Una pequeña heladera para enfriar el agua y un ventilador, herramientas usadas para combatir el calor son lujos que resultan caros en Riberalta (Beni) y Cobija (Pando). Enclavadas en medio de la Amazonía boliviana estas regiones están aisladas del Sistema Interconectado Nacional (SIN) que provee de electricidad al resto del país. Al estar lejos de los centros urbanos los habitantes deben pagar más si es que quieren refrescarse y no vivir noches acaloradas.

Según la Autoridad de Fiscalización de Electricidad y Tecnología Nuclear (Aeten) en Riberalta la tarifa promedio aplicada para la categoría domiciliara es de Bs 0,99 Bs/kWh (kilovatio por hora). Esto implica que los usuarios están pagando un 16,47%.

Mientras que en Cobija, el precio es de Bs 0,85/kWH. En cambio, en ciudades como Santa Cruz de la Sierra y Montero la tarifa es Bs 0,87/kWh. Así también en urbes como La Paz y El Alto, el costo es de Bs 0,86/kWh. 

Hay un rezago

Óscar Alberto Balderas Montaño, diputado por Riberalta, explicó que, en su región, pese a ser un polo de desarrollo en la Amazonía, sus habitantes pagan la tarifa más cara de Bolivia (Bs 0,99). Sostiene que el problema es antiguo, pero no encuentra una solución. “Quienes vivimos en el norte del país pagamos un 25% más por ejemplo de lo que se paga en la ciudad de Sucre (0,74). Eso es injusto”, aseguró.

Expresó que el calor extremo que se registra todo el año en ese municipio provoca una alta demanda de productos como ventiladores, acondicionadores de aire, refrigeradores y otros, “que no son lujo sino una verdadera necesidad para las casas y empresas”.

Riberalta, según Balderas, ha logrado un desarrollado socioeconómico importante gracias a su posición geográfica estratégica y al aprovechamiento de recursos naturales. “Pero el Gobierno nunca dio importancia al mejoramiento de los servicios básicos en la Amazonía, pese a que son derechos humanos vigentes en la Constitución. Hoy en Riberalta, la energía se genera con motores a diésel, el Estado nunca consideró proyectos energéticos sostenibles y amigables con el medioambiente, que cubran las necesidades y bajen las altísimas tarifas”, expresó.

El senador Fernando Vaca, explicó que la cooperativa eléctrica de Riberalta fue intervenida hace tres años por la estatal ENDE, pero hasta la fecha no se ha realizado el estudio tarifario, a pesar de que se había asegurado que este estudio estaría listo en nueve meses. “Recién han licitado el estudio tarifario y obviamente los resultados todavía no se conocen”, dijo.

Explicó que las tarifas en Riberalta están entre Bs 0,70 y Bs 1.30 el kilovatio hora (kWh), cuando el promedio nacional es de Bs 0,85. “Esta diferencia afecta significativamente al sector productivo, que es el principal generador de riqueza en la región”, señaló.

El senador mencionó que Bolivia tiene una cantidad significativa de energía ociosa, que aún no ha logrado distribuir eficazmente. Comparó la situación de Riberalta con otras regiones, argumentando que las inversiones en infraestructura eléctrica deberían ser equitativas y no basadas en la ubicación geográfica.

José Bernardo Condori Lazo de la Vega, vicepresidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de Cobija, señaló que una familia de clase media puede gastar más de Bs 200.

El alto costo de la energía no solo afecta a los hogares, sino que también desincentiva la inversión empresarial en Cobija. “Las empresas, al enfrentar altos costos operativos, prefieren no invertir en la región, lo que frena la reactivación económica y la generación de empleos”, dijo.

El especialista, Sergio Arnez, explicó que, en Bolivia la generación de electricidad está predominantemente basada en gas natural, que constituye el 70% de la electricidad del Sistema Interconectado Nacional.

Sin embargo, las regiones aisladas como Riberalta y Cobija dependen completamente de motores a diésel, resultando en tarifas de electricidad significativamente más altas debido al costo del diésel, que es mucho mayor que el del gas natural.

Una posible solución, según Arnez, sería ampliar la red del Sistema Interconectado Nacional hasta esas regiones aisladas. Aunque la distancia desde Trinidad, la última ciudad conectada, hasta Riberalta es considerable, conectar estas áreas podría reducir los costos a largo plazo.

Otra alternativa es usar biomasa local, como la cáscara de castaña, para generar electricidad de manera sostenible y económica. “Pero estos proyectos no han avanzado debido a que el diésel utilizado en la generación de electricidad está subvencionado, haciendo que las energías renovables no puedan competir en precio”, señaló el experto.

El especialista hizo notar que el Gobierno boliviano ha enfatizado sus esfuerzos en proyectos de exportación de electricidad, pero no ha logrado resolver los problemas internos de las tarifas elevadas en las regiones aisladas.

Aunque existen planes a mediano y largo plazo para conectar estos sistemas aislados al Sistema Interconectado Nacional, actualmente siguen siendo caras y dependientes del diésel.

“En el futuro cercano, el costo de generar electricidad con diésel y gas natural importado se volverá insostenible, lo que hará económicamente viable invertir en líneas de transmisión”, dijo.

Arnez hace notar que el sistema interconectado aún no enfrenta problemas de suministro gracias a las reservas de gas, pero estas se agotarán en pocos años, forzando un cambio a energías renovables.

Generación

La Cámara Boliviana de Electricidad informó que en el Sistema Interconectado Nacional (SIN), existe una capacidad instalada de generación en 2023 ascendió a 3.787 MW. Esta energía proviene de centrales termoeléctricas, hidroeléctricas, eólicas y solares.

Pero la demanda máxima registrada fue de 1.658 MW el 16 de noviembre de 2023 a las 20:00 horas. Cabe destacar que el SIN abastece a todos los departamentos del país, excepto Pando.

En relación a las tarifas de electricidad, la Cámara explicó que estas varían según la región debido a los costos de generación, transmisión y distribución.
En el caso de los sistemas aislados como Cobija y Riberalta, los costos son más elevados debido al uso de diésel y paneles solares para la generación de energía.

La Cámara explicó que es complejo definir los precios de producción de electricidad debido a la variedad de tecnologías y combustibles utilizados, así como la fluctuación en la demanda.

El costo marginal spot de generación de energía se sitúa en $us 16 el megavativo (MWh), mientras que el precio de la potencia eléctrica es de $us 10 kilovatio (kW) mes.

Los precios finales que pagan los distribuidores también incluyen cargos adicionales como energías renovables, peaje de transmisión y energía forzada, resultando en precios de compra monómicos (el precio real total por cada kWh consumido por el gran usuario) de alrededor de $us 50 /MWh en ciertos puntos del SIN.

Por otro lado, la organización sostuvo que la cobertura eléctrica en el país tuvo mejoras importantes en los últimos años, estimándose para el año 2023 una cobertura del 99% en el área urbana y un 85% en el área rural.

“Se espera una mejora sustancial a partir del presente año en las zonas rurales debido a que el Gobierno, está iniciando un programa de electrificación rural con fondos que alcanzan los $us 300 millones”, señaló la organización.

Ronald Veizaga, viceministro de Electricidad y Energías Renovables, explicó a EL DEBER que la potencia disponible en Bolivia es de 3.631 MW (megavatios), mientras que la demanda máxima registrada fue de 1.752 MW, ocurrida el 16 de noviembre de 2023 a las 20:00 horas. Además, destacó que hay una capacidad reservada para la exportación de energía eléctrica a Argentina, que asciende a 100 MW.

“Estos datos reflejan un sistema robusto y capaz de satisfacer la demanda nacional y contribuir al mercado energético regional”, señaló la autoridad.
Veizaga detalló que, en Trinidad, la tarifa promedio domiciliaria es de Bs 0,77/kWh, por debajo del promedio nacional de 0,85 Bs/kWh, gracias a su conexión al Sistema Interconectado Nacional (SIN) que utiliza tecnologías eficientes como la hidroeléctrica, termoeléctrica a ciclo combinado, solar y eólica.

Mientras que, en Riberalta, la tarifa promedio es de Bs 0,99/kWh “ligeramente más alta, sigue siendo competitiva a escala nacional. Esta región depende de un sistema aislado que utiliza diésel para la generación de electricidad. No obstante, ENDE está trabajando en un nuevo estudio tarifario para ajustar estas tarifas en beneficio de los usuarios”, indicó.

La autoridad “aclaró que no existe una producción de energía eléctrica ociosa, ya que la generación se ajusta a la demanda y se reserva parte de la capacidad para asegurar la confiabilidad del suministro eléctrico. Además, se deben considerar los mantenimientos programados y no programados de las centrales de generación.

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