El artefacto explosivo fue lanzado en dirección a la fortificada Zona Verde de Bagdad, donde se encuentran soldados estadounidenses, embajadas y otras sedes gubernamentales. No hubo información sobre fallecidos.

5 de julio de 2020, 15:51 PM
5 de julio de 2020, 15:51 PM

Un cohete Katiusha impactó este domingo en la fortificada Zona Verde de Bagdad, donde se encuentran las embajadas y las sedes gubernamentales, una semana después de que las fuerzas iraquíes arrestaran a 14 milicianos proiraníes, que fueron liberados pocos días después.

"Un cohete Katiusha fue disparado en dirección de la Zona Verde" de Bagdad, una zona de alta seguridad donde se encuentra la embajada de Estados Unidos, indica un comunicado del ejército, que señala que "cayó en una vivienda donde hirió a un niño".

Asimismo, las "fuerzas iraquíes incautaron cohetes y rampas de lanzamiento posicionadas para un ataque contra la base militar de Taji", que alberga soldados estadounidenses en el norte de Bagdad.

Estos disparos se han producido tras una jornada en la que resonaron fuertes explosiones a intervalos regulares en Bagdad. Las tropas estadounidenses en Bagdad están probando un sistema de defensa aérea contra los proyectiles de tipo cohete, dijo un militar iraquí, aunque no se especificó si la embajada estadounidense uso este sistema en esta ocasión.

Estas nuevas hostilidades son un desafío para el gobierno de Moustafa al Kazimi, en el cargo desde hace dos meses, inmerso en un pulso con los detractores de Washington en Irak. En la noche del 25 al 26 de junio, unidades de élite antiterroristas detuvieron a 14 hombres, miembros de las brigadas del Hezbolá, la facción proiraní más radical del país, en posesión de varias rampas de lanzamiento de cohetes.

Pero cuatro días más tarde fueron liberados por un juez por "falta de pruebas" a excepción de uno de ellos, "directamente acusado", según un responsable gubernamental.

Las autoridades aseguran que una redada así es ya un logro, pues durante el gobierno anterior dirigido por Adel Abdel Mahdi, se registraron 33 ataques con cohetes contra diplomáticos o soldados estadounidenses (algunos de ellos mortales) y que quedaron impunes.