“El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”, este proverbio chino puede aplicarse a la actual coyuntura que vive la economía global. La crisis y desaceleración ha hecho que el precio de activos más estables como el oro suban de precio. Y esto se siente tanto en las grandes bolsas del mercado internacional como en las calles de Bolivia en donde letreros con las palabras ‘compro oro’ se hacen visibles.
A la fecha el precio del metal llegó a los $us 2.510 la onza troy.
En el caso del país la alta demanda del metal tiene su origen en la escasez de dólares. Muchas personas al no encontrar la moneda extranjera, optan por la compra de este tipo de bien como medida para resguardar sus ahorros, sostienen analistas consultados por EL DEBER.
La alta demanda del metal precioso ha hecho que el precio llegue hasta los Bs 1.000 el gramo. Esto fue corroborado en un recorrido realizado por la zona de Los Pozos, dónde habitualmente se comercializa con el metal.
La alta demanda es tal que incluso el metal de menos calidad, que antes se vendía en Bs 90 el gramo, actualmente se comercialice hasta en Bs 200. Mientras que la referencia más alta pasó de Bs 700 hasta Bs 1.000.
“Así está el precio. Está caro”, señaló una de las personas que se dedica a la comercialización de este metal. Incluso negocios que prestaban dinero de forma informal a cambio de algún bien, aceptan el oro como canje.
Factor dólar
El exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB) José Gabriel Espinoza explicó, “en épocas de volatilidad y conflictividad en el mundo, los oros siempre tienden a subir de precio”.
Añadió que este metal “es un activo de reserva muy valorado”, a diferencia de las monedas o instrumentos de deuda que podrían no ser tan seguros.
El especialista vinculó este fenómeno a la “preocupación global” que se intensificó desde la pandemia, sumado a conflictos como la invasión rusa a Ucrania.
Con relación al país, explicó que la demanda de oro aumenta por la dificultad de acceder a dólares, lo que lleva a muchos a buscar refugio en este metal.
“El oro se ha vuelto una reserva de valor alternativa al boliviano”. Sin embargo, aclaró que este no es solo un fenómeno local.
Siguiendo su análisis dijo que el panorama económico de Bolivia es duro lo que probablemente llevará a que “la gente siga demandando activos para proteger su patrimonio”, entre ellos el oro.
El economista advirtió que la transición a activos menos líquidos como el oro podría enfriar la economía, porque las personas que compran oro tienden a retenerlo a largo plazo, reduciendo así el consumo inmediato.
Reconoció que sería especulativo determinar si esto será positivo o negativo, pero advirtió que “cuando se desbancariza el ahorro, se restringe el crédito”, lo que puede complicar aún más la situación económica del país.
“Es un fenómeno recurrente”
El economista Jaime Dunn, explicó que el oro puede adquirirse tanto en su forma física como a través de derivados que se comercializan globalmente. Aclaró que este fenómeno se da no solo en países desarrollados sino también en economías emergentes como Bolivia.
“En este país, donde la escasez de dólares es notable, ciertos grupos comenzaron a comprar oro como una forma de protegerse contra la incertidumbre económica. Incluso, el Banco Central de Bolivia ha mostrado interés en acumular más oro”, dijo.
Sobre la fluctuación del precio del oro, Dunn destacó que es un fenómeno recurrente. En épocas de crisis, el precio del oro tiende a subir, mientras que en tiempos de menor tensión puede bajar.
Por lo tanto, no se trata de un movimiento lineal y constante. Además, mencionó que varios bancos centrales a nivel mundial han estado acumulando oro para fortalecer sus reservas, lo que ha aumentado la demanda global de este metal precioso.
En cuanto a Bolivia, Dunn dijo que, aunque el país está tomando medidas para adquirir más oro mediante una nueva ley, la falta de políticas generó un efecto contrario: “en lugar de aumentar sus reservas, Bolivia ha vendido más oro del que ha comprado”.
Recomendó que quienes tengan acceso al oro consideren mantenerlo a largo plazo.
El economista Germán Molina señaló que este año se aceleró la tendencia de la población a diversificar sus activos, optando por monedas nacionales, dólares, euros, joyas de oro, inmuebles y hasta automóviles.
Esta aceleración se debe a la creciente incertidumbre sobre la economía del país y a la desconfianza en el gobierno. Además, recordó los antecedentes de la hiperinflación de 1985 como un factor que impulsa a las personas a tomar precauciones ante posibles crisis futuras.
El economista también mencionó que la cotización del oro ha superado los 100 dólares (Bs 696 al cambio oficial) por gramo, alcanzando en algunos casos hasta los Bs 1.000. Este incremento responde a la dinámica de oferta y demanda, donde un número creciente de compradores se enfrenta a una oferta limitada de oro, lo que provoca el alza en los precios.
Molina explicó que, si bien la situación actual con el oro y el dólar es temporal, depende de la estabilidad en la emisión monetaria del gobierno. Señaló que el gobierno ha evitado inyectar grandes cantidades de dinero en la economía, lo que ha prevenido una posible hiperinflación. Este manejo responsable, según Molina, es positivo y debería mantenerse.
Molina aconsejó que aquellos con suficientes recursos económicos y sin necesidad de liquidez inmediata consideren diversificar sus inversiones, incluyendo la compra de oro. Sin embargo, advirtió que quienes tienen ingresos limitados deben ser cautelosos, ya que podrían enfrentar dificultades al vender el oro en caso de necesitar liquidez urgente.
Precaución
El analista económico Martín Moreira señaló que el oro se ha consolidado como un refugio para inversionistas que buscan proteger sus activos ante la volatilidad de las monedas y la inestabilidad económica.
“A nivel mundial, el oro se ha vuelto un refugio para los inversionistas”, afirmó.
Moreira explicó que, en Bolivia, el oro más disponible es el denominado oro doré, que tiene una pureza del 80% y el 88%, a diferencia de los de alta ley o de inversión que tienen 99.9% de pureza.
Este oro, que es menos costoso, es una alternativa para quienes buscan proteger su dinero fuera del sistema bancario.
“La gente que genera recursos ya no va a querer invertir su dinero en DPF o en bonos. Va a gastar ese dinero y lo va a invertir en el oro”, comentó Moreira.
Sin embargo, Moreira también advirtió sobre los riesgos que esto implica, especialmente para aquellos sin experiencia. “Algunas personas, al escuchar que el oro se vuelve un material de inversión, podrían ser estafadas”, alertó, recomendando a los potenciales compradores que busquen asesoría especializada para evitar adquirir oro de baja pureza o ser víctimas de fraude.
Según él, en Bolivia no existe una regulación adecuada en el mercado del oro, lo que aumenta la posibilidad de engaños.
Hizo notar que la reciente normativa sobre la comercialización del oro en Bolivia, solo beneficia a las empresas legalmente constituidas y deja un vacío en la regulación de las cooperativas mineras que operan al margen de la ley.
“La ley del oro solo da certeza de garantías al Banco Central de Bolivia y a las empresas legalmente constituidas”, señaló.
En mayo el BCB informó que monetizó 29 toneladas de reservas de oro a un año de la promulgación de la Ley 1503 y repuso cerca de 8,7 toneladas con la compra de este metal precioso en el mercado local. El ritmo de monetización de las reservas de oro fue tres veces más rápido que el de la adquisición.
El valor de la monetización, según el ente emisor, fue de $us 1.856 millones.
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