El líder de la Resistencia Cochala dio detalles de su aprehensión y reveló que en los ocho delitos en los que se le acusa se intentaron ingresar las mismas pruebas y los mismos testigos, quienes eran funcionarios públicos

17 de marzo de 2021, 16:15 PM
17 de marzo de 2021, 16:15 PM

Quedó en libertad y cuenta su versión. Yassir Molina, líder de la Resistencia Juvenil Cochala (RJC), es una de las personas a las que la Fiscalía ordenó su aprehensión por casi una decena de delitos, entre ellos: organización criminal, tenencia y portación de armas de fuego, afectación contra bienes del Estado. Según su propio testimonio, fueron diferentes las irregularidades detectadas en estos procesos que fueron evaluadas y tomadas en cuenta por la "imparcialidad" de la jueza Ximena Mendizábal.

En una entrevista con Frecuencia Urbana, el líder dela RJC señaló que tras el fallo de la justicia que dispuso su libertad, tuvo que salir casi a escondidas de la ciudad de Sucre debido a las amenazas de secuestro que pesaban en su contra y la vulneración de sus derechos, así como también la seguridad de sus familiares.

"Al momento de mi aprehensión estaba en la casa de un familiar y salí porque recibí una llamada. Ahí intervinieron una personas que al identificarse como fiscales de la Policía fue que empecé a cooperar. Hubo desconfianza al principio porque recibo amenazas a diario en las redes e, incluso, por los medios", apuntó, a tiempo de exponer que no sufrió ningún tipo de maltrato  de las fuerzas del orden, salvo el forcejeo en el momento de su detención.

Señaló que desconocía el motivo de su traslado a Sucre y fue dentro de las celdas que se enteró que pesaban ocho delitos en su contra de los que no había sido notificado con anterioridad. "Por eso me abstuve a declarar porque no tenía conocimiento de las denuncias, pero al acceder a los cuadernillos de investigación solo había versiones de funcionarios públicos y de la Fiscalía para forzar mi detención, para hacerme ver como un criminal y acusarme de delitos que no había cometido", remarcó Molina.

Eso sí, "los mensajes en las redes decían que si me metían a la cárcel me iban a matar", por eso derechos humanos acudió a consultarle sobre este asunto, pero Molina, al estar incomunicado, desconocía la amenaza, según contó.

El joven cochabambino también acotó que en todo momento se sometió al proceso y en ningún momento hubo trifulca o ánimo de cualquier protesta no pacífica, pero sí el apoyo de grupos ciudadanos y miembros de la RJC. Denunció que también habían grupos contrarios que buscaron amedrentarlo a él y a su defensa.

Actuar de la juez Ximena Mendizábal

"Pido disculpas porque han amedrentado a personas que intervinieron. Estaban aguardando en una de la oficinas donde yo no estaba. Los asesores jurídicos fueron intimidados y la jueza -Ximena Mendizábal- también fue amedrentada", refirió el líder juvenil.

Respecto al fallo de Mendizábal, el activista dijo que respeta a las entidades del orden y la imparcialidad de los jueces que no se prestan al juego político. "Me llevaron a una audiencia donde  desconocía los delitos por los que me iban a acusar; la imputación llegó 15 minutos antes y se pidió un aplazamiento que fue concedido para que llegue mi documentación desde Cochabamba. Fue así que llegaron los elementos para absolver las dudas del Ministerio Público y hacer una valoración correcta", precisó Molina.

El líder de la RJC afirmó que en los ocho delitos y acusaciones en su contra se repiten las pruebas y los testigos, que responden al aparato público estatal, "forzaron" las pruebas, pero la jueza obró en base a la que se presentó en base a la investigación en conjunto y los respaldo de la familia de Molina.

"Yo no tengo militancia política, no he sido candidato ni funcionario público, no acepté propuestas políticas. Por todo este caso me he visto afectado en el sentido que perdí mi trabajo y no me titulé en la universidad, sigo intentando conseguir los recursos para ello y para mi defensa", dijo asegurando que no se moverá de Cochabamba.