Un reporte del Ministerio de Hidrocarburos y Energía sostiene que, con la implementación de plantas de producción de biodiésel en el Bolivia, el Estado reducirá hasta en un 65% la importación de este combustible, que el país subsidia desde hace más de dos décadas.

“Desde el enfoque de la política energética, esta iniciativa representa un paso fundamental hacia la sostenibilidad ambiental y la diversificación de las fuentes de energía en el país”, señala un boletín de esta cartera de Estado de esa cartera de Estado.

Cabe recordar que el Gobierno invirtió $us 87 millones en la construcción de dos complejos para la producción de diésel ecológico, en La Paz y Santa Cruz.

La planta de Biodiésel I se encuentra ubicada en las instalaciones de la refinería Guillermo Eder Bell, emplazada en el departamento de Santa Cruz. Demandó una inversión de 47 millones de dólares y tiene la capacidad de producir 1.500 barriles de diésel por día.

El producto se fabrica a partir de aceites vegetales obtenidos de cultivos locales y grasas usadas.

Mientras que la planta de Biodiésel II, denominada ‘Héroes de Senkata’, en El Alto, tiene una inversión de $us 40 millones y tendrá una capacidad de producción de 1.500 barriles por día de biodiesel, lo que permitirá reducir las importaciones de diésel, la subvención a este combustible, generará 500 empleos directos, 864 empleos indirectos

“La producción de biodiésel, liderada por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), no solo contribuirá a la reducción progresiva de las importaciones de diésel, sino que también generará beneficios económicos, sociales y ambientales”, señala parte del comunicado del ministerio.

En Bolivia, el costo del litro de diésel y gasolina en Bolivia es de 3,7 bolivianos (0,54 dólares), menor al de los países vecinos. Esto debido a que el Estado subsidia este producto para mantener la estabilidad de precios en los alimentos de primera necesidad, que son producidos por el sector agrícola que requiere este combustible para producir.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en base a cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, en 2014, Bolivia importó 820 millones de litros de diésel, mientras que en el 2023 la cifra fue de 1.499 millones de litros, es decir, un aumento de 82%.

Efecto en otros sectores

El reporte oficial sostiene que este proyecto no se limita únicamente a la producción de biodiésel, también impulsará el desarrollo de la agricultura local, incentivando la producción de diversas oleaginosas.

La obtención de aceite vegetal a partir de estas materias primas -señala el Gobierno- fortalecerá la cadena de suministro de la planta de biodiésel y abrirá nuevas oportunidades económicas en el sector agroindustrial.

La diversificación de cultivos oleaginosos no solo ampliará las opciones para los agricultores locales, sino que también les permitirá diversificar sus actividades y obtener ingresos adicionales.

“Este enfoque integral contribuirá al crecimiento económico, fomentará la creación de empleo y fortalecerá las actividades de las comunidades agrícolas, generando un impacto positivo y duradero en la economía rural del país”, indica el reporte.

La integración de biodiésel en la composición del diésel automotriz disminuirá el contenido de azufre en el diésel convencional. Este cambio tiene un impacto positivo en la reducción de las emisiones de dióxido de azufre y partículas finas, representando un paso crucial hacia la mejora de la calidad del aire.

 

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