El teletrabajo y las clases a distancia alimentan un sedentarismo que hace daño

19 de agosto de 2021, 10:56 AM
19 de agosto de 2021, 10:56 AM

Nunca hemos visto una relación tan letal entre una enfermedad infecciosa y las enfermedades no transmisibles (ENT). Algunos de los datos son realmente alarmantes. Especialmente para nuestra región, donde las ENT están extendidas ampliamente. Existe relación mortal, no vista con otras infecciones”, dijo Carissa Etienne, directora de la OPS/OMS, refiriéndose a una serie de patologías previas y crónicas, como diabetes, hipertensión, cardiopatía, cáncer, afección cerebrovascular y respiratorias crónicas.

En algún momento también se abordó el impacto del confinamiento en la salud mental, pero poco o casi nada se habló sobre una serie de molestias en las articulaciones del cuerpo, probablemente porque no había pasado el tiempo suficiente para manifestarse.

Ha transcurrido ya un año y medio desde que el coronavirus apareció en escena, y en este tiempo muchas empresas e instituciones, incluso centros educativos, aún mantienen en pie la modalidad del teletrabajo o las clases a distancia. El prolongado periodo de permanencia en casa ha dejado secuelas: problemas en columna, cuello, rodillas, codos, todo lo relacionado con articulaciones, pero incluso ojos secos debido al exceso de horas frente a todo tipo de pantallas.

En Reino Unido, un grupo de reumatólogos lanzó un estudio para evaluar cómo el aislamiento afectaba a personas con enfermedades musculoesqueléticas. Encontró que los dolores musculares y articulares a causa de estas enfermedades empeoraron con las medidas de aislamiento, por la falta de actividad física y las malas posturas al trabajar. El 53 % de los participantes respondió que sus dolores habían aumentado.

El traumatólogo y cirujano articular de la clínica Foianini, Paúl Patiño, coincidió con estas afirmaciones. Ilustró sobre la problemática de salud por el confinamiento con dos grupos visibles, el primero, el de los mayores de 60 años, que debido al encierro y a que suspendieron los servicios de las trabajadoras del hogar están haciendo nuevas y más tareas; sobre el otro grupo, el de los más jóvenes, dijo que la mayoría de las consultas de este rango tienen que ver con problemas de postura por el trabajo remoto, a lo que se suman más horas frente a la computadora.

Según el especialista, solamente en su estadística personal, tiene entre seis y siete cirugías de hombros a la semana. Es cauto a la hora de dar cifras, pero estima que la consulta por problemas relacionados con el confinamiento ocupa entre 30 y 40% de su agenda.

Para Patiño, el primer lugar de la consulta es ocupado por los problemas en rodillas, seguido del de hombros. “También hay dolor de dedos en las mujeres mayores, por trabajos manuales, en dedos porque es donde generalmente comienzan los fenómenos degenerativos, como la artrosis, etc.”, indicó.

Explicó que el incremento de casos empezó a notarse más desde octubre y noviembre del año pasado, después de la cuarentena rígida. “Tras que pudo salir, la gente empezó a ir a la consulta, y ahorita que están perdiendo el miedo, porque además ya están vacunados, salen en busca de la atención médica”, aseveró.

Catalogó como leves a la mayoría de esos problemas articulares, pero aclaró que en la gente mayor, a partir de los 60 años, muchas veces se agudizaron lesiones que en su momento ya existían.

ERGONOMÍA

Una buena parte de las personas que trabaja desde el hogar carece de las condiciones ergonómicas necesarias, como una buena silla, con la altura adecuada entre la pantalla y los ojos, etc., lo mismo en el caso de las mesas, lo que acentúa la aparición de dolores que antes no eran siquiera una posibilidad. Asimismo, hay una tendencia al desequilibrio en los horarios, ya que se pierde el control de la cantidad de horas que las personas pasan sentadas, con el mínimo de movimientos y desplazamientos, sumado a eso, una buena parte vive en espacios reducidos, departamentos.

“Generalmente la gente no tiene en casa la ergonomía requerida con la que cuentan en la oficina. La mayoría de los dolores musculares provienen de malas posturas que generan sobrecarga muscular y articular”, dijo el ortopedista colombiano Giuseppe Alajmo.

En este tipo de escenarios, las pausas activas se vuelven más necesarias que nunca. Si bien algunas empresas han facilitado a sus empleados la ergonomía necesaria, mandándoles sillas, etc., hasta su casa, y también sugiriéndoles la realización de pausas activas, ante el escaso control en el hogar, hay gente que no las toma en cuenta, alimentando el hábito del sedentarismo a niveles preocupantes.

De acuerdo al portal digital France 24, un indicador de lo que fue la disminución de actividad física al inicio de la pandemia es la medición de los 30 millones de usuarios de los monitores de movimiento Fitbit (relojes smart), que comparó los pasos que dieron estas personas diariamente en marzo de 2019, frente a los dados en el mismo periodo de 2020. Se encontró que durante el inicio de la pandemia hubo una disminución entre el 7 y 38 por ciento de la actividad física.

Por los problemas que puede causar el sedentarismo, la OMS y los gobiernos han invitado a la gente a realizar actividad física, pero muchos la han hecho sin cuidarse y han resultado lesionados.

Algunos casos de lesiones no necesariamente tienen que ver con patologías por sedentarismo, sino todo lo contrario, hay gente que llegó a la consulta con problemas articulares, ya sea en las rodillas o en la parte baja de la espalda, por seguir rutinas de ejercicio de influencers que no son expertos en el tema. Las partes del cuerpo que más se han afectado por esta causa han sido la espalda baja, las rodillas y los hombros.

LOS OJOS

Las migrañas, además de los ojos secos, son otro factor que es necesario tomar en cuenta. Generalmente, las personas usan bloqueador para los rayos solares, pero olvidan la existencia de otro tipo de irradiación, la que proviene de las computadoras.

Diversos estudios han establecido que los monitores de las computadoras emiten radiaciones ionizantes, como rayos X, y radiación no ionizante, como los rayos ultravioleta e infrarrojos, además de una carga electrostática en la superficie de los mismos.

Esta arremetida puede derivar en el Síndrome de Fatiga Visual-Corporal por Computadora (SFVC), causado por el exceso de horas frente al monitor, lentes inadecuados, distancia incorrecta, disminución de la frecuencia del parpadeo, etc.

Entre las señales de alerta de que se padece el SFVC figuran lagrimeo, ardor en los ojos, resequedad, dolor de cabeza, visión borrosa, alteración en la percepción de los colores, sensación de arena en los ojos, etc.