El diputado opositor, Rafel Quispe, encontró una forma creativa para llamar la atención, se puso una "mordaza" con el emblema "no me pregunten por ella", tras la audiencia judicial en la que se le prohibió hablar de la excandidata del MAS, Felipa Huanca, que lo procesa por acoso político.

Ayer, tras ser aprehendido, trasladado a celdas judiciales y cautelado, el Tribunal Primero Anticorrupción y contra la Violencia hacia la Mujer dictaminó medidas sustitutivas àra el legislador, quien tampoco no puede acercarse a la acusadora.

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Esta jornada el jefe de la bancada de Unidad Demócrata (UD), Gonzalo Barrientos, advirtió que en el país "a quien denuncia corrupción es aprehendido, es enmanillado", anticipando denunciar nacional e internacionalmente que se vulneró la inviolabilidad personal que les otorga la Carta Magna. 

En marzo de 2014, el opositor denunció que la entonces secretaria Ejecutiva de la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, de La Paz, era parte de del millonario desfalco al Fondo Indígena. La mujer, en respuesta, le inició un proceso por acoso político. 

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