​Fabián Gutiérrez, de 46 años, sabía muchas cosas que quizás no debía saber. Con Néstor Kirchner de presidente en Argentina en 2003, acompañó muy de cerca a la entonces primera dama Cristina Fernández.

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12 de julio de 2020, 15:53 PM
12 de julio de 2020, 15:53 PM

Fabián Gutiérrez, de 46 años, sabía muchas cosas que quizás no debía saber. Con Néstor Kirchner de presidente en Argentina en 2003, Gutiérrez acompañó muy de cerca a la entonces primera dama Cristina Fernández. Fue su sombra en los viajes oficiales y su acompañante cuando iba de compras. “Ella elegía lo que quería comprar y luego iba yo con el dinero y lo retiraba”, declaró una vez. También sabía de unos bolsos, probablemente con dinero -pensaba cuando los veía-, que llegaban a la Casa Rosada y a la casa de los Kirchner en El Calafate, ciudad en la que el sábado 4 fue encontrado muerto, enterrado entre escombros, con un golpe en la cabeza y heridas de arma blanca en su cuerpo.

¿Fue un asesinato con motivos políticos?, se convirtió inmediatamente en la pregunta que los argentinos se hicieron apenas se supo la noticia. Y es que pese a que Gutiérrez fue muy cercano a los Kirchner, las cosas no terminaron muy bien con Cristina.

Fabián Gutiérrez continuó trabajando con los Kirchner y renunció en 2005, luego de que la entonces primera dama, Cristina K, se molestara porque Gutiérrez había ido al baño justo cuando ella lo requería. Volvió con los Kirchner en 2007 y renunció en 2010. Pero en 2018 su nombre reapareció, ya que testificó como arrepentido contra Cristina Fernández en la causa de “los cuadernos de las coimas”, una trama de supuestos sobornos vinculados a la obra pública.

El exsecretario de Obras Públicas del kirchnerismo, José López, lo señaló como quien le dio la orden para mover los bolsos con US$ 9 millones que intentó esconder. “Ni siquiera estaba en Buenos Aires”, declaró posteriormente Gutiérrez, al negar que dicha acusación fuera cierta. Pero su declaración dejó expuesto su estrecho vínculo con los Kirchner.

En su declaración frente a la justicia, Fabián contó cómo llegó a ser un cercano acompañante de la actual vicepresidenta. “Pasada una semana de la asunción presidencial, Kirchner me convoca a su despacho y me dice que mi tarea concreta sería el acompañamiento de la primera dama. Yo no recibí muy gustoso esa tarea, dado el carácter que tenía la senadora: nadie quería trabajar con ella. Mi tarea junto a Cristina era acompañarla a todos lados, de sol a sol”. Así, Gutiérrez detalló que renunció en 2005, “cuando volvíamos de Jerusalén. Yo fui al baño y ella me requirió y no estaba. Discutimos y renuncié. Estaba muy cansado, estuve cuatro meses sin francos”, confesó ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, en octubre de 2018.

Antes de que Cristina Kirchner asumiera como presidenta en 2007, lo volvieron a llamar. La misión: acompañar al matrimonio K. Así, iba y venía con ellos de la provincia de Santa Cruz, donde se encuentra El Calafate, y Buenos Aires. En su declaración habló de bolsos y maletas que Óscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, detalló en los cuadernos. “Muñoz (secretario privado de los Kirchner), la mayor parte de los viajes, llevaba las valijas con candado. Era el único que las tocaba”, relató. Describió, además, que en la residencia en El Calafate “yo no vi bóvedas, pero existía un lugar bajando la escalera donde había una puerta placa color blanca, cerrada, donde siempre decíamos los secretarios que ahí estaba la historia, en relación al lugar donde se guardaban los bultos. Era el único lugar de la casa al que no tenía acceso, siendo que me desplazaba con absoluta libertad por toda la casa”, agregó en su confesión, tras la cual no obtuvo la categoría de testigo protegido.

Su renuncia también se debió a una denuncia por “enriquecimiento ilícito”. Y es que mantenerse en el círculo más cercano de los Kirchner lo volvió millonario, lo que generó sospechas sobre su patrimonio, que aumentó en 765% en apenas cinco años, e incluía 36 propiedades, cerca de 35 autos y al menos tres embarcaciones.

¿Una muerte política?

“El secuestro, desaparición y asesinato de Fabián Gutiérrez, que en 2018 confesó ante la justicia haber sido testigo de los circuitos de corrupción del kirchnerismo, es un crimen de la mayor gravedad institucional”, escribió en un comunicado la coalición de oposición argentina Juntos por el Cambio.

El asesinato de Fabián Gutiérrez trajo a la memoria otros casos de misteriosas muertes vinculadas a la política, como la del juez Alberto Nisman en 2015, y la desaparición de Santiago Maldonado en 2017.​​El presidente del partido opositor Unión Cívica Radical, Alfredo Cornejo, pidió que la justicia federal debería investigar el crimen de Gutiérrez, dado que había testificado contra Cristina Kirchner. La causa está en manos del sistema judicial de la provincia de Santa Cruz, a cargo del juez Carlos Narvarte. La Fiscalía, que puede proponer medidas, en este caso tiene a cargo a Natalia Mercado, sobrina de Cristina Kirchner.​

“Pedimos que, por la posible conexión de su muerte con delitos federales, la investigación pase a la órbita de la justicia federal. Y que no haya familiares de la vicepresidenta Cristina Kirchner en el proceso”, escribió la coalición macrista y pidió “explicaciones por la demora en hacer pública la aparición del cadáver”.

Pero esto no quedó ahí. El propio presidente Alberto Fernández dijo “que el PRO, UCR y CC (Juntos por el Cambio) se animen a firmar un documento como el que firmaron sembrando dudas sobre la muerte de Gutiérrez es canallesco”. El jefe de gabinete del gobierno, Santiago Cafiero, también se sumó al mandatario: “Lo que están diciendo es que nuestro espacio político manda a matar gente. Cómo seguís un diálogo democrático cuando alguien se planta y dice que vos sos parte de un espacio político que manda a matar gente”, sostuvo a C5N.

El abogado de la familia de Gutiérrez descartó un crimen político y señaló que podría haber estado motivado por una causa económica. También se mencionó la posibilidad de un “crimen pasional”, puesto que el principal acusado, Facundo Zaeta, declaró ante la policía -mientras aún se realizaba la búsqueda del paradero de Gutiérrez- que “teníamos una amistad con derecho a roce, pero nos estábamos conociendo”.

Según el diario Página 12, la hipótesis sobre la que trabaja la justicia es que la banda de cuatro jóvenes que mató al exsecretario K se enteró de que Gutiérrez había vendido un camión en 25 mil dólares y una camioneta en un valor que se desconoce, por lo cual pusieron en marcha un plan que contemplaba la extorsión, pero no su asesinato. Así, el grupo esperaba conseguir más de 50 mil dólares.

La muerte de Fabián Gutiérrez ya se convirtió en uno de esos casos que cada cierto tiempo remecen a Argentina, que expande grietas y reabre viejas heridas. Como señaló Joaquín Morales Solá en su columna en La Nación: “La política argentina tiene una persistente vocación por la necrofilia”. (La Tercera)