Las autoridades rusas investigaban a un grupo de trabajadores sanitarios de San Petersburgo que están acusados de haber vendido certificados de vacunación contra el Covid-19 falsos en plena ola epidémica.

Según el comité de investigación, un médico y tres enfermeras están acusados de haber emitido certificados oficiales sin haber realizado las inyecciones, a cambio de más de 100.000 rublos (1.400 dólares).

Después introducían los datos de la falsa vacunación de los pacientes en el registro nacional de personas protegidas contra el Covid-19. Al menos doce personas se han beneficiado de este sistema.

El domingo, un tribunal de San Petersburgo prohibió salir de la ciudad a uno de los acusados, un médico, mientras dure la investigación.

San Petersburgo es la segunda ciudad más afectada por la pandemia de coronavirus en Rusia, que ha sido especialmente mortal durante las últimas semanas.

Rusia, el país más afectado de Europa, ha registrado varios récords de muertes y contagios, lo que llevó a las autoridades a declarar una semana no laborable y nuevas restricciones.

El Kremlin se niega a ordenar un confinamiento nacional para preservar la economía.

Apenas el 32% de la población rusa está totalmente vacunada a pesar de que el país cuenta con varias vacunas nacionales.

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