Solo unos cuantos aplaudieron, mientras un grupo de actrices abandonó el salón, enfurecidas con el resultado. Esto sucedió en la gala de los premios César cuando se anunció que el ganador a Mejor director fue Roman Polanski, acusado de violación.

Nada más anunciarse el galardón al director de J’accuse, que decidió no asistir a la ceremonia, Adele Haenel, primera actriz que denunció haber sido víctima de abuso sexual en la industria, abandonó la sala Pleyel de París donde se celebraba el evento.

“¡Es una vergüenza!”, dijo al salir, seguida por otros  asistentes. “Distinguir a Polanski es escupir en la cara de todas las víctimas. Equivale a decir: ‘no es tan grave violar a mujeres’”,  declaró recientemente la intérprete en una entrevista con el New York Times.