Productores de las distintas zonas del departamento de Santa Cruz se reunieron en instalaciones de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) para hacer conocer la situación crítica que atraviesa el sector debido a la toma de facto de sus propiedades.

En la oportunidad se contó con la presencia de productores afectados de Guarayos, San Javier, Obispo Santiestevan, Pailón, Zona Este y Sur del departamento, todos con la misma problemática, que les impide producir con normalidad y les genera una situación de indefensión e incertidumbre permanentes.

Los productores manifestaron ante la Comisión Jurídica de la CAO y los subsectores afiliados, sobre la difícil situación que vienen afrontando desde hace años, preocupados por los obstáculos que fueron encontrando en las diferentes entidades dependientes del Órgano Ejecutivo y Judicial.

En ese marco, anunciaron que se organizarán de manera institucional, solicitando el apoyo técnico y legal de la CAO, Anapo, Fegasacruz y otras entidades afiliadas a la matriz de los productores para continuar con la defensa de sus derechos.

Considerando la magnitud del problema, el directorio de la
Cámara se va a reunir con urgencia para tratar la temática y establecer una hoja de ruta que coadyuve a la defensa del sistema productivo departamental.

El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) presenta un panorama preocupante: en su último informe de Rendición Pública de Cuentas, informó que en 2023 se registraron 237 avasallamientos de predios en el país, de los cuales solo se han ejecutado 36 desalojos.

Santa Cruz es el departamento más afectado, pero también se reportan conflictos por tierra en Beni, Cochabamba y otras regiones. Incluso, cada año se dan nuevos asentamientos en áreas protegidas y se ha comprobado que crece el tráfico de tierras que se inicia con la quema de bosques.

La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) alertó sobre el riesgo de avasallamiento en más de 70.000 hectáreas de cultivos en el norte de Santa Cruz, poniendo en peligro la producción de 300 mil toneladas de granos de soya, maíz y sorgo, que deberían estar en plena siembra de la campaña de invierno. Con ello se pone en riesgo también las cadenas de producción alimenticia de pollo, cerdo, leche, huevos, aceite y otros alimentos.