FAO pide a los gobiernos que hagan inversiones para subir la producción

Los gobiernos deben realizar las inversiones que sean necesarias para impulsar el valor añadido de la yuca. De esta manera se logrará que el principal derivado, o sea el almidón, sea competitivo a escala internacional.

Con esta expresión la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desde Roma formuló un llamado al mundo a poner su atención en este tubérculo de muchas variedades y colores. Destaca que ese cultivo tropical  podría ayudar a proteger la seguridad alimentaria y energética de los países pobres, amenazados en la actualidad por los crecientes precios de los alimentos.

Esta iniciativa no es de ayer. Hace una década la FAO convocó a treinta expertos mundiales en la investigación de este producto con el objetivo de fomentar y coordinar planes de inversiones, a escala planetaria, en el mejoramiento genético de este cultivo que representa una fuente clave de nutrición. 

Entre las propuestas que se trataron y se vienen difundiendo desde entonces, figuran la puesta en marcha de una cadena de distribución de la yuca mediante la cual se canalicen los avances técnicos a los agricultores. El planteamiento fue resumido con la frase: de la semilla al campo y al mercado.
El sistema de esta cadena contempla planes de largo plazo para incorporar mejoras en la fertilidad de la tierra mediante una mejor gestión y un mayor uso de insumos, mejoras en el conocimiento científico básico del tubérculo (incluyendo la genómica), aumento de la cuota del mercado a través del desarrollo de productos poscosecha y la formación, para próximas generaciones de investigadores de yuca en los países en desarrollo.

Según la FAO, se ha intentado mejorar el cultivo con métodos convencionales, pero los resultados han sido escasos.
El progreso fue y sigue siendo lento debido a la compleja composición genética de la yuca, lo que hace difícil su desarrollo eficaz.