Europa y sus vecinos relajan las medidas contra el coronavirus, al mismo tiempo que surgen brotes locales en muchas partes del continente. ¿Cuán alarmantes son? Los expertos rebajan la alarma, pero solo parcialmente.

23 de junio de 2020, 18:19 PM
23 de junio de 2020, 18:19 PM

Siempre que el New York Times ha informado en los últimos años sobre Gütersloh, el tema era el mismo: Bertelsmann, una de las compañías de medios más grandes del mundo, que tiene su sede en esa ciudad de 100.000 habitantes, aunque también cuenta con otra en Nueva York. Pero el masivo brote de coronavirus en la procesadora de carne Tönnies, en el distrito del mismo nombre, también ha puesto a Gütersloh en las noticias internacionales de días pasados.

De los aproximadamente 7.000 empleados del matadero que han sido examinados, más de 1.550 resultaron positivos de coronavirus. Todos los empleados fueron puestos en cuarentena, y el Gobierno del estado federado de Renania del Norte-Westfalia ha ordenado el confinamiento de todo el distrito.

También en otras zonas de Alemania ha habido grandes focos de contagio: en el distrito de Neukölln, en Berlín, 370 hogares están en cuarentena tras un brote, y hasta ahora casi 100 residentes dieron positivo. En Gotinga, un complejo de edificios tuvo que ser aislado y unas 120 personas están infectadas. Otros grandes brotes, desatados tras servicios religiosos, llegaron asimismo a los titulares.

Brotes locales en grandes partes de Europa e Israel

Estos puntos de concentración de infecciones, también llamados clúster, no solo se encuentran en Alemania. Mientras todos los países de Europa relajan rápidamente sus medidas, surgen tales clústeres, principalmente en familias, empresas o restaurantes.

158 trabajadores de una procesadora avícola en Anglesey, Gales, dieron positivo al virus este fin de semana. También en el Reino Unido se habla de volver al localmente confinamiento. En fábricas de Yorkshire y Wrexham, varios empleados resultaron estar contagiados del patógeno. "Si comenzamos a relajar las medidas en la sociedad, brotarán estos clústeres, los hemos previsto", dijo la Autoridad de Salud de Gales en un comunicado.

En un hogar de ancianos en Liesing, Austria, seis residentes fallecieron en las primeras dos semanas de junio como consecuencia de una infección por coronavirus, generalmente mezclada con enfermedades preexistentes. En mayo, más de 70 empleados dieron positivo en centros de paquetería en Viena y en el estado de Baja Austria, a tal punto de que el Ejército tuvo que asumir sus tareas. Y después de una reunión de clubes Rotary en el casco antiguo de Salzburgo, hace una semana, al menos 14 participantes han resultado ya positivos al virus: cientos de personas de contacto han sido y están siendo identificadas y examinadas.

En Israel, el Gobierno ordenó un confinamiento nacional en una etapa temprana de la pandemia, y hasta incluyó a los servicios de inteligencia para combatir el coronavirus. Con éxito: el número de casos se mantuvo relativamente bajo. Pero muchas medidas se relajaron luego abruptamente a mediados de mayo. Ahora, con 300 infecciones por día, el país teme una segunda ola. Las cifras han subido sobre todo en las escuelas, y por eso alrededor de 200 de las 500 escuelas del país han vuelto a cerrar.

No todos los brotes son iguales

Peter Klimek es investigador de la Universidad de Medicina de Viena, en el Complexity Science HUB, y parte del equipo de científicos que asesoran al Gobierno austríaco frente a la pandemia de coronavirus. En estos repentinos brotes locales, dice, todo depende del tipo de clúster.

"Si son grupos pequeños, no hay que preocuparse, porque podemos hacer seguimiento de los contactos". Es diferente si, por ejemplo, las infecciones se acumulan tras un evento masivo. "Si ahora se produce un clúster en un gran evento, por supuesto que será mucho más difícil procesar y rastrear ese clúster", explica el experto.

Hay además una diferencia si los casos provienen de un solo clúster, en el que se pueden rastrear las cadenas de infección, aclara. "O si se trata de 50 casos independientes unos de otros, que han ido al médico por síntomas en diferentes partes del país". Si aparecieran varios grupos difíciles de rastrear en un corto período de tiempo, esto podría ser suficiente para llevar a un país entero al confinamiento.

Concentrados en "las cuatro T"

Las medidas más importantes en estos brotes locales son las cuatro "T”, asegura Klimek: tracking, tracing, testing und treatment (en español: seguimiento, localización, exámenes y tratamiento). Los contactos de las personas infectadas deben ser rastreados rápidamente. Las personas infectadas deben ser aisladas y tratadas. Y el entorno de los afectados debe ser analizado. Si eso funciona bien, los brotes locales podrían mantenerse bajo control, explica.

Pero las cuatro T no siempre parecen ser suficientes si se observa la evolución de la infección en Europa e Israel. En Bulgaria, ante el aumento de las tasas de infección, el Gobierno está reintroduciendo el requisito del uso de mascarilla o tapabocas, luego de haberlo eliminado a mediados de mes: a partir de este 23 de junio, se debe usar nuevamente en centros comerciales, tiendas, cines y teatros.

Israel: el cierre podría volver

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también advirtió a la población sobre el creciente número de infecciones. "Si no cambiamos de inmediato nuestro comportamiento con respecto a las máscaras y al distanciamiento, volveremos, en contra de nuestra voluntad, al confinamiento", dijo. Algunos barrios en el distrito de Jaffa, en Tel Aviv, ya han sido acordonados, al igual que dos comunidades beduinas en el sur del país.

En Luxemburgo, por otro lado, el Gobierno está tratando de evitar una segunda ola de coronavirus, examinando a toda la población. Para este propósito, los 600.000 residentes del país y 300.000 viajeros transfronterizos se dividieron en grupos, que se examinarán de manera alterna y regular, para identificar e interrumpir nuevas cadenas de infección de inmediato.

No existe la combinación ideal de medidas

Las medidas que, además de las cuatro T, pueden prevenir un nuevo brote o frenar rápidamente los existentes, difieren de un país a otro, agrega el investigador Peter Klimek: "No existe la combinación ideal de medidas, con la que se pueda salir simple y seguramente de esto. Por el contrario, se trata de combinar posibilidades".

Importante para cada combinación de medidas es cumplir con las normas de higiene, distanciamiento y límite de contactos. En retrospectiva, también se puede ver que los cierres de escuelas y restaurantes tuvieron un efecto claro. Y lo mismo vale para el uso de máscaras faciales. Así que, según el investigador, cuanto antes se usen estas medidas en los próximos brotes, más efectivas serán.