Detalló que "dentro de las funciones como embajador no existe forma alguna de autorizar o enviar ningún tipo de asistencia (bélica) a las Fuerzas Armadas o policiales y mucho menos material de ninguna clase, ya que los embajadores son representantes de países y no administran recursos militares"

9 de julio de 2021, 20:10 PM
9 de julio de 2021, 20:10 PM

El ex embajador de Argentina en Bolivia, Normando Álvarez, atendió una entrevista de EL DEBER y ratificó lo publicado en una carta donde hace referencia a su papel como embajador de Argentina en Bolivia durante las violentas jornadas de octubre y noviembre de 2019. Dijo que no solo le tocó asilar, sino también asistir a unos 15 altos mandos del Gobierno de Evo Morales y trasladarlos hasta la frontera con su país.


“Unas 15 personas calculo yo, había personas que no estaban ahí, pero con las que estábamos en contacto para cualquier momento por si se sentían en peligro para llevarlas alguna casa, o algún consulado. Lo importante era hacer y cumplir”, dijo el diplomático en contacto telefónico.


Más temprano, publicó una carta en la que hizo conocer que asistió al entonces ministro de Gobierno, Carlos Romero, la diputada Valeria Silva y su esposo, y la ministra Mariana Prado, también organizó un operativo para trasladar al ciudadano argentino, Fabián Restivo, exesposo de la ministra de Salud, Gabriela Montaño; además de participar activamente en garantizar la seguridad de Mauricio García Linera, hermano del exvicepresidente Álvaro.


"En mi cargo como embajador de Argentina en Bolivia durante los sucesos ocurridos en 2019, mi accionar siempre estuvo marcado por la protección a la vida de las personas y de los derechos humanos. Con una fuerte decisión personal, más allá de las políticas definidas por el gobierno argentino decidí recibir funcionarios de Evo Morales para su protección dentro de la residencia argentina", escribió Álvarez.


Las declaraciones se produjeron luego de conocerse una nota de agradecimiento del ex comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), Gonzalo Terceros al embajador Álvarez por la provisión de material “bélico”, carta que fue revelada por el Canciller Rogelio Mayta.


Según Álvarez no solo autoridades o asambleístas acudieron a él, sino importantes dirigentes del MAS quienes fueron trasladados en vehículos oficiales de la embajada hasta la frontera con Perú, porque salieron por Desaguadero, indicó.


Luego admitió que su gobierno negó el asilo a Morales y relató que él hizo gestiones con un dirigente de su país y este realizó gestiones ante las autoridades de la Casa Rosada. “El gobierno negó”, remató.


Explicó que un posible envío de asistencia militar o policial solo se podría coordinar entre los agregados militares o policiales con sus pares en Bolivia, y que ese tipo de temas se conversaba en ese nivel y no mediante embajadas. 


"Dentro de las funciones como embajador no existe forma alguna de autorizar o enviar ningún tipo de asistencia a las Fuerzas Armadas o Policiales y mucho menos material de ninguna clase, ya que los embajadores son representantes de países y no administran recursos militares policiales o de otra índole", detalló.


La carta


Álvarez dijo no recordar que la carta revelada por el canciller Mayta haya pasado por sus manos, porque aseguró que había documentos que no conocía por la abundante correspondencia que recibía.


“Sí (conocía) la mayoría de las cosas, otras cosas no, se entremezclan entre muchas otras cosas, pero en este caso me llamó la atención cuando la leí ayer en la tarde. Primero me dirigen a mí directamente la nota, en general esas notas se mandan a través de Cancillería, es la que manda la nota de agradecimiento, (eso) me llamó poderosamente la atención”, replicó.


Luego recordó que el general Terceros negó que sea su firma la que se ve en el documento y dijo que supo que renunció el 12 (de noviembre) y la carta tiene fecha de 13 (de noviembre), por esa razón todo le pareció “muy raro, en ese sentido yo no afirmó ni niego que sea la carta, pero me llamó mucho la atención”, dijo.


Asimismo, aseveró que las amenazas de juicios contra el expresidente Mauricio Macri es un asunto político que debe tratarse dentro de su país porque así corresponde. Consideró también que este tema está “traído de los pelos”.


Desde su perspectiva, él vio un país dividido cuando ocurrieron los conflictos y que llevó notas de todo lo que sucedió desde el 20 de octubre, cuando empezaros los conflictos en Bolivia.