En un escenario donde las oportunidades laborales tradicionales escasean, los jóvenes universitarios en Bolivia están optando por emprender sus propios negocios como una forma de asegurar su futuro y alcanzar la independencia financiera. Este fenómeno, cada vez más común, responde a una serie de factores que están moldeando la actitud emprendedora de los estudiantes, de acuerdo con René Salomón, representante de la Red Global de Emprendedores en Bolivia.

Según Salomón, en este tiempo el apoyo institucional también ha aumentado, con iniciativas como Empodera-T, que facilitan el acceso al financiamiento y recursos para los jóvenes emprendedores. El acceso a la tecnología y redes sociales ha transformado la forma de hacer negocios permitiendo a los jóvenes llegar a un público más amplio.

Sin embargo, emprender no es fácil; los estudiantes enfrentan desafíos como costos iniciales y la necesidad de una sólida gestión financiera.

Los emprendimientos más frecuentes incluyen ventas de ropa, productos en tendencia, repostería y comida, entre otros. Así mismo, Salomón compartió que es crucial que los jóvenes planifiquen cuidadosamente y controlen sus gastos para asegurar la viabilidad de sus emprendimientos.

EL DEBER habló con algunos jóvenes universitarios, estudiantes de comunicación social, que han decidido emprender a la par de mantener sus responsabilidades estudiantiles:

Grecia Sandoval Bauer, fundadora de GREBS, se inspiró en su madre para iniciar su aventura en la repostería.

“Todo lo que sé hoy en día es gracias a ella y los conocimientos que me ha transmitido, cada receta creada con amor y dedicación”, comentó Sandoval.

Grecia utilizó parte del dinero ganado como azafata en la feria de su pueblo para abrir su cafetería en San Ignacio. De esa paga, ella utilizó Bs 500 para comprar ingredientes, gaseosas y así poder empezar. A pesar de los desafíos iniciales, su emprendimiento floreció.

Actualmente, Grecia enfrenta el reto de equilibrar su tiempo entre sus estudios en Santa Cruz de la Sierra y su negocio que también se va expandiendo. La falta de equipamiento y el espacio limitado en casa han sido obstáculos, pero Sandoval continúa ofreciendo sus productos, como fresas con crema y brownies, a sus compañeros universitarios y otros clientes, mostrando así su dedicación y pasión por la repostería.

Lucas Vargas (21), estudiante de comunicación social en la Universidad NUR, decidió emprender su propio negocio mientras continúa con sus estudios. Inspirado por su pasión por la repostería y el apoyo de su madre, lanzó Lookies, un emprendimiento de galletas con chispas de chocolate que vende dentro de su universidad.

El joven emprendedor enfrentó dificultades al ajustar su producción y controlar sus emociones tras el éxito inicial. Al duplicar su producción, no vendió todo, lo que le enseñó a ser más cauteloso en su planificación.

Su consejo para futuros emprendedores apunta: identificar una pasión, hacer sondeos rápidos para entender el mercado y comenzar con pasos pequeños, aprendiendo de los errores. “Estamos en una edad para aprender, probar cosas nuevas y ver los errores como oportunidades de crecimiento”, expresó Vargas.

Camila Tarumani (21), otra joven emprendedora, ha logrado convertir su amor por la moda en un negocio exitoso mientras continúa sus estudios universitarios. Desde pequeña, siempre sintió una profunda fascinación por la moda, y al observar que muchas personas compartían ese interés, decidió que podía transformar esa pasión en una fuente de ingresos. "Me inspiró la idea de crear algo propio, un lugar donde las mujeres puedan encontrar piezas que les hagan sentir seguras y elegantes", comentó Camila.

Su emprendimiento, Mila Shop, se caracteriza por ofrecer prendas básicas y versátiles, ideales para crear un armario cápsula. Tarumani destacó que, aunque la independencia económica es importante, su verdadera motivación fue construir algo desde cero, un negocio que refleje su estilo y valores personales.

Tarumani comenzó su emprendimiento sin una inversión inicial, empezando por revender prendas y calzados. Reinvirtió las ganancias de las primeras ventas para expandir su inventario y, a lo largo del camino, encontró proveedores y personas que la ayudaron a crecer.

Fabiana Chávez, estudiante y emprendedora a tiempo completo, ha demostrado que la juventud no limita el éxito empresarial. Con 22 años, es la creadora de "Odisea", una tienda online de moda y tendencias, inspirada por su deseo de tener algo propio y el ejemplo de mujeres independientes en redes sociales. “Odisea es mi bebé, de la que estoy muy orgullosa y que planeo hacer crecer aún más,” afirmó con entusiasmo.

Sobre los desafíos, ella comentó sobre enfrentar la realidad de administrar su dinero de manera responsable y buscar proveedores confiables, un proceso complicado debido a la inestabilidad económica. Además, también reconoce que la situación actual en Bolivia con la subida del dólar ha hecho que los proveedores aumenten el precio de los productos y ella tenga que subir el precio a sus productos.

Para Chávez, la tecnología ha facilitado su camino emprendedor. El uso de redes sociales y plataformas como TikTok ha sido crucial para el crecimiento de su empresa, permitiéndole alcanzar un público más amplio y conectar con más personas.

Una de las mayores satisfacciones de Fabiana ha sido lograr la independencia financiera a una edad temprana. “Lo mejor de emprender joven es que te vuelves completamente independiente y puedes ver los frutos de tu trabajo. A los 20 años, he logrado comprarme un auto, lo cual es un gran logro,” afirmó con orgullo.

En el futuro, Fabiana planea expandir Odisea y abrir una tienda física. Además, está considerando ofrecer talleres de emprendimiento para mujeres, compartiendo su experiencia y motivación con otras que buscan seguir sus pasos. “Emprender a temprana edad es difícil, pero es muy satisfactorio. Quiero ayudar a otras mujeres a lograr lo mismo o incluso más,” concluyó.