Tras su rescate, el animal pasó a custodia de la Gobernación y ahora habita en una reserva natural, al igual que un corechi

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22 de julio de 2020, 9:31 AM
22 de julio de 2020, 9:31 AM

Después de permanecer en observación y recibir nueva asistencia veterinaria, Tamita, el oso hormiguero que fue rescatado el jueves pasado en una carretera por un grupo de voluntarios y personal del centro de custodia Yvaga Guazú, fue reinsertado en su hábitat natural.

La translocación de Tamita (tamandua tetradactyla) se dio una vez se tuvieron garantías sobre su salud, puesto que las personas que lo encontraron adujeron que estaba siendo agredido por transeúntes a la altura del kilómetro 9 de la carretera a Warnes.

Según Claudia Venegas, bióloga de la Gobernación, al oso hormiguero se le realizó una evaluación en la que se descartaron daños, lesiones u hemorragias, donde también se incluyeron estudios de ecografía para comprobar el estado de sus órganos.

Los estudios fueron realizados por especialistas veterinarios de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno.

Tamita es un adulto de seis kilogramos que, como todo animal silvestre, tiene que permanecer en su hábitat natural, por lo que fue trasladado al parque Arubay, una reserva privada de patrimonio natural que se encuentra en la zona de Porongo, según el reporte de la Gobernación.

"Es un ambiente con las condiciones biológicas adecuadas para que estos animales puedan vivir (bosque chiquitano)", sostuvo el biólogo y encargado del Centro de Atención y Derivación de animales silvestres (CAD) de la Gobernación, Víctor Sossa.

​Los funcionarios pidieron a la población que en caso de encontrar animales silvestres en la vía pública o zona periurbana cruceña, se debe evitar manipularlos y mucho menos hacerles daño, al igual que guardar precaución, puesto que pueden tener reacciones silvestres (el oso hormigero tiene garras que podrían causar alguna herida). En caso de que esto ocurra se debe notificar a las autoridades 

Del mismo modo, Sossa comunicó que también se llevó adelante la translocación de otra especie, en este caso un corechi (tolypeutes matacus) o tatú bolita, quien fue trasladado al mismo hogar que hoy pertenece a Tamita. 

Una historia con final feliz para ambos.