Las dos regiones del norte de España debían celebrar esos comicios el 5 de abril, pero en marzo sus respectivos presidentes los aplazaron ante el avance galopante del coronavirus

9 de julio de 2020, 9:30 AM
9 de julio de 2020, 9:30 AM

Galicia y el País Vasco celebran elecciones regionales este domingo, en medio de una preocupación creciente por los rebrotes del coronavirus en el conjunto de España.

Las dos regiones del norte de España debían celebrar esos comicios el 5 de abril, pero en marzo sus respectivos presidentes los aplazaron ante el avance galopante de la enfermedad, que oficialmente se ha cobrado más de 28.000 muertos en el país.

Pese al levantamiento del estado de alarma y de las estrictas restricciones de movimientos el pasado mes, España tiene ahora mismo más de 70 brotes activos diseminados por su territorio.

En el País Vasco preocupa un brote creciente en el municipio de Ordizia, y en Galicia, otro rebrote ha obligado a confinar una comarca formada por 14 municipios.

"Creo que ahora también se deberían aplazar (las elecciones), por lo menos en esta comarca", dijo Fernando Suárez, alcalde de la localidad gallega de Ribadeo, secundado por otros regidores de la zona.

El gobierno gallego prevé, no obstante, que las urnas se pongan en todo el territorio.

La vicepresidenta del gobierno español Carmen Calvo avisó al gobierno de Galicia de que "cada cual tendrá que responder (...) de sus responsabilidades y sus decisiones".

Y matizó que, debido a la descentralización de las competencias de salud en beneficio de las autoridades regionales, el ejecutivo central no es más que "un espectador" en lo que respecta a los protocolos sanitarios de estos comicios.

Objetivo: hegemonía 

A nivel político, el conservador Partido Popular, opositor a nivel nacional, espera llevarse una alegría con una victoria por mayoría absoluta en Galicia, un feudo dirigido desde 2009 por el presidente regional Alberto Núñez Feijóo, candidato a su propia sucesión.

Si se confirman los sondeos, sería su cuarta mayoría absoluta consecutiva.

En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) espera revalidar mandato con una amplia victoria y mantener en el poder a su presidente regional, Íñigo Urkullu.

Un nuevo triunfo fortalecerá las reivindicaciones de más competencias por parte de un PNV que viene siendo un socio exigente del presidente Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.

Allí, el gobierno de coalición entre los socialistas y la izquierda radical de Podemos carece de mayoría, por lo que depende del apoyo de formaciones de ámbito regional para sacar adelante sus iniciativas.

También en el País Vasco se ensayará una coalición electoral entre PP y Ciudadanos, un partido de centro-derecha liberal que desde su descalabro en las legislativas españolas de noviembre vive horas bajas y espera entrar en el Parlamento vasco arrimándose a unos 'populares' también en fuerte retroceso en la región.

La incógnita está en si el miedo al contagio pesará en la participación.

La politóloga Belén Barreiro escribió en el diario El País que en el caso vasco "podría haber una mayor desmovilización", si bien ésta podría castigar más a partidos como los socialistas, Podemos o el PP, "cuyos electorados tienen lealtades menos férreas que las de las fuerzas políticas nacionalistas".