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Puerto de Chancay en Perú: oportunidades y amenazas en la nueva ruta entre China y Sudamérica
Moderno, automatizado y con capacidad para buques de gran dimensión, el nuevo terminal peruano busca ser una puerta de entrada a Asia para Sudamérica. ¿Qué impacto podría tener en el comercio y la geopolítica regional?
15 de noviembre de 2024, 7:11 AM
El megapuerto de Chancay, ubicado 80 kilómetros al norte de Lima, inicia sus operaciones en medio de grandes expectativas y, también, de algunos recelos. La monumental obra es propiedad en un 60 por ciento de la naviera estatal china Cosco Shipping Group y en un 40 por ciento de la minera privada peruana Volcán.
Con una superficie inicial de 141 hectáreas y un túnel de acceso de casi dos kilómetros, el nuevo terminal tuvo una inversión de 3.500 millones de dólares en su primera etapa.
Se espera que reduzca en diez días los tiempos de viaje hacia y desde Asia. Asimismo, podrá recibir a buques de mayor tamaño, que tienen capacidad para hasta 24 mil contenedores, lo que reduciría los costos.
Perú busca convertirse en el primer centro logístico del Pacífico sudamericano y un hub de distribución de carga para los países de la región. Se estima que esta nueva ruta de la seda podría tener un movimiento anual de seis millones de toneladas de carga.
La mandataria Dina Boluarte y el presidente chino Xi Jinping inauguraron la obra. Por razones de seguridad, se hizo de manera virtual desde el palacio de Gobierno en Lima. Xi participa por estos días en la cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en el país andino.)
"Esta infraestructura busca mejorar el desempeño, con menos días de trasbordo, y es un puerto automatizado completamente. Mira hacia el futuro en la relación comercial de Sudamérica con China y el Asia-Pacífico, lo que es de todo sentido, pues ahí está el crecimiento de la población y de las clases medias, y donde va a estar el consumo”, dice a DW Julio Villalobos, director del Centro de Transporte y Logística de la Universidad Andrés Bello de Chile.
"Hoy, para llegar desde Asia a Sudamérica se tiene ir por México, que es un puerto congestionado, que atiende básicamente a Estados Unidos", explica Omar Narrea, investigador del Centro de Estudios para China y Asia Pacífico de la Universidad del Pacífico en Perú.
En diálogo con DW, indica que, "en el campo de la infraestructura, este puerto significa un cambio total a la práctica que existe en Perú de ejecutar obras con demoras y sin tanta tecnología".
Chancay tiene una ubicación privilegiada al centro de la costa pacífica de Sudamérica, en el país con una de las economías de mayor crecimiento de la región, destaca Ricardo Sánchez, experto en infraestructura y economía portuaria y marítima, y profesor de Logística en la Universidad de los Andes de Colombia.
Sánchez indica a DW que "va a ser el primer puerto automatizado en América del Sur y un terminal de contenedores muy grande. Implica un cambio estructural en el sistema portuario de América Latina. Es muy significativo que se puedan habilitar rutas directas entre América del Sur y Asia. Actualmente, solo existe en la breve temporada de las frutas finas, para la salida de berries (bayas) desde Chile a Asia".
Preocupaciones y críticas: entre la geopolítica y el medio ambiente
En Estados Unidos, en tanto, Chancay despierta una serie de cuestionamientos. No solo porque China es el primer socio comercial de Perú, sino porque este puerto podría reconfigurar el escenario geopolítico.
En uno de sus artículos, el analista e investigador Robert Evan Ellis indica que, en caso de una guerra que involucre a China, un puerto operado por una empresa de este país "en el extremo oriental del Pacífico, supervisado por un Gobierno cuya orientación política futura y capacidad de supervisión es incierta, presentaría preocupaciones estratégicas militares para Estados Unidos".
Asimismo, el profesor investigador en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos advierte que China aprovecha las esperanzas y necesidades de sus socios y ejerce "prácticas de negociación y contractuales a menudo depredadoras".
Perú debió modificar a última hora su ley de puertos para acceder a la condición de la empresa china de tener el control sobre las operaciones en Chancay. Aún está pendiente que se resuelva un conflicto entre la empresa y el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran). La primera rechaza las competencias del segundo para supervisar las actividades portuarias.
El terminal, que en una primera etapa generará 7.500 empleos directos e indirectos, también ha sido blanco de críticas por parte de la comunidad vecina. Además de denunciar daños en sus viviendas a causa de la construcción, alertan sobre posibles impactos en el medio ambiente.
Informes del biólogo alemán Stefan Austermühle advierten sobre los efectos de la construcción y del tráfico de buques de gran calado para la costa y el ecosistema del cercano humedal Santa Rosa.
De Shanghái a Chancay: un "puerto chino"
A pesar de estar en la costa peruana, algunos analistas lo consideran un puerto chino. Como si el parecido entre los nombres Shanghái y Chancay fuera más que una curiosa coincidencia. Las críticas apuntan a que establece una relación desigual entre ambos países, que podría desincentivar la industria peruana y amenazar el comercio y la actividad portuaria de los países vecinos.
Al respecto, Villalobos sostiene que hay oportunidades también para la región: "Yo no lo veo como amenaza. Un proyecto de esta magnitud, con la mirada estratégica de construir un corredor bioceánico para que todo el cono sur genere flujos de mercancía desde y hacia el oriente de manera más eficiente, va a tener un impacto relevante positivo en el desarrollo del comercio no solo de Perú, sino de todo el cono sur de Sudamérica".
Junto a las nuevas condiciones para el desplazamiento de mercancía, la construcción de nuevas rutas y líneas de ferrocarril pueden integrar los mercados de la región. "Brasil va a encontrar una entrada al Asia”, subraya Narrea.
El investigador observa que "se necesita tener puntos de distribución cerca de los mercados. Van a llegar barcos gigantes a un puerto desde donde se puede distribuir a otras ciudades de la región.
Van a venir naves de Chile, Colombia o Panamá y se podrá comerciar entre nosotros también. Además, los barcos del Asia pueden regresar con productos como alimentos, en lo que tienen déficit varios países del sudeste asiático".
Competencia y oportunidades
"Habrá servicios que seguirán llegando directo a Chile y otros tendrán su escala en este puerto de Chancay. Va a haber mayor oferta y diversidad de servicios. Un puerto con estos estándares va a obligar a todos a competir y a buscar estrategias para retener clientes, lo que a la larga va a favorecer a todos", afirma Villalobos.
En América Latina, existen terminales operados por empresas extranjeras, "pero es la primera vez que una compañía estatal China opera un terminal y de esta envergadura", señala Sánchez. Va a atender primordialmente a naves de China, lo que podría generar cierta distorsión en el esquema de competencia, que deberá ser resuelto de acuerdo con los contratos.
"Se habla de que grandes fabricantes de vehículos quisieran instalarse cerca de ese puerto y armarlos ahí. Es positivo que exista un corredor logístico de los más altos estándares dentro de Sudamérica y que permita integrar distintos países", agrega Villalobos.
"Este puerto va a hacer que Perú juegue un rol en el hub latinoamericano y mundial", estima Narrea. En su opinión, el reto es desarrollar nuevas políticas industriales y asimismo atraer a inversionistas extranjeros, incluso europeos, que instalen sus proyectos con miras a exportar desde aquí a Asia.
(rml)