Asumen las denuncias en contra de autoridades cruceñas como otra manera de amedrentar. Además, aluden que la discriminación la sufrieron los 34 pueblos indígenas de oriente que no se reflejan en la wiphala. Piden la renuncia de dos ministros

27 de septiembre de 2021, 15:28 PM
27 de septiembre de 2021, 15:28 PM

El presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, se defiende ante las acusaciones de racismo y discriminación en su contra por los hechos suscitados durante la iza de banderas el pasado 24 de septiembre. El cívico acusó al Gobierno central de provocar a Santa Cruz para luego amedrentar con la utilización de la justicia.

En la conferencia de prensa, desarrollada este lunes, identificó a "un policía disfrazado de falso indígena y dirigente de la Conamaq" como una de las personas que incitó a caldear los ánimos. El relato de Calvo revela que esta persona "insultó a los chiquitanos al llamarlos políticos disfrazados de indígenas". 

Ante esta incitación, algunos de los indígenas, que permanecen en vigilia en el atrio de la Catedral, optaron por desalojarlo de la plaza 24 de septiembre. En el recorrido, chicotearon al presunto dirigente de la Conamaq, lo que provocó su denuncia de racismo y discriminación en contra de Calvo.

Según la información recabada por los cívicos, se trataría de un "impostor" declarado persona no grata por la propia Conamaq y "denunciado por usurpación de funciones y vinculado con la venta de items", explicó el presidente cívico. Ante esta situación, cuestionó cómo es posible que haya racismo si el involucrado es "un falso indígena disfrazado"

Calvo también se refirió sobre su negativa a saludar a autoridades del Gobierno. "El saludo se lo puede negar a la persona que uno desee", destacó y recalcó que "el presidente Luis Arce Catacora, después del discurso del presidente de la Cainco, no dio la mano ni la mirada". 

Sin embargo, "a mí me quieren denunciar por racismo y discriminación", observa el cívico.

Las denuncias anunciadas en contra de diversas autoridades cruceñas, entre ellas el propio Calvo, suponen nuevas maneras de "amedrentamiento por el ministro Lima sabiendo que no hay ningún delito", matiza el presidente cívico.

Ahonda más en los hechos sucedidos en la plaza 24 de Septiembre y cuestiona la repercusión que tuvo la wiphala cuando representa a "solo dos de los pueblos indígenas y discrimina otras 34 nacionalidades del oriente boliviano", recalcó Calvo.

El cívico levantó el nivel de la polémica al pedir la renuncia de los ministros de Justicia (Iván Lima) y de Gobierno (Eduardo Del Castillo) "por su temeraria osadía de provocar al pueblo cruceño y perseguir a través de un montaje". 

Calvo consideró que los discursos de las autoridades tratan de "imponer su mentira" y recalcó la necesidad de que asuman su verdadera función y "trabajen por Bolivia, por la salud y por la economía, y dejen de lado el discurso de odio y de revanchismo".