Bolivia ya es uno de los países exportadores de genética bovina de alta calidad, referente en razas cebuinas a escala latinoamericana- para la producción de carne y leche. Sin embargo, los volúmenes de negocios no acompañan para que el sector se convierta en uno de los principales generadores de divisas para el país.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), desde el año 2000 las cabañas y haciendas ganaderas -asentadas principalmente en Santa Cruz- registraron exportaciones por un valor cercano a los $us 100 mil. Ese año, los primeros clientes fueron de Brasil, donde se exportó reproductores bovinos de pura raza por un valor de $us 4.800. En 2004 también se vendieron reproductores a Ecuador por $us 39.550 y, a partir de 2017, Brasil empezó a comprar semen por $us 24.500 y, un año más tarde, lo hizo con una compra de $us 9.000.

En 2023, Brasil continuó comprando reproductores por $us 7.500 y hasta febrero del presente año había comprado $us 10.000, también en reproductores cebuinos. Bolivia cuenta con aproximadamente 11 millones de cabezas de ganado, el 80% con influencia de ganado cebuino, según datos de la Asociación Boliviana de Criadores de Cebú (Asocebú).

Cabe resaltar que los ganaderos bolivianos también han incursionado en la exportación de caballos reproductores de raza pura, vendidos a Estados Unidos en 2007 por $us 10.000, Chile (2005) $us 1.500, y a la Argentina en 2005 y 2009 ($us 1.500 y 3.000, respectivamente). Los productores de ovinos también han exportado semen a Cuba.

Una conservadora de nitrógeno / Foto: Juan Carlos Torrejón

Esfuerzo privado

Fernando Baldomar, gerente de Asocebú, destacó que detrás del telón de las exportaciones de genética bovina con valor agregado, se encuentra el trabajo de empresarios visionarios quienes apostaron y arriesgaron por contar con ganado de alta genética. Destacó también el aporte, en su momento, de la cooperación internacional para el mejoramiento genético, como lo hizo Jica.

Ponderó, por ejemplo, la creación de Asocebú, en 1974 -en Reyes, Beni- por Guillermo Tineo y las gestiones de Osvaldo Monasterio para trasladar la asociación a Santa Cruz, donde se convirtió en una entidad que promueve la investigación, promueve y certifica la genética cebuina para la producción de carne y leche de primera calidad.

Esos esfuerzos, en la década de los años 80, se trasladaron a la importación de animales y luego semen de ganado cebuino desde Brasil, para realizar inseminación artificial (IA), luego avanzar en la transferencia de embriones (TE), hasta llegar a la fertilización in vitro (FIV) actual.

“En 2006 ya empezó con fuerza esto”, afirmó Baldomar, al destacar que Bolivia es uno de los países latinoamericanos donde se realiza la mayor cantidad de FIV. “Calculamos que son unos 6.000 nacimientos de terneros al año con esta técnica, detalló.

Actualmente, Asocebú cuenta con 250 asociados, de los cuales 15 cabañas, en coordinación con el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), ya han realizado exportaciones de animales vivos y embriones a Brasil, Ecuador, México y Cuba. Este año se concretarán exportaciones a Colombia y Guatemala. Incluso, ya se han exportado reproductores y vientres para ser clonados en Brasil.

Germán Prudencio, gerente del Laboratorio In Vitro, en Santa Cruz, explicó que la producción de embriones con la técnica de FIV, se utiliza para ser transferidos en fresco o congelados mediante la tecnología de Direct Transfer (DT), técnica exclusiva y pionera en Bolivia, a través de su empresa. “La FIV es actualmente una de las técnicas más eficientes para acelerar el mejoramiento genético en bovinos, la combinación de la mejor genética de hembras con los mejores toros del mercado, dan como resultado una descendencia de alto valor genético”, sostuvo Prudencio.

Se produce mediante la aspiración folicular de la hembra denominada “donadora”, y se fertiliza con el semen del toro elegido por el cliente. “Este proceso es mucho más beneficioso que un cruce tradicional, ya que el cliente tiene la posibilidad de elegir a las mejores donadoras de su plantel o adquirir grandes campeonas nacionales en las diferentes cabañas del país”, destacó.

Agregó que Bolivia tiene la posibilidad de convertirse en una potencia exportadora de genética. “Nuestro país tiene un alto valor genético agregado, muy cotizado por muchos países de Sudamérica y Centro América, lo que pudimos evidenciar, en septiembre de 2022, en el primer Congreso Mundial del Cebú que se llevó a cabo en la ciudad de Santa Cruz. Estamos seguros que trabajando en unidad, junto con los productores de ganado y las diferentes instituciones públicas y privadas, seguiremos creciendo para transformar a nuestro país en un referente a nivel mundial en genética bovina”, subrayó Prudencio.

Alfa FIV, un campeón cotizado a escala internacional / Foto: Juan Carlos Torrejón

El trabajo de una cabaña

Andrés Dick, gerente de la cabaña Mucárzel, detalló que el trabajo de una empresa como la que dirige está enfocado en la ganadería 100% productiva.

La cabaña, creada en 2016, importa genética de Brasil, principalmente matriarcas consolidadas como donantes, que fueron seleccionadas por décadas para formar parte esencial dentro del proyecto de mejoramiento genético. Utiliza la FIV como herramienta para multiplicar y acelerar los procesos de reproducción, sumado a los apareamientos dirigidos.

“La cabaña busca aumentar la eficiencia en la producción de carne a pasto, con el fin de lograr mayor ganancia económica por hectárea. Son 10 los eventos comerciales oficiales donde ofertamos al mercado nacional e internacional nuestros productos, animales puros de raza cebuina y de alta genética, reproductores, matrices y embriones, manteniéndonos como proveedores de genética de raza nelore en Bolivia”, afirmó Dick.

Según el ejecutivo, criadores de Guatemala y México, forman parte presente de su cartera de clientes que adquieren animales en Santa Cruz. “Así también tenemos el requerimiento para la exportación de embriones vitrificados para ser transferidos en Ecuador”, añadió.

Al mismo tiempo ponderó que Bolivia, ha dado pasos gigantescos en cuanto a mejoramiento genético, gracias al trabajo sobre criterios de selección. “Hoy por hoy, nuestro trabajo es de gran ayuda para aumentar la productividad de los rebaños con animales de linajes consistentes, y el biotipo ideal para nuestro ecosistema, consiguiendo aumentar sustancialmente las utilidades económicas”, manifestó.

En ese sentido, Baldomar puntualizó que el sector pecuario trabaja sobre cuatro pilares que son: genética, nutrición, manejo y sanidad. “Todo ganadero, ya sea productor de cerdo o cualquier actividad pecuaria necesita que todo esto funcione bien. Por eso es el suceso de la genética cebuina boliviana, en base a inversión de los productores”.


Más acción del Estado para convertir a Bolivia en potencia genética exportadora

El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, apuntó que exportar genética a países como Brasil o Argentina definitivamente es trascendente y es la prueba que el sector ganadero boliviano va en la dirección correcta.

Destacó que se tuvo que importar ejemplares de raza, semen, etc., desde países avanzados en la materia, y hacer inversión en desarrollo, tecnología y recursos humanos, que ahora se traduce en ventas externas. “El potencial de desarrollo del sector es inconmensurable, dada la experiencia adquirida y los mercados a los que se puede llegar”, destacó.

“Bolivia precisa exportar hoy, más que nunca, para obtener los dólares que necesita para importar insumos, bienes de capital, equipos de transporte, “por lo cual este tipo de Exportación No Tradicional debería ser apoyada e incentivada desde el Estado”, exteriorizó.

Por su parte, el gerente de Asocebú, Fernando Baldomar, ponderó que en materia de genética, los productores ganaderos no tienen trabas con el Gobierno para las exportaciones y el trabajo coordinado con el Senasag es muy valioso. “Obviamente quisiéramos que haya una política de promoción del sector. Lo importante sería hacer un trabajo conjunto entre Senasag y Cancillería, que se cree un brazo fuerte exportador para salir a otros países a hacer conocer la genética boliviana para exportar”, aseveró.

Manifestó que Bolivia es pequeña en relación a su vecino Brasil. Comentó que se cuenta con dos centrales de colecta de semen, una privada, donde se cuenta con unos 20 toros y en Brasil una central de ese tipo cuenta con 700 toros. “Entonces, si desarrollamos una política agresiva, podemos aumentar los volúmenes, cerrar protocolos, por ejemplo con Centroamérica. Ya se está cerrando con Guatemala, tenemos solicitudes de El Salvador, de Honduras, de Costa Rica y México”, señaló Baldomar.

Andrés Dick lamentó que el Estado no es un buen aliado para productores de genética o productores en general. “Sin embargo, el mercado se abre paso gracias a los riesgos económicos y labores que tomamos los productores y empresarios”, dijo.

De su lado, Germán Prudencio aseguró que Bolivia tiene la posibilidad de convertirse en una potencia exportadora de genética. “Nuestro país tiene un alto valor genético agregado muy cotizado por muchos países de Sudamérica y Centro América. Trabajando en unidad seguiremos creciendo para transformar a nuestro país”.

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