Médicos y enfermeras lucharon de frente contra el covid-19, para devolver con vida a los enfermos

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6 de agosto de 2021, 10:00 AM
6 de agosto de 2021, 10:00 AM

POR: JESSICA VEGA MUÑOZ

Médicos y enfermeras jóvenes, que pese al miedo y al estrés por lo desconocido, tomaron la posta para salvar la vida de las personas que se contagiaron con coronavirus y que al principio fueron pacientes rechazados por la sociedad e incluso por el mismo sector de salud. Estuvieron en primera línea cuando el pánico se apoderó por esta nueva enfermedad, pero ahora continúan en esa lucha.

Se alejaron de sus seres queridos y asumieron el reto con un sistema precario de salud que no estaba preparado para la pandemia, pero sin más armadura que el Equipo de Protección Personal (EPP) de bioseguridad, comenzaron a asistir a los pacientes que se contagiaron. Muchos profesionales de este gremio enfermaron y otros también fallecieron en el campo de batalla, pero continúan al frente en los centros hospitalarios.

Cinco profesionales comparten su experiencia de lo que significó trabajar directamente contra el virus, a pesar de la precariedad, pero motivados por el propósito de salvar la vida de los que terminaban en sus servicios.

Cuando se desató la pandemia en el país, los más jóvenes debieron quedarse en primera línea para enfrentar al virus, soportando por horas los incómodos trajes para ayudar a que la gente pueda al vencer al covid-19, algunos incluso perdieron la vida en esa batalla.

Andrés Martínez, jefe de UTI del San Juan de Dios

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“Aprendimos a vivir con el virus, pero el apoyo familiar es importante”

Es médico intensivista y a sus 40 años de edad funge como jefe de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de covid-19 del San Juan de Dios, desafío que asumió en plena pandemia. A diario trabaja junto a su equipo de profesionales ,que en su mayoría son jóvenes de entre 25 a 40 años, que se enfrentan al enemigo invisible para que sus pacientes salgan victoriosos. “No había manera de dejar de lado el trabajo, para muchos ha sido una oportunidad y a pesar de las carencias , continuamos atendiendo. Aprendimos a vivir con el virus, pero el apoyo de la familia es importante”, mencionó. La pérdida de un médico y de ver muchos fallecidos, en ocasiones lo desalentaba, pero también hubo dos experiencias que lo impactó, porque el pronóstico de los pacientes era crítico y ahora gozan de la vida.

Sandra Ríos, enfermera






“Pido perdón a las personas que no pudimos atender”

Sandra fue la primera enfermera en recibir la vacuna contra el covid-19 en Santa Cruz. Tiene 40 años y lleva 16 años trabajando atendiendo a pacientes en el área de Terapia intensiva, experiencia que la puso como encargada de las enfermeras de los Domos del hospital Japonés. Sandra recuerda que tuvieron que dar todo para que ese servicio funcione y salven la vida de los enfermos con coronavirus. No solo fue complicado, sino también muy estresante por el arduo trabajo que la alejó de su hija y esposo. “Fuimos el hospital que atendió el primer caso y en el transcurso del tiempo fuimos mejorando”, señaló. El personal que fue reclutado tuvo que ser capacitado y aprender sobre la marcha. “Pido perdón a las personas que no pudimos atender, hubo momentos en el que estábamos saturados”, dijo.

Patricio Gutiérrez, especialista - hospital La Portada






“Enfermé tres veces de covid-19, pero donde hay casos, ahí estoy”

Es médico especialista en terapia intensiva, tiene 44 años y no solo ha tenido que atender a pacientes con coronavirus, sino que también tuvo que vencer al virus en tres oportunidades. Patricio cuenta que esta es la segunda pandemia que enfrenta, porque la primera fue en 2009 cuando se registraron los casos de gripe porcina, donde vio a muchas personas morir, es por eso que, desde noviembre de 2019, cuando empezaban a aparecer los casos de covid-19 en China y expandirse, presentía que todo se iba a salir de control. Impulsado por ese instinto viajó con otros médicos a EE.UU para especializarse por lo que en marzo de 2020 armaron estrategias para reforzar las terapias. Hizo funcionar el hospital La Portada de La Paz. “Para esto me formé y donde hay casos covid-19, ahí estoy”, expresó Gutiérrez.



Richy Anderson, médico intensivista






“ver a un padre sufrir por su hijo, es una de las peores cosas”

Su vocación lo mantuvo firme en la atención de pacientes con covid-19. Richy Anderson es médico intensivista y a sus 35 años tuvo que asumir como jefe de las unidades de terapia de los Domos del hospital Japonés, y durante la pandemia celebró dos cumpleaños. “No era justo dejar el trabajo, dejar a mis colegas y ver a tantos pacientes y a sus familiares sufriendo por el contagio del virus. Ver a un padre sufrir por su hijo, es una de las peores cosas que me ha tocado ver en este trabajo, pero hay que seguir firme para salvar a los que llegan a buscar atención”, confiesa Anderson.



Fabiola Soliz, enfermera


“Teníamos miedo porque en un principio todo era experimento”

El desborde de los casos de covid-19, llevó a Fabiola a trabajar directamente en la terapia de una clínica en la capital cruceña, lugar donde a diario llegaban enfermos críticos que ni siquiera podían respirar ayudados con el oxígeno. Esos momentos aún los recuerda y la entristece. Para no exponer a su familia dejó de verlas por mucho tiempo y solo tenía contacto con ellos a través de videollamadas. “Teníamos miedo porque en un principio todo era experimento, no se sabía mucho de cómo tratar a los pacientes, y también la familia pensaba que si uno se enfermaba se iba a morir”, indicó. El pasar del tiempo y la experiencia con estos pacientes, le permitió ayudar a muchas personas. Soliz lleva nueve años ejerciendo como enfermera y es instrumentista, por lo que sigue firme en su labor.





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