Pablo Ortemberg
Natalia Sobrevilla Perea.

El próximo 9 de diciembre Sudamérica conmemora el bicentenario de la Batalla de Ayacucho, una decisiva campaña militar que selló la emancipación de la región.

En el marco de una fecha tan importante, la historiadora peruana Natalia Sobrevilla publica su nuevo libro, La nación subyacente (2024), en el que explora la independencia de Perú desde una óptica que desafía las nociones tradicionales de aquella época.

La autora recopiló diez ensayos con los que además pretende acabar con el controvertido debate sobre si la independencia fue “conseguida” por méritos propios o “concedida” por agentes externos.

Natalia Sobrevilla Perea es profesora de Historia Latinoamericana en la Universidad de Kent, en Reino Unido.

Ha publicado extensamente sobre la creación de Perú y el período de las guerras de independencia sudamericanas y afirma que con sus investigaciones busca entender cómo la región logró organizarse “con todos los problemas que tenía y sigue teniendo”.

BBC Mundo habló con ella en el marco del Hay Festival Arequipa, que se celebró del 7 al 10 de noviembre.

BBC

¿De dónde viene el título de "La nación subyacente"?

En realidad es un título que me sugirió un amigo y colega cuando leyó el ensayo que presenté para un libro colectivo que salió publicado en 2015, que hablaba sobre los debates sobre la nacionalidad peruana.

La nación subyacente es lo que está debajo de la epidermis. Lo que subyace.

El debate sobre la independencia, por mucho tiempo y sobre todo a partir del bicentenario, se ha generado en torno a si nuestra independencia fue concedida por personas que vinieron de fuera o si fue concebida y peleada por los mismos peruanos.

Yo digo que es una falsa dicotomía porque en ese momento no existe todavía una nación peruana, sino que existe una nación subyacente.

¿Y cómo es esa nación subyacente?

Hay que tomar en cuenta que el Perú se independiza en medio de una crisis global, en la que el imperio español se está desmoronando.

Los peruanos van a forjarse y van a empezar a existir en este contexto de guerra.

Entonces, pensar que fueron factores externos los que lograron la independencia o que ellos mismos lo hicieron es no entender que se trata de un momento de crisis en el mundo que lleva a este proceso de independencia.

Getty Images
Con la batalla de Ayacucho gran parte de Sudamérica consolidó su independencia de España.

¿Cómo describes el proceso de independencia del Perú?

Es un proceso conectado e implicado con procesos globales, como la invasión napoleónica la toma de posesión de Fernando VII, y la creación de las juntas de gobierno en Buenos Aires, en Santa Fe de Bogotá, en Santiago de Chile, y más tarde la reacción del virrey Abascal, que busca enfrentarse en guerras contra estos tres espacios que buscan autonomía.

Todo eso desemboca en una serie de conflictos entre diferentes regiones por el control del territorio, que eventualmente van a llevar a que se forme y se organice la República del Perú.

Has dicho que existe la idea equivocada de que los peruanos se unieron todos contra los españoles y lograron la independencia. ¿Cómo fue la verdadera experiencia de los peruanos en esa época?

Debemos dejar de hablar de peruanos cuando se habla del periodo independentista, porque en esa época no existían los peruanos. Hay personas que vienen de diversas regiones de lo que ahora es el Perú.

El Perú no existe hasta que nace la República.

Hay personas de diferentes regiones de América que van a defender al rey, pero no solamente en el Perú, sino en todo el continente.

En la batalla de Ayacucho, de las 9 mil personas que defendieron al rey, solamente unas quinientas regresaron a la península ibérica. Es decir, todos los demás eran americanos.

Pero no son peruanos, porque los peruanos aún no existían.

Fue un proceso complejo, como dices. En los Andes había personas que se sentían bolivianas y peruanas. ¿En qué momento esas personas comenzaron a identificarse con las fronteras de las repúblicas?

Sí, fue un proceso bastante largo y tu ejemplo es muy interesante.

Mi primer libro fue sobre el general Andrés de Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana, porque justamente él creció en La Paz, pero su padre era de Ayacucho y su madre de Cusco.

Durante las guerras de independencia, se siente peruano y se siente boliviano y una manera que consigue para lidiar con esto es una confederación entre los dos países.

Pero en ella hay personas nacidas en Chile que están viviendo en Perú y sienten que pertenecen a este último lugar. Y personas que nacieron en Venezuela y viven en Arequipa. En fin, las nacionalidades aún están creándose.

Las fronteras mismas no estarán delimitadas hasta por lo menos el final del siglo XIX.

En el libro también destacas la gran diversidad racial de las personas que lucharon por la independencia del Perú...

Había grupos afrodescendientes, indígenas, mezclados, castas que van a pelear ya sea por el rey o por la independencia, o que se van a cambiar de bando.

Muchas familias se pelearon.

En Perú, algunos van a defender al rey al principio, luego luchan por la independencia y luego vuelven a defender al rey.

¿Crees que el hecho de que el proceso independentista del Perú haya sido tan complejo y dividido influye en lo que es el Perú hoy en día?

Sí, por supuesto. El diseño institucional del Perú que vino con las guerras de independencia se ha mantenido hasta ahora.

Pero no solamente en el Perú sino en toda la región.

En Sudamérica tenemos fracasos que vienen de las guerras de independencia y nos unen de manera perfecta; por eso ha habido tantos intentos fallidos de conseguir una gran unión hispanoamericana.

Nuestras naciones se fueron esbozando no solamente durante la independencia, sino durante el siglo XIX.

Durante 200 años hemos ido dándole sentido a nuestras naciones. Las hemos ido refinando y detallando, pero el diseño institucional sigue siendo el mismo tras la creación de estas repúblicas presidencialistas.

¿Qué cambios económicos hubo en el Perú tras la independencia?

Eso también es interesante, porque durante la revolución los cambios más importantes fueron a nivel político.

En cuanto a nivel económico, la propiedad de la tierra, por ejemplo, se mantuvo prácticamente intacta.

Los regímenes de distribución y posesión de la tierra fueron muy desiguales, sobre todos en los Andes.

Se va a heredar una noción de baja tributación donde solamente ciertos grupos sociales, como los indígenas, deben pagar impuestos.

Y el Estado va a ser prácticamente dueño de todo lo que hay en el subsuelo. Es decir, los minerales y el petróleo van a pertenecer al Estado como un monopolio.

La esclavitud también se mantuvo.

Sí, la esclavitud se va a mantener hasta mediados del siglo XIX en casi todos los países sudamericanos.

Las únicas excepciones van a ser Chile, que va a abolir la esclavitud muy tempranamente, en 1823. Allí hay una evolución completa, además de que hay una población muy pequeña de esclavos.

En México y Centroamérica se va a abolir en la década de 1830, pero en el resto va a ser durante un segundo momento de liberalismo, muy ligado a las revoluciones europeas de 1848 y las revoluciones se van a dar como en escalada, primero en Uruguay, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, alrededor de 1850 y 1854.

En el libro hablas del cuento "Guayaquil" de Jorge Luis Borges, en el que se debate sobre lo que se pudieron haber dicho José de San Martín y Simón Bolívar en aquel famoso encuentro entre los dos libertadores en julio de 1822. ¿Qué se sabe de esa reunión y por qué crees que San Martín y Bolívar decidieron no dejar ningún registro de lo que pasó?

El debate es interesante porque ya estamos a 200 años de imaginación de lo que se pudieron haber dicho.

Yo creo que para poder sentir que había libertad de decirse lo que realmente pensaban, decidieron que era una conversación que debía quedar entre ellos dos nada más.

Pero también porque los dos se consideraban como los dos grandes libertadores de América.

Eran quizás los únicos hombres que se consideraban en ese momento como iguales.

Entonces yo creo que optaron por tener esta conversación en privado.

En estas fechas, cuando se conmemora el bicentenario de la batalla de Ayacucho, ¿cuáles son los retos más grandes que enfrentan Perú y América Latina?

El reto más grande que enfrenta el Perú es el de la representación.

Tenemos en este momento a una señora en la presidencia de la República que tiene un 3% de aprobación y un legislativo que tampoco tiene apoyo popular.

La sociedad peruana está cansada y muchos consideran que nuestros sistemas republicanos heredados de la independencia ya no les sirven, no los representan o dejaron de funcionar.

América Latina también enfrenta varios retos.

Hay países como México, en donde AMLO [Andrés Manuel López Obrador, expresidente de México] hizo una reforma judicial que ahora la nueva presidenta Claudia Sheinbaum quiere mantener.

En Argentina, Milei está menoscabando el sistema de división de poderes y de participación del Estado en muchas partes de la economía

En Chile ha habido intentos seguidos de hacer una reforma constitucional. En los últimos cinco años, Chile ha estado totalmente enfrascado en ese proceso sin mucho éxito.

En Venezuela, vimos lo que pasó en las elecciones presidenciales de julio y seguimos en un impasse.

A 200 años de su independencia, América Latina sigue buscando representación y una organización institucional que funcione.

BBC

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