"Cuando Bolivia más necesita atraer divisas al país, se anuncia desde el Gobierno la suspensión de las exportaciones de aceite", cuestionó el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez en una conferencia de prensa.

La suspensión de la exportación de aceite comestible empieza este viernes (6 de diciembre) y tendrá una duración de unos tres meses, según los cálculos del Viceministerio de Defensa del Consumidor.

Jorge Silva, viceministro de Defensa del Consumidor, remarcó que esta suspensión temporal durará unos tres meses, “hasta que se normalice el abastecimiento en el mercado interno, ojalá se normalice a la brevedad, porque es parte también de la política de nuestro Estado impulsar las exportaciones, pero siempre y cuando se garantice el abastecimiento del producto en el mercado nacional”, explicó la autoridad, en contacto con RTP.

La medida provoca una profunda preocupación entre los actores del desarrollo, incluyendo a productores agrícolas, agroindustriales y agroexportadores. La decisión de suspender, aunque sea temporalmente, la exportación de aceite representa un duro golpe para aquellos que confían en el potencial del país, sostuvo el ejecutivo. "Esta no es la manera adecuada de abordar la problemática actual relacionada con el aumento de precios y la escasez de aceite en ciertas regiones", señaló.

Asimismo, mencionó que esta semana, se llevaron a cabo reuniones en Santa Cruz entre altas autoridades gubernamentales y representantes del sector empresarial a través de diversas cámaras sectoriales. "En estas reuniones se llegó a un diagnóstico común: la industria ha cumplido con su producción, abasteciendo a los mayoristas con normalidad y a un precio justo, establecido por el gobierno al tratarse de una industria regulada", afirmó Rodríguez. 

Además, se aseguró que el suministro estará garantizado hasta fin de año, con un stock de seguridad que permitirá hacer frente a la gran cosecha de verano en 2025.

Sin embargo, Rodríguez precisa que el problema radica en el lado de la demanda. Si la dificultad no se encuentra en el sector agroindustrial ni en la industria aceitera, entonces está en la comercialización. "Allí, individuos inescrupulosos están acaparando el producto, ocultando el aceite y especulando con él, además de sacarlo ilegalmente, como señala el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, en lo que denomina "contrabando a la inversa".

Interrumpir las exportaciones para resolver esta situación no es la solución adecuada; el remedio podría resultar peor que la enfermedad. "Es fundamental que las autoridades responsables de la comercialización realicen su labor y brinden las garantías que el sector privado necesita para continuar invirtiendo y produciendo para el mercado interno", sostuvo. 

Agregó que esto no solo permitirá generar excedentes para exportación, sino que también contribuirá a atraer divisas al país, crear empleos de calidad para los bolivianos y proporcionar ingresos y tributos al Estado.

El presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), Jean Pierre Antelo, también expresó su rechazo a la suspensión de exportaciones de aceite. Y tuiteó: "Crisis y suspensión de exportaciones: la receta para el colapso. Hoy es el aceite, ¿y mañana? El Gobierno asfixia al sector productivo, ignora su responsabilidad y destruye el futuro del país", precisó.

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