"Tienen que estar en Casa Militar los mejores oficiales, pero resulta que venían los ahijados del general", afirmó anoche el vicepresidente, Álvaro García Linera, sobre lo que considera un relajamiento de la disciplina militar. Reprochó totalmente el robo de la medalla y banda presidenciales a las afueras de un burdel en El Alto, una acción por la que se les ha abierto un proceso a dos militares.

Calificó el hecho como una "locura". Anticipó que "no lo vamos a volver a permitir, confiamos en que el general hacía su trabajo, confiábamos, son militares, han sido educados durante 20, 30 años para eso y resulta que el señor no hacía su trabajo (...) estaba en otro tipo de cosas". 

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El ahora exteniente Roberto Juan de Dios Ortiz Blanco, que tenía a su cargo ambos símbolos del poder, los perdió en las afueras de un prostíbulo. Junto al general Alberto Mansilla Pozo son procesados por la vía civil y militar.

"Ahí ha habido un relajamiento injustificable, para mí criminal, el relajamiento al interior de Casa Militar es criminal, nos ha hecho daño a todo el país, no solamente al Gobierno, al país, entonces eso exige un conjunto de medidas drásticas que las ha tomado el presidente", agregó García Linera.

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Informó que el jefe de Estado instruyó una reforma total de Casa Militar, porque también este ente regula la seguridad del presidente. Entonces, "si están fallando los protocolos probablemente está fallando la seguridad del presidente; entonces, hemos pedido que se reformulen los mecanismos de seguridad presidencial, de control de Casa del Pueblo y el viejo Palacio de Gobierno, y por supuesto los protocolos de los símbolos patrios", acotó.

La pasada semana el Ministerio de Defensa informó que el general Rubén Salvatierra es el nuevo jefe de la Casa Militar, en lugar de Mansilla, que será citado por la Fiscalía y que también encara un sumario informativo.