Por lo menos diez naciones originarias continúan en la capital cruceña. Ayer partieron en un camión los del Tipnis, que deberán navegar hasta cuatro días para llegar a sus comunidades. Han logrado acercamientos para financiar su Parlamento

3 de diciembre de 2021, 7:14 AM
3 de diciembre de 2021, 7:14 AM

“No hay ‘money’”, respondió uno de los dirigentes, a la pregunta de por qué los indígenas regresaron a sus casas en un camión, 25 adultos y seis niños, tendidos sobre un montón de bultos.

Desde hace varios días se anunciaba una desmovilización de la undécima marcha que no ocurría, precisamente porque faltaban los recursos económicos para esto.

El jueves por la tarde, por fin partió la comitiva del Tipnis, y hoy saldrán las restantes; probablemente muchos también lo hagan en camión.

De las 24 naciones de tierras bajas que participaron en la marcha, quedan aproximadamente diez, que regresarán a sus hogares hoy como plazo final. Sin embargo, permanecerán en la capital cruceña los integrantes de las tres comisiones del Parlamento Indígena, para pulir el estatuto, que ya fue aprobado en grande.

“Ya estaba fatigado”, dijo ayer Clemente Yubanure, feliz por irse. No le importó la precariedad del viaje, ni el bolsillo vacío. “Con mi esposa estábamos pidiendo ayuda porque estamos cero de fichas. No queremos echar la culpa a nadie, pero estamos sin un peso”, confesó.

El camión debía dejarlo en Trinidad, y de ahí tenía que viajar por río entre un día y medio o dos, el periodo más corto para los que viven en las entrañas del Tipnis, hasta llegar a su comunidad, San José de Patrocinio.

Para Luis Noza la travesía será más prolongada, tendrá que surcar las aguas de tres ríos, Mamoré, Isiboro y Sécure, hasta llegar a Coquinal, una de las comunidades más alejadas.

Emilio Noza partió con su familia, menos dos integrantes, su hija que dio a luz, y su nieto René, que nació hace pocos días en la marcha.

Ir en camión, encima de bultos, con el cielo como techo, no es lo más recomendable para su integridad. Por eso ambos se quedarán una semana más, y la mamá aprovechará para hacer los trámites de nacido vivo del pequeño.

“Después de pasar Trinidad, nosotros tenemos que ir en vehículo Noah hasta San Ignacio de Moxos, luego a Lorenzo de Moxos, y de ahí navegar dos días por el río Tijamuchi, hasta salir al Sécure y llegar a nuestra comunidad, Totora”, explicó Emilio Noza.

Su travesía también apuntaba a ser complicada. “No tenemos ni para el tapeque”, dijo, ‘yesca’ como la mayoría de los viajeros.

Solamente para el combustible de su canoa necesitaba Bs 400. Y no son los del Tipnis los que viven en los sitios más remotos, los takana, que habitan en Pando, sentirán aún más el peso de la distancia.

Lágrimas y abrazos

Fue inevitable. Tras más de tres meses de convivencia, y sabedores de que no es fácil reencontrarse debido a la lejanía de sus comunidades, varios derramaron lágrimas, se abrazaron y se despidieron en sus lenguas nativas. “No me gustan las despedidas porque uno se encariña”, dijo Dilfredo Moreno.

Estas escenas se repetirán este viernes, 3 de diciembre, cuando retornen a sus hogares los indígenas restantes. La Cidob Orgánica se hará cargo de los 43 weenhayek y de la veintena de mojeños trinitarios del Tipnis, pero pertenecientes al Trópico de Cochabamba, mientras que la otra parte de la organización coordinará la partida de las naciones restantes.

Hoy también regresará a su región montañosa Benito Condori, el único indígena de tierras altas, del norte de Potosí, miembro del Conamaq, que permaneció firme hasta el último minuto de la undécima marcha; sus compañeros se fueron en días pasados. “Soy más camba que todos”, dijo en medio de risas, y con una bolsita de donaciones que incluía shorts, que espera usar en una próxima visita.

Alianzas

En los días de marcha, los organizadores y dirigentes se reunieron con personeros de Naciones Unidas y recientemente del Banco Mundial, entidad con la que ya habían tenido un primer acercamiento en la cumbre COP26.

“Se había mencionado financiamiento para temática indígena y medioambiental, vía la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica). Ya se había decidido la creación de un banco indígena para la Amazonía”, informó Roni Ribera, de la Cidob Orgánica, y adelantó que ya se está gestionando financiamiento para la labor del Parlamento Indígena, que nació con la undécima marcha por el territorio.