El incremento de equipos, nuevas estrategias, el rastrillaje de las brigadas médicas en los barrios y el crecimiento de la capacidad de atención en las provincias del departamento han servido de soporte para descongestionar los nosocomios.

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11 de julio de 2020, 7:50 AM
11 de julio de 2020, 7:50 AM

Un ligero desahogo se percibió la semana pasada en el sistema hospitalario cruceño, que tenía saturados sus servicios desde el día 70 de la pandemia del coronavirus en Bolivia, por la aparición, al mismo tiempo, de muchos pacientes Covid-19 en estado crítico, que demandaban internación en Unidades de Terapia Intensiva (UTI).

El alivio es atribuido a esfuerzos simultáneos que se pusieron en práctica, como la habilitación de unidades de cuidados intermedios (UCI) en algunos hospitales, la apertura de salas dotadas de respiradores y el trabajo casa por casa en los barrios de parte de las brigadas médicas municipales, lo cual dio un respiro a las colapsadas unidades de terapia intensiva.

Marcelo Ríos, director del Sedes, dijo haber sentido en las dos últimas semanas un leve alivio, tomando como parámetro la sensación de colapso que se vivió entre mayo y junio, cuando, por los medios de prensa y por las redes sociales, se veía a personas peregrinando con sus enfermos agonizantes de hospital en hospital y se leían declaraciones de las autoridades sobre la saturación del sistema de salud.

Los factores de desahogo del servicio, en criterio de Ríos han sido el rastrillaje masivo de las brigadas médicas municipales en los barrios, una iniciativa de la Alcaldía respaldada por la Gobernación y el gobierno central que, en los primeros 12 distritos, detectó a 32.891 sospechosos de Covid-19.

De ese total, 5.695 eran altamente sospechosos de coronavirus; 5.572, medianamente sospechosos; y 21.622, levemente sospechosos.

Las UCI se sumaron a las UTI

Asimismo, el hospital de tercer nivel de Montero alivió con la apertura de la sala de internación con 32 camas y UTI con 12 respiradores; en el San Juan de Dios entraron en funcionamiento 15 respiradores en una sala UTI grande, y se inauguró el Domo 1 del hospital Japonés, con 30 respiradores, aunque, por falta de personal, están funcionando 12.

Por otra parte, en el hospital centinela Covid-19, Pampa de la Isla, entraron en servicio nueve camas de la Unidad de Cuidados Intermedios, lo que ayudó a descongestionar las salas con respiradores. En el nosocomio San Juan de Dios se acondicionó un espacio y allí funciona otra UCI.

“Las UCI, a diferencia de una terapia intensiva, no tienen respiradores, pero cuentan con monitores multiparamétricos, que hacen el seguimiento grafico de los signos vitales y, por lo tanto, se pueden hacer procedimientos terapéuticos de avanzada, sin necesidad de intubar al paciente”, dijo Ríos.

La autoridad explicó la importancia de las UCI, señalando que estas salas reciben a los pacientes que, al mejorar, son extubados en UTI y, de ese modo, liberan una cama con respirador.

“Era un peldaño que nos estaba faltando para dar respiro a las UTI. Antes, el paciente mejoraba, se lo extubaba y seguía ocupando la cama de terapia intensiva, con el respirador desconectado, porque no había un ambiente de cuidados intermedios”, explicó el director del Sedes.

Hospitales municipales

Los nosocomios de primer y segundo nivel de los municipios también han jugado un papel importante para desahogar los espacios hospitalarios.

Dorian Jiménez, coordinador de la Red de Hospitales, mostró con números el descongestionamiento en los recintos de primer nivel. Por ejemplo, en el centro Ana Medina con 80 camas, hay 35 pacientes internados; en el hospital el Tatú, con capacidad de 68 camas, hay 38 pacientes; en el DM-10, con capacidad para 35 pacientes, había siete internados.

Además, se están implementando 80 camas en el hospital de El Bajío.

Jiménez admitió que los centros de segundo nivel están al límite, de su aforo, pero cree que en la tercera fase del plan de contingencia, la carga se aliviará con la labor de las terapias intensivas del San Juan de Dios, las 30 del Domo 1 del hospital japonés y, posteriormente, las 44 UTI del segundo domo del Japonés y un centro de recuperación para pacientes con sintomatología leve que, en su primera fase, contará con 100 camas en la Fexpo.

Por otro lado, varios de los municipios provinciales hicieron el esfuerzo de mejorar su infraestructura sanitaria e incrementaron su personal, lo que permitió la internación de entre 450 y 500 pacientes en las provincias, lo cual fue un soporte crucial para moderar la llegada de enfermos a la capital cruceña.

Para José Luis Prieto, presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crí­tica y Terapia Intensiva, Filial Santa Cruz, los centros médicos de la Caja Petrolera, de la Caja Nacional y los públicos siguen saturados y no se extrañará de que los casos de coronavirus aumenten con la flexibilización de la cuarentena.

Si se dispara la pandemia, lamentablemente mucha gente va a sufrir mucho, porque no hay espacio en las terapias intensivas. Y ya sabemos que del total de casos que aparezcan, el 5% necesitará cuidados intensivos”, advirtió Prieto.

Ríos reveló que el sistema público de Santa Cruz tiene actualmente 96 respiradores, cantidad que permite tener algunos disponibles. Reconoce que la capacidad instalada no es la suficiente, pero cree que el esfuerzo, en respuesta a la velocidad de contagio del virus, es importante.

Hornos crematorios locales tienen una menor demanda

Las solicitudes de cremación de cuerpos por muertes por Covid-19 experimentaron un leve bajón con respecto a mayo y parte de junio, según fuentes de los servicios funerarios, pese a que uno de los hornos, montado durante la cuarentena, entró en receso para reparación.

Miguel Salvatierra, vicepresidente de la Asociación de Funerarias de Santa Cruz, dijo que la demanda de servicios funerarios ‘bajó un poquito’, lo cual les ha dado un respiro para abastecerse de la materia prima.

“Hubo un momento en que, la verdad, no sabíamos qué hacer, porque no abastecíamos. Ahora, tiende a bajar. Dios quiera que así sea, no por el hecho de que seamos funerarios, vamos a querer que haya muertos, porque hemos perdido hasta familiares por esta pandemia”, lamentó Salvatierra.

La desmesurada demanda de cremaciones sobrepasó la capacidad de los tres hornos que funcionan en Santa Cruz (dos privados y uno público), al punto de que uno de estos aparatos se descompuso, al parecer, por el excesivo uso.

“Nosotros llevábamos algunos cuerpos a ese horno. En un momento dado, pensé que se iba a derretir todo el horno, porque trabajaba día y noche. Esa chimenea se ponía al rojo vivo. Le dieron tunda día y noche. Ahora, sé que ha cerrado hasta el 31 de julio”, manifestó Salvatierra, refiriéndose al crematorio que funcionaba en cercanías de Satélite Norte.

La asociación de Salvatierra aglutina a 47 funerarias que en la época alta atendían entre tres y cinco servicios diarios, lo que lleva a hacer cálculos de que, por lo menos, se levantaban unos 150 cuerpos por día, contando decesos naturales, por Covid-19 y por otras patologías.

Cremación gratuita

El horno municipal, que funciona en el barrio Ciudad de la Alegría del Plan Tres Mil, también ha experimentado un descenso de solicitudes, informó Ronald Romero, director de cementerios.

A mediados de junio, la gente tenía que esperar hasta tres días por la cremación de un cuerpo. Ahora, no. “Por ejemplo, para hoy lunes estamos copados, pero para mañana, hay espacio”, indicó la autoridad municipal.

El horno quema ocho cadáveres por día (uno cada tres horas); trabaja las 24 horas durante seis días seguidos y los miércoles se apaga para realizar el mantenimiento. Desde su funcionamiento ha cremado unos 90 cuerpos. El servicio es gratuito.

929 camas para UTI 

La ministra de Salud, Eidy Roca, informó en un comunicado divulgado el domingo pasado que los 42 hospitales Covid-19 del país cuentan con 1.044 camas de internación y que próximamente se instalarán 929 camas más en los hospitales de tercer nivel.

Asimismo, reveló que durante la cuarentena se han incrementado 331 camas en unidades de terapia intensiva, con la infraestructura indispensable para atender a los enfermos de coronavirus.

Añadió que, hasta la fecha, para reforzar las UTI en los nueve departamentos, se han entregado 154 respiradores.

Y se tiene planeada la entrega, hasta finales de julio, de otros 170 respiradores, totalizando un stock de 324. La ministra no detalló la cantidad que recibirá cada departamento.

Informó también que se han comprometido Bs 26.897.184 para la contratación temporal de 7.381 profesionales, entre médicos, enfermeras y auxiliares para UTI, laboratorios y brigadas de vigilancia comunitaria. “Nuestro principal objetivo es que la capacidad de atención esté siempre por encima de la demanda, incluso cuando enfrentemos el pico más alto de contagio”, dijo.