Wesley Purkey, de 68 años y originario de Kansas, fue declarado muerto a las 08:19 en la prisión de Terre Haute, en el estado de Indiana

16 de julio de 2020, 12:22 PM
16 de julio de 2020, 12:22 PM

Un hombre condenado a muerte por asesinato fue ejecutado el jueves con inyección letal en Estados Unidos por un crimen federal, a pesar de las afirmaciones de sus abogados de que sufría demencia a la hora de enfrentar la pena capital.

Wesley Purkey, de 68 años y originario de Kansas, fue declarado muerto a las 08:19 en la prisión de Terre Haute, en el estado de Indiana, informó el Departamento de Justicia.

Un periodista del Indianapolis Star que presenció la ejecución dijo que Purkey parecía lúcido y consciente de su entorno después de estar atado a una camilla.

"Lamento profundamente el dolor y el sufrimiento que le he causado a la familia de Jennifer", dijo el condenado en sus últimas palabras en las que consideró que su muerte "no sirve para nada".

Purkey fue el segundo condenado federal que Estados Unidos ejecuta esta semana, tras la muerte de Daniel Lee el martes, después que el presidente Donald Trump ordenara la reanudación de las ejecuciones federales tras una pausa de 17 años. Otras dos ejecuciones están previstas el viernes y el 28 de agosto.

Purkey fue declarado culpable, en 2003, de haber violado y asesinado a una joven de 16 años, antes de desmembrarla y quemar su cuerpo. Después tiró las cenizas a una fosa séptica. 

Su ejecución había sido postergada varias veces gracias a los recursos de sus abogados, que alegaron que el ejecutado  padecía de Alzheimer y esquizofrenia. 

Rebecca Woodman, una de las abogadas de Purkey, alegó que su defendido sufría "graves daños cerebrales y enfermedades mentales".

"Aunque hace tiempo que aceptó la responsabilidad de su crimen, ya no tiene una comprensión racional", para enfrentar la ejecución, agregó la abogada previo a su muerte.

Pero este jueves, la Corte Suprema dio el visto bueno para concretar la ejecución.

El fiscal general Bill Barr anunció el año pasado el fin de la moratoria de las ejecuciones federales, en vigor desde 2003, haciéndose eco de la voluntad de Donald Trump.

Nuevas ejecuciones previstas 

En Estados Unidos, la mayoría de los delitos se juzgan a nivel estatal, pero la justicia federal puede ocuparse de los crímenes más graves (ataques terroristas, crímenes racistas) o cometidos en bases militares.

Daniel Lewis Lee, de 47 años, un exsupremacista blanco condenado por los asesinatos de 1996 de una familia de tres personas, fue ejecutado por inyección letal el martes en la misma prisión.

Otro preso federal, Dustin Lee Honken, 52, será ejecutado el viernes por cinco asesinatos, incluyendo los de dos niñas de 10 y 6 años. 

La pena de muerte fue reinstaurada a nivel federal en 1988 pero sólo se había ejecutado tres veces antes de la ejecución de Lee, la última en 2003.

Más de 1.000 líderes religiosos de Estados Unidos pidieron a Trump, la semana pasada, abandonar los planes de reanudar las ejecuciones federales. 

Pero el presidente de Estados Unidos, que se enfrenta a una dura batalla de reelección en noviembre, ha pedido que se intensifique la pena capital, especialmente para los traficantes de drogas y los asesinos de policías.