En esta cuarentena tome su tiempo y realice esta actividad ecológica

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13 de julio de 2020, 12:27 PM
13 de julio de 2020, 12:27 PM

Tener un jardín o un patio bonito en la casa es uno de los anhelos de muchas personas, un lugar en el que se respire aire puro y fresco, y se deleite la vista con plantas y flores multicolores. Y mejor si ese espacio verde ha sido fertilizado con compost, un abono orgánico elaborado con los residuos naturales del hogar, en un acto muy ecológico.

En esta cuarentena, aunque ya con flexibilidad, se puede aprovechar el tiempo libre dedicándose a poner más bonita la casa, como enriquecer la tierra del jardín o las macetas con plantas. Es fácil y se lo puede hacer con un abono natural elaborado en el mismo hogar con elementos que posiblemente no se imagina que son de utilidad, como es la basura orgánica.

El ingeniero ambiental Luis E. Poggi explica cómo se puede tener un compost bueno, de sencilla elaboración con elementos que se encuentran en la casa. Lo que se debe hacer es identificar cuáles podrían ser los ingredientes a utilizar en la fabricación del abono. 



Se debe separar la basura en tres grupos, que son los residuos orgánicos, los inorgánicos y el material para reutilizar o reciclar.

Se debe tener en cuenta que la materia prima del compost son elementos orgánicos que después se descomponen por la acción de microorganismos. No se debe incluir la basura inorgánica, como plásticos, vidrios, metales, heces de animales, arroz cocido, restos de carne de res, pollo o pescado, aceites, telas y artículos elaborados de manera artificial.

A los desechos orgánicos se los puede subdividir en materia verde, como las cáscaras de frutas y verduras, huevos, restos de té, mate y café. Objetos secos, restos de la poda del jardín, hojas secas, maples de huevos, aserrín, periódicos, servilletas que deben ser picados en pequeños pedazos.

Manos a la obra

* Escoger uno o varios recipientes donde almacenar los residuos, como cajas de madera, bañadores de plástico o espacios hechos de hule. Colocarlos en un lugar aireado y donde le llegue el sol. Hacerle agujeros en la base para que escurran los líquidos que se generan. Aprovisionarse de un rastrillo y una pala para remover el compost. 

* Colocar primero una capa de tierra en el compostador, luego una de materiales secos, como hojas, restos de ramas de poda, aserrín. Estas primeras capas evitarán que el fondo del recipiente se pudra y estropee la mezcla. 

* Algo que se debe informar a la familia es que el compostador no es un basurero donde se desecha todo lo que no sirve. Es un recipiente con material que después servirá para enriquecer la tierra como abono.

* Luego se añade una capa de desechos orgánicos, como cáscaras de frutas y verduras, hojas de plantas, pequeñas ramas de árboles, restos de té, café y mate, cáscaras de huevos. Se van intercambiando productos húmedos o verdes, con secos. Así se consigue el equilibrio que necesita este abono natural.

* Regar el compost día por medio, sin llenar con agua el recipiente, pero teniendo cuidado que el líquido llegue a toda la masa, pues necesita humedad para formarse como fertilizante artesanal. Remover con el rastrillo y la pala todo el material acumulado, dos o tres veces por semana.

* Este proceso, de almacenar y madurar las materias orgánicas y tierra para formar un compost, dura entre ocho y nueve meses. Luego ya se lo puede utilizar para fertilizar la tierra de jardines y macetas en la casa, lo mismo que sembradíos en el campo.

Luis E. Poggi cuenta que este compost previene la erosión del suelo gracias a sus propiedades físicas, químicas y biológicas. Sirve como insecticida, gracias al lixiviado que emana, que es una materia orgánica que elimina naturalmente a los insectos indeseados.

Otro aporte al ecosistema es que descongestiona los basureros o vertederos. Dice que con una bolsa de basura convencional se puede llegar a obtener un 50% de materia orgánica, la que podría convertirse en humus, facilitando el desarrollo de plantas y cultivos.



Preparar compost casero promueve la biodiversidad, pues transforma la basura natural en abono orgánico, en el que intervienen microorganismos, bacterias e insectos. En este proceso de descomposición, los seres vivos después de morir se convierten en materia prima para la tierra.