BoliviaDERECHOS
Informe alerta sobre la discriminación hacia afrobolivianos
La Defensoría del Pueblo advierte que los esfuerzos para acabar con prácticas racistas no fueron suficientes. Se plantea aplicar programas para la educación y prevención
6 de abril de 2015, 17:51 PM
Un informe de la Defensoría del Pueblo señala que se mantiene el racismo y la discriminación hacia el pueblo afroboliviano, no solo en las zonas urbanas sino en sus propias comunidades donde las mujeres, las niñas, las adolescentes y las personas con discapacidad son las que sufren los mayores niveles de violencia, marginamiento y maltrato social.
La investigación, titulada “Estado de Situación sobre el Ejercicio de los Derechos Humanos del Pueblo Afroboliviano”, establece que avances, dificultades, causas y situaciones en relación con la garantía, exigibilidad, goce y ejercicio de los derechos de este pueblo.
“Estos resultados deben servir para que las autoridades adopten medidas como la adecuación de la normativa y de la institucionalidad vigente y políticas públicas dirigidas a cambiar la cultura racista, discriminadora y de menosprecio”, manifestó Rolando Villena.
Entre las conclusiones se indica que el conocimiento sobre sus derechos humanos es mayor en las zonas urbanas a diferencia del área rural, aún a pesar de ello quienes han emigrado a las ciudades aún sufren discriminación, racismo y maltrato social, principalmente por su color de piel.
“Las prácticas discriminatorias generan también pérdida de su identidad y complejos de inferioridad en el inconsciente colectivo del pueblo afroboliviano, afectando de igual forma en la inserción en las dinámicas citadinas, ya que cuando migran se enfrentan a marginaciones”, se lee en el informe defensorial.
En sus comunidades su participación en reuniones y toma de decisiones es limitada, peor aún cuando proviene de otra comunidad. “Estas mujeres afirman sufrir discriminación y malos tratos, señalan que son las mismas mujeres quienes ejercen violencia, las suegras y las cuñadas son las principales”.
Las niñas y las adolescentes deben ayudar en la casa e incluso abandonar la escuela a favor de sus hermanos varones, quienes consideran que estas actividades domésticas son simples en comparación al trabajo que ellos realizan en el campo.
En cuanto al ejercicio de los derechos a la educación y a la salud, estos son limitados pues la enseñanza en la mayoría de sus comunidades termina en la primaria lo que les obliga a abandonar sus familias para continuar con sus estudios en centros urbanos. Por otro lado, acceden a una deficiente atención en salud.