El avance militar de los extremistas yihadistas provocó una avalancha hacia la frontera de Pakistán, que utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos para contenerla

15 de julio de 2021, 17:20 PM
15 de julio de 2021, 17:20 PM

"Es una exigencia muy grande", resumió el asesor presidencial afgano Nader Nadery a la prensa. Los talibanes propusieron un alto el fuego de tres meses a cambio de la liberación de 7.000 de sus prisioneros que están en cárceles del gobierno afgano, dijo el jueves Nadery, que participa en las negociaciones con los insurgentes.

Nadery agregó que los talibanes también piden que los nombres de sus dirigentes sean eliminados de una "lista negra" de la ONU.

Avance talibán

Los guardias fronterizos paquistaníes usaron gases lacrimógenos hoy para dispersar a centenares de personas que intentaban entrar desde Afganistán, después de que la zona cayera en manos de los talibanes la víspera, informaron las autoridades locales. "Esta mañana [jueves] una multitud de unas 400 personas intentaron abrirse paso a la fuerza en la frontera. Tiraron piedras y nos obligaron a usar gases lacrimógenos", dijo a la AFP un responsable de los servicios de seguridad en el puesto fronterizo de Chaman, al suroeste de Pakistán.

Jumadad Khan, responsable del gobierno en Chaman, dijo que la situación estaba ya "bajo control". Las autoridades afganas dicen haber retomado también el control en Spin Boldak, al lado afgano de Chaman, aunque los talibanes, que tomaron ayer la ciudad, afirman que aún la tienen en su poder. "Es mera propaganda y una afirmación infundada de la administración de Kabul", dijo a Reuters el portavoz talibán Zabihullah Mujahid, añadiendo que sus tropas todavía controlan también el puesto fronterizo.

Un potente explosivo estallado al paso de un vehículo militar mató al menos a dos soldados en Pasni, al sureste de Pakistán. Aunque nadie ha reivindicado el ataque, podría haber sido ejecutado por independentistas de la región, pero también por los talibanes paquistaníes o por Estado Islámico, que también tienen presencia en Baluchistán, provincia paquistaní que comparte una extensa frontera con Irán y Afganistán.