Opinión

La denuncia falsa, calumniosa y temeraria

9 de julio de 2020, 3:00 AM
9 de julio de 2020, 3:00 AM

En las antiguas legislaciones se encuentra la incriminación de imputaciones mendaces, sobre hechos socialmente desaprobados, impopulares y conminados con pena o sanción, siendo el delito de la acusación y denuncia falsas, uno de los llamados “delitos de la mentira”. 

Los orígenes y precedentes históricos se remontan al Código de Hammurabi, -Rey de Babilonia (S. XXIII a. de J.C)-, como antecedente legislativo más remoto del que tiene conocimiento la humanidad. En él se hace resaltar la importancia del testimonio humano y se castigan ya las denuncias falsas. En el Derecho Romano se consideraba delictiva la acción calumniosa consistente en acusar con falsedad, aplicando un tratamiento distinto según si el “falso acusador” hubiera obrado de mala o buena fe, imprudentemente y sin temeridad, castigándose solo penalmente al “acusador”. Cuando su acusación hubiera resultado improbada y hubiese obrado dolosamente y de mala fe con la sanción de la Lex Remmia, según la cual, se aplicaba al “calumniador” la misma pena que se debería haber impuesto al acusado.



Por otro lado, conforme se anotó líneas arriba, si bien a través de la sanción del delito de denuncia falsa se protege el bien jurídico de la correcta administración de justicia y además se protege el honor de las personas denunciadas falsamente”, como sucede en los delitos de calumnia y difamación, lo que se sanciona penalmente no es una errónea calificación de parte, sino la imputación de hechos falsos.



Sería pues irrelevante la inexistencia de una calificación jurídica, lo que ordinariamente ocurre, por otra parte, cuando se trata de una denuncia. Tampoco es decisivo el lugar que ocupen en sus escritos, pues lo que importa es que se trate de hechos y que sean conocidamente falsos por quien los imputa. Ya que no es solo tirar la piedra y esconder la mano, la persona que levanta una denuncia falsa, debe asumir la responsabilidad de las consecuencias jurídicas de su acto por llevar a cabo su acción maliciosa, con alevosía y premeditación de la falsedad o manifiesto de desprecio hacia la verdad, con fines económicos , conspirativos y extorsivos.