Opinión

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La gran estafa

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6 de julio de 2020, 3:00 AM
6 de julio de 2020, 3:00 AM

Andrés Torrez Villa-Gomez

El pasado octubre una abrumadora mayoría de bolivianos se levantó contra los abusos y fraudes consecutivos de Evo Morales y el MAS. Esos eventos ciudadanos estuvieron liderados por los Jóvenes y las nuevas generaciones, Bolivia logró hacer valer los principios democráticos, propiciando un nuevo proceso electoral donde la juventud empoderada y unida le dio un ejemplo de coraje y espíritu democrático al país desde los nueve departamentos. Lamentablemente esa lucha y esa conquista son víctimas de una gran estafa, fueron secuestradas por la antigua y rancia clase política tradicional, derrocada en octubre de 2003, por las mismas razones que escapó Evo Morales. Una clase política acostumbrada a vivir del Estado y sus favores se apodera de nuevo de la lucha del pueblo y la juventud.

Esa clase política antigua no quiere y va a impedir a toda costa la renovación política y la emergencia de nuevos líderes. Dentro del gobierno, dentro del MAS y en todos los otros partidos están tratando de evitar que los jóvenes lideren la reconciliación del país y sean protagonistas de una nueva era democrática incluyente, diversa, creativa, resiliente e innovadora, que traiga esperanza en medio de tanta oscuridad e incertidumbre.

Los secuestradores del proceso democrático ven a Bolivia en blanco y negro. No entienden que el mundo es a colores y en 3D. No comprenden los cambios que han pasado en los últimos 20 años, creen que la izquierda y la derecha siguen existiendo y que la agenda ambiental, la innovación educativa, la salud de calidad universal, y el internet como derecho fundamental son la agenda de unos cuantos jóvenes irresponsables.

Estamos secuestrados por una clase política negligente que han vivido del Estado los últimos 14 años y los anteriores 20 a esos 14 también. Una clase política que ha demostrado literalmente su incapacidad de acuerdos e ideas para mejorar el país. Su hambre infinita de poder y abuso de influencias, su impostura y su manipulación permanente de los bienes del Estado para fines personales. Esa clase política ha puesto en el TSE un enviado especial para evitar la participación de los jóvenes y las nuevas generaciones en la política. Eliminando las elecciones primarias en los partidos. Quitando el financiamiento público a organizaciones sociales y políticas, evitando que agrupaciones ciudadanas puedan postularse libremente y dejando que los partidos tradicionales sean únicos dueños del monopolio de acceso al poder.

Bolivia necesita un proceso electoral nuevo de acuerdo a la nueva realidad del país y el mundo. Todos los candidatos tienen propuestas y candidatos para una realidad que ya no existe. El mundo ha cambiado, Bolivia es otra y nunca será la misma. Los candidatos actuales pertenecen al pasado, son incapaces de comprender lo que sucede y lo que viene. Buscan mantener sus privilegios y evitar que los jóvenes participen en política y en la conducción del nuevo proceso democrático que ellos construyeron en las luchas ciudadanas.

Aunque El TSE debe cumplir la norma, la Constitución y garantizar unas elecciones limpias y abiertas a la participación ciudadana decide usar la pandemia para excluir a la juventud con un argumento trasnochado de preclusión para los nuevos actores en un acto inconstitucional. Por otra parte, el padrón electoral vigente está viciado de fraude, delitos y votantes que no existen. Hay más de 800.000 empadronados falsos. Estudios y artículos demuestran la manipulación del padrón desde el año 2009. Hasta ahora no se hizo nada al respecto. La auditoría de la OEA marcó varios puntos centrales a revisar que aún no fueron resueltos. 

Bolivia necesita que se garantice la transparencia del proceso y con un padrón fraudulento eso es imposible. Los magistrados del OEP están traicionando al país al no hacer en más de seis meses una auditoría seria al padrón electoral. Tuvieron todo el tiempo del mundo para hacerlo, pero optaron por mirar a otro lado. Está incumpliendo por negligencia su mandato constitucional. Seis meses fueron más que suficiente para hacer su trabajo y aún así no lo hicieron. Hay vocales dentro el TSE que han exigido que se haga una auditoría al padrón pero que fueron callados por el actual presidente del OEP para mantener el status quo. ¿Cual puede ser un justificativo para semejante negligencia?

Bolivia no puede ir a elecciones con el actual padrón electoral. debe haber una auditoría y depuración inmediata. Debe haber elecciones nuevas y abiertas, es urgente despolitizar y dejar de electoralizar la pandemia. Urgente también es que viabilicen los fondos desde el legislativo para reactivar la economía y que la actual presidenta cumpla su mandato de transición, renuncie a la candidatura organice un gobierno de unidad nacional de transición, llamando a los mejores del país, y llame a elecciones libres nuevas y abiertas a la renovación y participación ciudadana.

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