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La caída del régimen de Bashar al Assad ha dejado un vacío de poder en Siria.

Los distintos grupos rebeldes que se han disputado el control del país desde que se iniciara la guerra civil hace más de 13 años deben comenzar ahora un compleja transición y formar un nuevo gobierno.

Hasta ahora les unía el objetivo de derrotar a un cruento régimen que llevaba en el poder desde hace medio siglo.

Pero sus ideologías y ambiciones políticas, además de sus mecenas internacionales, son muy distintos, por lo que, una vez derrocado Al Assad, este periodo transitorio se aventura complicado.

Tres milicias principales -Hayat Tahrir al Shar (HTS), el Ejército Nacional Sirio (ENS) y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que hacen a su vez de paraguas de otros grupos más pequeños- operan en Siria, donde controlan extensas partes del territorio.

A esto se suma un enjambre de pequeñas formaciones locales en distintos puntos del país, sobre todo en el sur, y los restos de los yihadistas del grupo Estado Islámico, aún latentes en algunas zonas desérticas del país.

El territorio que estaba controlado por las tropas de Al Assad ahora está en disputa, así como ciertos puntos de fricción donde estas milicias luchan entre ellas por su control.

La división del país empezó en 2011 cuando un levantamiento pacífico contra el presidente sirio Bashar al Assad se convirtió en una guerra civil a gran escala.

El conflicto ha dejado medio millón de muertos y se ha convertido en una guerra subsidiaria en la que hasta ahora participaban países de la región, Rusia y Estados Unidos.

El control de cada parte de Siria ha cambiado significativamente desde el comienzo de la guerra.

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Al principio, el gobierno del presidente Al Assad perdió vastos territorios ante las fuerzas rebeldes, pero a partir de 2015 logró obtener el apoyo de Rusia y recuperó el control de alrededor de dos tercios del país. El apoyo de Irán también fue fundamental.

En el norte, donde Siria limita con Turquía, hay numerosas fronteras trazadas por autoridades autoproclamadas o grupos armados respaldados por actores internacionales.

Desde el este de la capital, Damasco, hasta las tierras que llegan al río Éufrates, el territorio estaba bajo la influencia iraní, según Serhat Erkmen, del Centro de Análisis de Riesgos y Seguridad.

Y la costa mediterránea hasta Damasco y las tierras del sur estaban bajo la influencia de Rusia, añadió.

Todo este territorio, que controlaba el ejército sirio, se ha quedado ahora en una suerte de limbo y podría convertirse en objeto de disputa por las milicias que operan en el país.

Te explicamos aquí cuáles son los principales grupos armados sirios y qué territorios controlan.

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Hayat Tahrir al Sham (HTS), anteriormente conocido como Frente al Nusra, asegura no tener ya vínculos con al Qaeda.

Hayat Tahrir al Sham

En el noroeste de Siria se encuentra la provincia de Idlib, que ha estado controlada por varias facciones rivales de la oposición desde que las fuerzas gubernamentales perdieron el control de esa provincia en 2015.

Ahora está en su mayor parte bajo el poder de Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la liberación del Levante).

Este es el grupo que ha liderado la ofensiva contra Al Assad que en apenas dos semanas logró derrocarlo.

Su levantamiento y rápido avance hacia Damasco, tomando las ciudades de Alepo, Hama y finalmente Homs en el camino, dio pie a que otros grupos aprovecharan la oportunidad y marcharan hacia la capital desde el sur.

HTS se ha apoderado de toda la franja que va desde Idlib hasta Damasco, que está ahora bajo su control, y ha llegado a la costa mediterránea hasta Latakia, en el norte, y en la franja que hace frontera con Líbano.

También se ha hecho con el control de algunos puntos en el Eúfrates, como la ciudad de Deir Ezzor, que estaba dominada por tropas del régimen, pero que los kurdos invadieron la semana pasada y que ahora ha vuelto a cambiar de manos.

El líder de HTS es Ahmed al Sharaa, conocido hasta ahora por su nombre de guerra Abu Mohammed al Julani, que ha tenido un papel protagonista en esta rebelión relámpago.

“(HTS) solía llamarse Frente al Nusra y mucha gente estará familiarizada con ese nombre. Era la rama de al Qaeda en Siria”, explica Mina al Lami, especialista en medios yihadistas de BBC Monitoring.

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Ahmed al Sharaa, conocido antes por su nombre de guerra, Abu Mohamed al Julani, es el líder de HTS.

En 2016, el Frente al Nusra anunció que rompía sus vínculos con al Qaeda, ya que los grupos rebeldes locales se negaban a trabajar con ellos debido a la marca al Qaeda.

“Todo el mundo tenía miedo a al Qaeda. Por eso, el grupo anunció su independencia”, señala Mina al Lami.

Aunque HTS insiste en que es independiente y no está vinculado a una entidad externa, y afirma que no tiene ambiciones yihadistas globales, la ONU, Estados Unidos y Turquía lo consideran un grupo todavía asociado con al Qaeda y lo incluyen en la lista de organizaciones terroristas.

El periodista sirio Sarkis Kassargian afirma que hay muchos grupos radicales que apoyan a HTS en la región, como el Partido Islámico de Turkestán, un grupo yihadista dominado por los uigures chinos.

Después de obligar a la mayoría de los militantes respaldados por Turquía a salir de Idlib, HTS estableció una autoridad administrativa de facto en la región, conocido como Gobierno de Salvación Nacional de Siria.

Esta autoridad, que se presentaba como un "pequeño Estado dentro del Estado" y que buscaba obtener la aprobación de la comunidad internacional, contaba con ministerios y ministros muy activos en las redes sociales, que inauguraban proyectos, se centraban en la reconstrucción y asistían a graduaciones, tal y como explica Mina al Lami.

Tras la toma de Damasco y el derrocamiento del régimen de Al Assad, este Gobierno de Salvación Nacional se ha transformado en el nuevo gobierno de transición sirio.

Mohamed al Bashir, que lideró esa autoridad administrativa establecida por HTS en Idlib, ha pasado a ser ahora el primer ministro interino del gobierno transitorio.

Fuerzas Democráticas Sirias

Otro grupo destacado en el noreste del país son las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).

Esta coalición de milicias étnicas kurdas y árabes y grupos rebeldes controla extensas áreas desde el este del río Éufrates hasta la frontera iraquí.

Se nutre, principalmente, de las Unidades de Protección Popular (YPG), un grupo militante kurdo respaldado por Estados Unidos, y uno de sus principales socios en Siria en su lucha contra los yihadistas de Estados Islámico.

Los kurdos conforman en torno al 10% de la población de Siria, y las Fuerzas Democráticas Sirias mantienen con EE.UU. una estrecha cooperación económica, política y militar.

En 2018, las FDS declararon unilateralmente una entidad bajo el nombre de Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria, otro Estado dentro del Estado que controla una cuarta parte del territorio sirio y alberga bases militares estadounidenses y rusas.

En este territorio se encuentran los campos de internamiento de familiares del grupo Estado Islámico, como el de Al Hol, donde malviven unas 60.000 mujeres y niños, que están custodiados por las FDS con el apoyo de tropas de EE.UU.

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En el YPG, que forma el grueso de las Fuerzas Democráticas Sirias, también combaten muchas mujeres.

A lo largo de estos años, las FDS, a diferencia de otros grupos de oposición, han intentado establecer "una legitimidad internacional utilizando ambos canales, a través de Moscú y Washington”, explica el analista de seguridad Serhat Erkmen.

También mantuvieron en el pasado conversaciones con el gobierno sirio para determinar cómo podrían integrarse en el futuro del país.

Además de Estado Islámico, a quien las FDS combatió duramente y a quien logró arrebatar importantes ciudades en el noreste, las fuerzas kurdas también tienen un enemigo en Turquía.

Ambos se han estado enfrentado por el control de Manbij, una ciudad del noreste de Siria cerca de la frontera turca de mayoría árabe.

Sin embargo, tras la caída de Al Assad, EE.UU. y Turquía han llegado a un acuerdo para que las tropas kurdas puedan retirarse con seguridad y garantías de Manbij.

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La presencia de las FDS en la frontera turca es una de las principales preocupaciones de Ankara.

El pueblo kurdo está dividido principalmente entre Siria, Irak, Irán y amplias zonas del este de Turquía.

Allí Ankara libra una batalla de más de tres décadas contra el grupo militante PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), al que Turquía considera terrorista.

Por ello, el norte de Siria es de vital importancia para Ankara.

Ejército Nacional Sirio

La inquietud turca por su frontera sur le ha llevado a respaldar a una serie de grupos militantes sirios que operan en el norte del país bajo el paraguas de lo que denominó Ejército Nacional Sirio (ENS) en 2017.

Esta coalición incorporó a muchos miembros del Ejército Libre Sirio (ELS), el primero que se creó en 2011 por oficiales desertores del ejército para luchar contra el régimen de Bashar al Assad y proteger a los manifestantes opositores.

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En 2017, Turquía rebautizó a los grupos militantes a los que apoyaba como Ejército Nacional Sirio.

El ENS está compuesto también por grupos directamente vinculados al ejército turco o a la inteligencia de ese país, como la División Sultán Murad, y otros grupos con afiliaciones a los Hermanos Musulmanes y Qatar.

Pero entre sus miembros también hay mercenarios sin ideología, que se unieron a alguna de las formaciones para recibir un salario de Turquía.

"Hasta donde sabemos, estos grupos no trabajan junto con grupos yihadistas, pero por supuesto están en línea con la propia agenda, prioridades y ambiciones de Turquía en la región", señala Mina al Lami de BBC Monitoring.

Es por ello que, además de combatir el ejército sirio hasta su desmoronamiento esta semana, también luchan contra las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos.

Con el respaldo de Turquía, el ENS controla hoy áreas desde Afrin hasta Jarablus, en el oeste del río Éufrates, y desde Tell Abyad hasta Ras al Ayn en el este.

El 30 de noviembre, lanzaron una operación contra las fuerzas kurdas en el norte de Alepo, logrando avances y tomando el control de áreas como la ciudad de Tell Rifaat, anteriormente controlada por los kurdos.

El ENS es parte de la autoridad administrativa denominada Gobierno Provisional Sirio, y el gobierno y el ejército turcos también juegan un papel importante en la región.

Turquía acoge a unos 3 millones de refugiados sirios, a los que de alguna forma quiere devolver a su país, y ha visto en esta zona norte de Siria no solo un área de amortiguación de los posible envites kurdos, sino un territorio en el que realojar a los refugiados.

Estado Islámico y otros grupos

El grupo autodenominado Estado Islámico (EI), también conocido como ISIS o Daesh en árabe, proclamó su califato en 2014 y durante años logró apoderarse de vastas secciones de Siria e Irak.

La aparición de EI cambió el curso de la guerra en Siria y motivó la formación de una coalición liderada por Estados Unidos que incluía a más de 70 naciones para derrotarlo.

En 2019, esa coalición finalmente expulsó a EI de su último refugio en Siria.

Pero ¿terminó por completo la amenaza de EI en Siria?

La actividad del grupo estaba empezando a recomponerse y, en el último año, sus ataques aumentaron significativamente, según Mina al Lami.

El gran temor es que sus milicianos logren liberar a combatientes y a sus familias retenidas en varios campamentos controlados por las FDS, que algunos observadores han descrito como incubadoras de yihadistas.

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Miles de mujeres y niños se encuentran retenidos junto a presuntos combatientes de EI en campos de internamiento.

Amnistía Internacional asegura que, más de cinco años después de la derrota de EI, decenas de miles de personas siguen detenidas: unos 11.500 hombres, 14.500 mujeres y 30.000 niños están recluidos en al menos 27 centros de detención y dos campos de confinamiento: Al Hol y Roj.

"Estado Islámico tiene los ojos puestos en esos campos. Está esperando cualquier crisis, cualquier debilitamiento de la seguridad para poder entrar y asaltar esos campos y prisiones y liberar a la gente que está allí", afirma Mina al Lami.

Desde el fin de semana pasado, Estados Unidos ha llevado a cabo varios bombardeos de posiciones de Estado Islámico para evitar que los yihadistas aprovechen el colapso del ejército sirio y el vacío de poder para afianzar territorio.

"No dejaremos que esto occurra", anunció el presidente de EE.UU., Joe Biden, en un discurso televisado desde la Casa Blanca tras la caída de Al Assad.

EE.UU. cuenta con unos 900 soldados en Siria y una base militar, Al Tanf, en la frontera sureste con Irak.

Entre los muchos grupos armados más pequeños y locales que han ido surgiendo en estos 13 años de guerra, destaca en el sur una nueva coalición, conocida como Sala de Operaciones del Sur (SOR, por sus siglas en inglés).

La SOR, que operaba con insurgentes en la periferia de Damasco, fue de los primeras alianzas en llegar a la capital siria el fin de semana.

Está integrada por milicias drusas y otros grupos de oposición, y también se nutre de milicianos del Ejército Libre Sirio.

*Con información de Fatima Celik, BBC News Turquía.

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