Bolivia empieza con la necesaria renovación que obliga el paso del tiempo, el recambio que demoró pero que es ineludible

22 de noviembre de 2021, 8:17 AM
22 de noviembre de 2021, 8:17 AM

La selección empieza a mirar el futuro porque la necesidad la obliga. Tiene que empezar a armar lo que viene porque varios jugadores ingresaron en la recta final de su carrera y la renovación forma parte de las leyes de la vida.

Bolivia cuenta con un grupo que participó en el Campeonato Preolímpico, que se disputó en Colombia hace dos años, categoría Sub-23, mostrando condiciones para empezar a llenar esos espacios que requerían nuevos ocupantes.

Por rendimiento, actitud y resultados provocaron elogios y permitían ver el futuro con expectativa por la posibilidad de empezar a armar un equipo que permita entusiasmarse y alentar esperanzas de días mejores en el fútbol.

Ese grupo fue relegado por un tiempo, sin explicación ni lógica, y retrasó casi dos años su llegada por decisiones del cuerpo técnico, que buscaba otras alternativas, relegando a ese grupo que “pedía pista” para aterrizar en a la selección mayor.

Solo unos cuantos eran citados de tanto en tanto pero pocos tenían un lugar entre los titulares. Hasta que empezaron a aparecer, como por arte de magia, en mayor número, justo en un momento favorable, cuando la selección revive en las eliminatorias.

Hoy, se podría decir que el futuro ya llegó, porque esos jugadores empiezan a formar parte de la base del equipo nacional que encara la recta final de las eliminatorias a Catar 2022.

Incluso hay un par de ausencias que en su momento formaron parte del plantel, el caso de los zagueros Luis Haquín y José María Carrasco, que sufrieron sendas lesiones de rodilla de las que se recuperan. Ambos son candidatos a formar parte de la zaga junto a Jairo Quinteros.

Carrasco tiene 24 años y milita en el Independiente del Valle, de Ecuador; Haquín tiene la misma edad y es jugador del Melipilla de Chile, aunque su pase pertenece al Club Puebla de México. Los dos ya fueron titulares en la Verde.

Algunos de este grupo aún esperan su oportunidad, aunque van ganando minutos en amistosos u otros torneos, el caso del arquero Rubén Cordano, 23 años, quien es hoy el sustituto de Carlos Lampe, de 34 años.

Roberto Carlos Fernández, de 22 años, lateral o volante por izquierda, de Bolívar, es otro de los que tuvieron muchos partidos en la eliminatoria y otros torneos con el seleccionado. Es uno de los jugadores de mejor cotizados en el país, su ficha está valuada en 635.000 euros.

Jairo Quinteros, de 20 años, hoy en Bolívar pero su pase pertenece al Inter Miami, se fue ganando un lugar de a poco. Hoy es titular. Es un jugador poli funcional en la zaga, puede jugar de central o lateral derecho.

El zaguero Sebastián Reyes, el yacuibeño de Wilstermann, de 24 años, espera otra oportunidad.

Franz Gonzales, de 21 años, es una de las últimas reapariciones de aquella selección Sub-23. El cuerpo técnico volvió a tenerlo en cuenta después de tiempo, y en los dos últimos partidos, el amistoso ante El Salvador y frente a Perú, tuvo un buen desempeño. Un volante central de mucho despliegue.

Ramiro Vaca, de 22 años, que hace poco emigró al fútbol belga, juega en el Beerschot, es otro de los que más partidos tiene en la selección mayor. Disputó 18 y convirtió dos goles. El último de gran valor, ante Perú en La Paz, que valió el importante triunfo.

En el medio también está Moisés Villarroel, de 23 años, volante de Wilstermann, un joven que parece un veterano porque empezó a jugar a los 17 años.

Víctor Ábrego también es otro de los olvidados recuperados del equipo del Preolímpico. El atacante de 24 años, que juega en Bolívar, respondió con el empuje de siempre y con goles.

También tiene lugar Bruno Miranda, otro de los atacantes de aquella selección, de 23 años, de Bolívar, los mismo que Henry Vaca, de 23 años.

El delantero de Oriente Petrolero ya disputó 17 partidos con la selección mayor, y el de más alta cotización entre los jóvenes: 825.000 euros, según Transfermarkt.

Los tres últimos, Ábrego, Miranda y Vaca, aparecen como una alternativa interesante en una selección boliviana que necesitará atacantes de aquí a poco tomando en cuenta que Marcelo Martins tiene 34 años y Juan Carlos Arce 36.

Bienvenida la renovación. De una u otra manera Bolivia cuenta con jugadores jóvenes para afrontar lo que viene, a corto y mediano plazo.