Gonzalo Orellana se preocupó por el desmarque de los gobiernos de Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y Perú de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). No es para menos: Orellana es alcalde de San Benito, un pueblo a 38 kilómetros de la ciudad de Cochabamba que alberga la sede del Parlamento de Unasur, obra que depende de la Cancillería y que costó $us 65 millones.

“No sabemos qué va a pasar. Este año tenemos la presidencia pro témpore por un año y lo que tendría que hacer nuestro presidente es convocar a los países que no están participando de la Unasur, para que participen”, había dicho Orellana a Página Siete el sábado. 

Pero este domingo, tras escuchar al canciller Fernando Huanacuni decir que los países no han abandonado el bloque, se calmó y cambió de opinión. “No está todavía confirmado de que esos países no van a participar, así que no hay problema. Además, ya se está usando la sede”, explicó, para decir que este mes ya se realizó allí una cumbre de seguridad y que el 25 y 26 de abril habrá una cita internacional de parlamentarias y, por tanto, de todos modos, la obra ya se usa.

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