En dos semanas, Bolivia registra la segunda caída de sus bonos soberanos colocados a 2028 de acuerdo con el reporte de Bloomberg. Así, el 6 de marzo estaban a 70 centavos de dólar, pero el 21 de marzo descendieron a 58 centavos de dólar. Sobre el tema, el Gobierno dice que "la disminución del precio de los bonos soberanos está sujeta a las condiciones de mercado volátiles, exacerbadas por los efectos de la caída de los índices de las bolsas de valores más importantes a nivel mundial".

En información oficial enviada a EL DEBER, desde el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, se indica que "así como la quiebra de bancos y la caída del valor de acciones de entidades financieras importantes que deterioran la confianza del inversor acudiendo a activos refugio, también  la subida de tipos de interés impuesta por la FED y otros bancos centrales encarecen más las condiciones de endeudamiento en los mercados, condiciones que inciden en la toma de decisiones de financiamiento para todos los países emergentes".

Las declaraciones del Ejecutivo coinciden con los economistas en sentido de que se han encarecido los créditos externos a partir de la turbulencia que ha provocado la quiebra de bancos en Estados Unidos.

Sin embargo, de acuerdo con los análisis de expertos internacionales, las razones del descenso de los bonos soberanos se deben a que los títulos de deuda perforaron los niveles mínimos de la pandemia ante la caída de las reservas del Banco Central de Bolivia (BCB) que se ubican en su nivel más bajo en 15 años.

El informe del medio especializado asocia la caída al ‘lento, pero inexorable’ desplome de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que de más de $us 15.000 millones en 2014 han caído hasta $us 3.538 millones al 8 de febrero de 2023 (último dato disponible).

Según el análisis del portal financiero especializado, los bonos de Bolivia han generado pérdidas de casi un 7% este año, el tercer peor desempeño en el mundo en desarrollo después de Ecuador, un incumplidor en serie, y Ucrania que está devastada por la guerra, afirma Bloomberg.

“Si afecta el contexto mundial es un factor agravante, no la causa de la caída. Los mercados tienen cada vez menos confianza sobre la capacidad que el país posee para honrar sus deudas y el Gobierno no quiere aceptar que la economía nacional tiene un modelo agotado. Todas las medidas están orientadas a tratar de salvar el modelo antes que la economía. Si no hay un cambio radical al modelo para salvar la economía, habrá que pensar en hablar de default (crisis de al menos 20 años) y cómo honrar las deudas. Un default viene acompañado de otras consecuencias más graves, sobre todo, una inflación difícil de controlar”, anotó el economista y experto en finanzas Mauricio Ríos García.

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