia se perdieron más de dos millones de empleos. Además, revelan que unas 450.000 unidades productivas están al borde del colapso.

Plan de emergencia

El Gobierno, a través del Ministerio de Desarrollo Productivo, informó que el equipo económico del gabinete de la presidenta Jeanine Áñez desarrolla un plan para enfrentar la crisis. Si bien toda esta estrategia todavía no ha sido anunciada, el ministro del área, Óscar Ortiz, afirmó que uno de los objetivos del Gobierno es salvar la economía del país.

En ese sentido, dijo que el Ejecutivo contempla la aplicación  de un plan de empleos que en un periodo de dos años prevé generar hasta 600.000 fuentes de trabajo.

Además, el ministro de Economía, José Luis Parada, indicó que el Gobierno usó el equivalente al 13,7% del Producto Interno Bruto (PIB) en medidas monetarias y fiscales. Y precisó que se destinó Bs 3.500 millones para créditos a empresas y al programa de apoyo al empleo