La nadadora, que cumplió 29 años en Tokio, comparte la fórmula para llegar a sus terceras Olimpiadas y mil medallas. Hoy vive para formar campeones

1 de agosto de 2021, 10:45 AM
1 de agosto de 2021, 10:45 AM

Era tan inquieta que a los cinco años sus padres la inscribieron a clases de natación, no por cuestiones deportivas, sino por seguridad, porque donde había agua Karen saltaba sin pensarla dos veces. Así se evitaron los tremendos sustos que se llevaron varias veces al ver a la única mujer de tres hermanos lanzándose al mar sin salvavidas.

De esta forma la cochabambina Karen Torrez Guzmán empezó a transformarse en la ‘sirena boliviana’ que ha surcado decenas de piscinas alrededor de todo el mundo. El jueves celebró su cumpleaños # 29 en los Juegos Olímpicos de Tokio, un día antes de competir en natación. Su celebración fue distinta a la de cualquier joven de su edad, dormir, comer saludable, ver las pruebas y entrenar por varias horas, pero, para ella fue “el mayor regalo de cualquier deportista”. Y es que la nadadora profesional hoy vive para el deporte y para atraer a otros hacia él.

El flechazo

Así como amaba la natación, lo hacía al básquet, voley, fútbol y danza. Todo con tal de estar activa.

Cuenta que cuando era chica los medios de comunicación se limitaban a radio, TV y periódico, y en este último un día, encontró un suplemento sobre los bolivianos que irían a las Olimpiadas. Era una palabra nueva, que le abrió los ojos y dio un giro a su vida. Quería ser una de ellos y aparecer en los diarios. Fue su “primer pequeño objetivo para llegar al gran objetivo”.

Entrenó, mejoró y a los 12 años viajó a su primera competencia en Argentina. Allá, relajada, se burló de sus compañeras por estar nerviosas de enfrentarse a nadadoras de otros países. “Vamos a perder, ¿de qué se preocupan?, disfruten el campeonato”, recuerda que fue su “mediocre consuelo”.

Para su sorpresa, ganó cuatro medallas de oro y una de plata, “algo que no imaginaba que podía hacer”. Karen hoy confiesa que entendió que muchas veces, “nuestro mayor obstáculo somos nosotros” que “nos condicionamos al magnificar a la competencia”.

Con la cabeza reprogramada, la ‘sirena’ hoy lleva tres Juegos Olímpicos en su carrera, también fue a Londres 2012 y Río 2016, y 1.000 medallas en competencias mundiales, en los bolivarianos y sudamericanos. Su fórmula es sencilla, la compartió en una charla TEDx y la repite cada vez que tiene un micrófono: “Con disciplina, perseverancia y compromiso se pueden hacer realidad los sueños”.

Fuera del agua

Nadadora profesional las 24 horas. Sus familiares la describen como extrovertida, tranquila y entregada. Igual reconocen los sacrificios que hizo a lo largo de su vida para cumplir sus metas. Entrenamientos antes y después de clases, en el colegio, y hasta ocho horas diarias y de lunes a domingo, en su época de becaria.

Dejó la casa familiar a los 19 años para empezar a recorrer las aguas del mundo. Primero fue con una beca a Estados Unidos, luego tres años con otra a España y la última de unos meses a Francia.

“No vas a vivir del deporte, debes ponerte a estudiar”, contó una vez que le dijeron, pero ella demostró que sí lo haría. Tras que retornó a Bolivia, Karen recibió la propuesta de ser directora y entrenadora del área de natación del Club Hípico Los Sargentos de La Paz y se mudó a ciegas.

Sigue y seguirá compitiendo, pero dice que allí, formando futuros campeones, no solo tiene objetivos personales, sino otros que se traza con sus alumnos.