Las conexiones a internet suben, pero el momento de inflexión no termina

POR: RAÚL DOMÍNGUEZ Y. 

La pandemia del Covid-19 no solo “desnudó” al sistema sanitario boliviano, sino a casi toda la maquinaria productiva del país. El confinamiento y el distanciamiento social, obligó a más trabajadores y estudiantes a conectarse (y adaptarse) a internet, a la vez que muchas empresas y negocios se reinventaron para tratar de recuperar el dinero y el tiempo perdidos.

De acuerdo con el Sistema de Información Sectorial de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transporte (ATT), las conexiones a internet mediante equipo terminal fijo o móvil, entre 2019 y 2020 crecieron un 4%, alcanzando un valor de 10,9 millones. Desde enero a marzo del presente año, las conexiones crecieron un 1,47%, cuando totalizaron los 11,07 millones de celulares o computadoras conectadas a la red.

Ese crecimiento obligó a las empresas proveedoras de internet a ampliar sus capacidades y, hasta el momento continúan realizando inversiones ante el voraz consumo de megabytes, que tiene velocidad de crucero desde 2017, cuando había en el mercado 9,33 millones de conexiones. Solo por mencionar un dato, en 2011 las conexiones llegaban a 1,21 millones, un crecimiento de más del 900% en 10 años.

El Punto de Intercambio de Tráfico (PIT) Bolivia, desde el inicio de sus operaciones en 2015, evidenció el crecimiento del tráfico nacional, reducción de los costos y mejora de la velocidad de acceso al contenido nacional. En este contexto, el PIT, en la gestión 2019 -últimos datos disponibles- precisó que el tráfico fue de 1,07 millones de terabytes (TB).

Desde la empresa Telecel, que tiene como marca comercial Tigo, informaron que, durante la cuarentena de 2020, la demanda de tráfico internet se disparó con un incremento que llegó hasta un 85%; los dos principales factores que contribuyeron fueron la teleeducación y el teletrabajo.

Tigo actualmente cuenta con alrededor de cuatro millones de usuarios en el servicio de Tigo Móvil, y de ellos, más de la mitad navegan en la red móvil 4G LTE. Además, 1,3 millones de hogares pueden acceder a la red de internet Fijo Ilimitado gracias a Tigo Hogar.

Por su parte, Viva también vio un incremento en la demanda de hasta un 40% en el uso de la red; sin embargo a pesar del aumento del costo de mantenimiento, la compañía resaltó que mantuvo sus tarifas, “entendiendo el compromiso de la empresa de mantener conectados a los bolivianos en una época difícil como la del confinamiento”.

Viva informó que cuenta con casi dos millones de clientes, cifra que sigue creciendo día a día. Por ello decidió invertir $us 5 millones para incrementar su cobertura en Santa Cruz de un 30% más, y próximamente en los próximos meses tendrá un aumento similar en las ciudades de La Paz y Cochabamba.

En tanto, la Cooperativa de Telecomunicaciones Santa Cruz (Cotas) tomó la decisión de apoyar a sus clientes, socios y usuarios e incrementó “sin costo alguno”, el ancho de banda para que todos sus clientes puedan desarrollar mejor sus actividades en forma virtual.

Cotas apuntó que durante la pandemia no se incrementó el número de sus clientes, más bien, muchos clientes dejaron el servicio después de la desactivación del Plan Gubernamental Mantengámonos Conectados. “Recién en el primer trimestre de 2021, hemos comenzado a incrementar la cantidad de clientes nuevamente”, admitió la operadora, sin precisar el número.

Dinero solicitó información a la estatal Entel, pero hasta el cierre de la presente edición, no emitieron sus respuestas.

Apuesta por el mercado

En la distribución del mercado de telecomunicaciones, de acuerdo con datos de la página Más y Mejor Internet para Bolivia, a marzo de 2021, Entel posee el 49,95% , Telecel el 36,17% y Viva el 13,88%. No toma en cuenta otras compañías reguladas como Digital, Cotel, Cotas, Mega Link, Vuela o AXS, que en total suman 10 proveedores de servicio de acceso a internet conectados al PIT.

Tigo es una de las compañías más innovadoras y busca los primeros lugares de preferencia. María Laura Mendoza, gerente de Marca y Comunicación Institucional, destacó que en los últimos cinco años se invirtió cerca de $us 650 millones, que hoy permiten tener un soporte técnico robusto, estable y de calidad.

“Hemos multiplicado las antenas para que más usuarios accedan a nuestra red móvil 4G-LTE, mediante planes de conectividad que han contribuido a la educación y al trabajo en línea”, precisó, a tiempo de detallar que este año, inauguró su nuevo Data Center de Tigo Business, que significó una inversión de $us 20 millones.

“Al contrario de lo que se percibe, el incremento de tráfico no representa un aumento de ingresos. Durante la gestión 2020 los ingresos de Tigo bajaron en comparación al año anterior; sin embargo, la pandemia no fue la única razón, sino más bien un factor que llegó a acentuar una situación previa que se venía dando desde 2018, cuando los ingresos de las empresas de telecomunicaciones cayeron un 18%, por diversos factores”, indicó Mendoza.

Sahara Guidi, directora de Comunicación de Viva, destacó que el consumidor ahora busca estar mucho más conectado que antes. “El mismo hecho de que hayamos migrado a la educación virtual y al teletrabajo aumenta la demanda, es por eso que decidimos adaptarnos a esa demanda y sacar bolsas y paquetes ilimitados, así permitir que nuestros usuarios puedan navegar sin preocupaciones”, mencionó.

La ejecutiva resaltó que entre las plataformas más usadas y en las que Viva cuenta con bolsas ilimitadas para navegar por las mismas, están Zoom, Microsoft Teams, Google Meets, que se utilizan para el teletrabajo y la educación virtual.

En Cotas, los precios de acceso al servicio de internet, no se han incrementado, más bien, la relación de precio/ancho de banda se redujo. La cooperativa indicó que sus planes van desde 17 MB de ancho de banda, por Bs 145 mensuales, hasta más de 100 MB de ancho de banda. “Los planes que tenemos disponibles, consideran ancho de banda y velocidades necesarias, para tener una buena experiencia como usuario de internet para los diferentes propósitos. Tenemos también productos específicos para teletrabajo en empresas”, resaltaron desde la cooperativa.

Usuarios más exigentes

Contrariamente a este crecimiento, el termómetro de las redes sociales es un buen indicador para percibir la satisfacción de los usuarios, ante la escasa información oficial sobre este tema. Las quejas más comunes son la pérdida de megas y crédito, ralentización del sistema, cortes intempestivos y los precios que no están acorde al servicio. La ATT, en anteriores años, ya sancionó a las tres principales telefónicas del país, y sugiere a los usuarios hacer sus reclamos por las distintas plataformas disponibles.

El ciberactivista Mario Durán Chuquimia, indicó que en Bolivia el 60% de las personas tiene acceso a internet; sin embargo, el 96% de estas conexiones son móviles “de dudosa calidad”, que utilizan tecnología obsoleta (2G-3G) y de elevados costos por planes de datos. “Las conexiones móviles son excluyentes, las áreas periurbanas y rurales reciben internet de baja calidad en contraste con áreas urbanas que acceden a tecnología 4G”, acotó.

Al mismo tiempo sugirió que Bolivia debe transitar hacia las conexiones cableadas a internet mediante fibra óptica, de mejor calidad y de costos económicos. “Este tipo de conexiones permitirá el desarrollo de emprendimientos de base tecnológica y la generación de ingresos”, consideró.

El internet como el impulsor del desarrollo tecnológico

El ciberactivista Mario Durán Chuquimia plantea que Bolivia debe transitar a la oferta de planes de datos moviles acordes a la evolución tecnológica; es decir, se debe ofertar planes mensuales de 50 Gb de datos a un costo de Bs 50.

“Los precios de paquetes de datos, no han variado sustancialmente en el tiempo, debido a que las empresas proveedoras de internet móvil han formado un oligopolio, que genera escasez artificial de datos, por lo que sus precios son similares”, sostuvo.

En ese sentido, propuso que Bolivia tiene que prepararse para dicho escenario, mediante la discusión de la Agenda Digital de Bolivia, que establezca acuerdos mínimos, planes de trabajo y metas para que el desarrollo tecnológico y la economía relacionada con este desarrollo, sea una realidad en el corto plazo.