Ya es un hecho que Bolivia dejó de exportar -anticipadamente- gas natural a la Argentina y, solo por ese concepto, se reduce en $us 50 millones el ingreso de divisas al país, según advirtió la Fundación Jubileo. De ese monto, $us 26 millones mensuales eran redistribuidos a gobernaciones, municipios, universidades públicas, Fondo Indígena, Renta Dignidad y TGN.
Los ingresos por exportar el energético al país vecino, en 2015, significaban $us 130 millones.
Desde varios puntos del país, algunos economistas y analistas advirtieron sobre el riesgoso achicamiento de la balanza cambiaria en el país, es decir, todos los ingresos y egresos y los movimientos en dólares representados contablemente, donde existe una participación muy importante del sector público.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, con datos del Banco Central de Bolivia (BCB), señaló que al tercer trimestre de 2024 -datos disponibles a julio-, se evidencia un flujo neto de divisas de menos $us 49 millones.
“La tendencia es repetitiva, menores ingresos por exportaciones y desembolsos de créditos externos, en cambio los egresos por importaciones estatales y pago del servicio de deuda externa tienden a crecer más. Por ejemplo, en julio 2024, los desembolsos de préstamos externos solo fueron de $us 33 millones, en cambio el pago de capital más intereses fue por $us 176 millones. Se observa, un claro desequilibrio entre la entrada y salida de divisas al país”, detalló.
De acuerdo con los datos recabados por Romero, del BCB, en 2023, el país tuvo un flujo neto de divisas de menos $us 544 millones, ya que el egreso de divisas fue de $us 7.047 millones, mientras que el ingreso de divisas fue de $us 6.504 millones, debido a que los ingresos por exportaciones estatales, desembolsos de deuda y otros no fueron los esperados.
“En cambio, los egresos fueron importantes, por ejemplo, por bienes importados por YPFB ascendió a $us. 2.682 millones, mientras que el servicio de deuda externa fue por $us 1.490 millones; así mismo por operaciones bancarias hubo una salida de $us 2.240 millones en la gestión pasada”, agregó el economista.
Egresos vs menos ingresos
El ex presidente del BCB, Juan Antonio Morales, advirtió que la permanente caída de la balanza cambiaria va continuar presionando sobre la escasez de divisas que atraviesa el país desde febrero de 2023.
“Va a ser un elemento adicional de agravamiento de la situación cambiaria, a pesar que se están tomando algunas medidas en hidrocarburos, como el de permitir la importación directa del diésel, eso está bien; pero en la deuda externa hay que tener cuidado, obviamente no podemos dejar de pagarla, pero la transferencia de nuestros recursos, es decir, los desembolsos tienen que ser mayores a las amortizaciones y el pago de intereses y, por el momento, eso no ha estado sucediendo”, resaltó.
Morales consideró que la intención del presidente, Luis Arce, de ejercer un control sobre las divisas que ingresan por las exportaciones de empresas privadas sería un “parche”. “La solución de fondo es liberar el mercado cambiario, es decir, que no haya diferencia entre el tipo de cambio paralelo y el tipo de cambio oficial, y eso se logra, en esta coyuntura, mediante la liberalización del mercado cambiario”, agregó el ex ejecutivo del BCB, a tiempo de sugerir al Gobierno que tome soluciones inmediatas, pero “con un ojo a largo plazo”.
Por su parte, el experto en finanzas, Jaime Dunn, analizó los datos presentados por el BCB en agosto y precisó que reflejan una caída constante de los ingresos y egresos de divisas, lo que provoca un achicamiento del comercio internacional de Bolivia.
Detalló que, al segundo trimestre de 2022, los ingresos en divisas en la balanza cambiaria era más de $us 2.500 millones y, al segundo trimestre de 2024 son $us 1.200 millones. “Es, es decir, han caído en 70% los ingresos de dólares, en la balanza cambiaria”, reflejó.
También hizo notar que a junio de 2024, la balanza cambiaria era todavía positiva, como sucede con los primeros meses de cada gestión, con $us 56 millones. “Sin embargo, en el caso de Bolivia, sufre un deterioro muy grande siempre en el segundo semestre. Por lo tanto, a finales de 2024 la balanza, con seguridad, va a ser negativa por muchos millones de dólares, capaz más de 500 millones de dólares”, indicó Dunn.
Del mismo modo, resumió que los montos de ingresos y egresos se han caído un 70% comparado al 2022, pero aclaró que dentro de la balanza cambiaria no se reflejan muchos movimientos de dólares que se manejan directamente en el sector privado y por mecanismos que no pasan necesariamente por el sector público o por los bancos.
Mayor volatilidad
Para el economista Rubén Arias, el desbalance de las finanzas en Bolivia, refleja la fuerte dependencia en las importaciones de bienes de capital y productos intermedios, frente a una desaceleración en el crecimiento de las exportaciones de materias primas. “Las reservas internacionales se ven afectadas por esta situación, lo que genera presión sobre la economía”, subrayó.
Para corregir esta tendencia -propuso Arias- Bolivia necesita diversificar sus exportaciones y reducir su dependencia en las importaciones no esenciales, además de atraer inversión extranjera que pueda aliviar el déficit comercial. “Sin estas medidas, la presión sobre las reservas internacionales continuará afectando la estabilidad macroeconómica del país”, puntualizó.
Arias identificó “varias causas”, a partir de los datos numéricos: la primera, aumento en las importaciones. Según datos del BCB, los egresos de divisas acumulados hasta julio de 2024 ascienden a $us 3.500 millones. “Esto implica una fuerte demanda de bienes importados, especialmente de capital y productos intermedios, que son necesarios para la industria y el consumo interno, pero que a su vez incrementan la salida de divisas del país”, señaló.
En segundo lugar, la desaceleración de las exportaciones. Los ingresos de divisas por exportaciones hasta julio de 2024 sumaron $us 2.944 millones, lo que refleja una desaceleración en el crecimiento de las ventas externas. “Este estancamiento en las exportaciones, especialmente de materias primas como gas y minerales, debido a fluctuaciones en los precios internacionales y menores volúmenes de exportación, ha impedido que Bolivia genere los ingresos suficientes para equilibrar la balanza comercial”, explicó.
En tercer lugar, el déficit neto en la balanza cambiaria. Con datos del BCB, Arias apuntó que el déficit comercial acumulado en el periodo es de $us 556 millones, lo que representa una brecha significativa entre los ingresos y egresos de divisas. “Esta diferencia está impulsada por la dependencia estructural de Bolivia en las importaciones, que han crecido a un ritmo más rápido que las exportaciones, generando una presión sostenida sobre las reservas internacionales”, sostuvo.
Por último, la presión sobre las reservas internacionales. “La salida neta de divisas ha reducido las reservas internacionales del país, que son fundamentales para estabilizar el tipo de cambio y mantener la solvencia externa. Con un déficit persistente como el actual, Bolivia podría enfrentar dificultades para sostener su política cambiaria a mediano plazo, lo que podría generar mayor volatilidad económica e inflacionaria”, acotó.
EL DEBER intentó contar con la versión oficial del BCB para esta nota periodística, intentando contactos con el departamento de Comunicación, pero no respondieron a los mensajes y las llamadas.
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