Un premilitar del regimiento Ingavi denunció que un sargento lo obligó a comer excremento e incluso, lo incitó a quitarse la vida. Sin embargo, padres de familia, que tienen a sus hijos en ese recinto militar de El Alto, rechazan la versión del colegial y defienden la instrucción que reciben sus hijos.

"Cuando alzó las heces fecales del suelo, me empezó a estrujar (agarrar) de mi cuello y con sus dedos me apretó. Lo único que pude hacer es abrir mi boca y él me ha metido las heces fecales y comencé a escupir", relató el premilitar a la red Bolivisión.

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En contraparte, un padre de familia de dicho cuartel, Germán Flores, dijo que estuvo 12 días en el campo junto a los jóvenes y nadie se quejó de nada. "Nosotros le dijimos que lo lleváramos a sanidad, lo revisaron, pero la madre dijo que lo llevaría a una clínica, con un psicólogo y que agarraría un abogado", manifestó.

José Tapia, abogado del muchacho, indicó que su cliente fue hostigado también por otro uniformado, que lo obligó a tomar una sustancia de color amarillo, se presume que era orín, aunque otros premilitares sostienen que "nunca los han castigado físicamente".

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Esta jornada el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, garantizó que se procesa cualquier denuncia que advierta excesos en la instrucción que reciben los jóvenes, que durante las vacaciones acudieron casi a diario a los recintos militares.