En medio de un debate acalorado sobre la viabilidad económica de los subsidios a los combustibles, el Gobierno ha propuesto un referéndum para que la población decida si se deben eliminar o mantener. Esta decisión, calificada por las autoridades como "muy sensible", requiere del consentimiento de la ciudadanía debido al impacto que podría tener en los bolsillos de los bolivianos.
"La decisión es tan crítica como una intervención médica", afirmó el ministro de Economía, Marcelo Montenegro en entrevista con EL DEBER. "Es como cuando el médico debe cortar un brazo para salvar el cuerpo; se necesita el consentimiento del paciente. De igual manera, la población debe decidir si está dispuesta a aceptar el cambio, conscientes de las consecuencias que esto podría acarrear".
El debate sobre los subsidios ha cobrado relevancia debido a las presiones económicas que enfrenta el país. Según el ministro, el subsidio actual permite que la gasolina en Bolivia se venda a precios significativamente más bajos que en otros países de la región, lo que ha creado oportunidades para el contrabando. "Afuera, la gasolina cuesta 1,20 dólares, mientras que aquí está a medio dólar. Alguien siempre encontrará cómo beneficiarse de esta diferencia", señaló.
La propuesta del referéndum busca dar a los ciudadanos la oportunidad de participar directamente en la solución de este problema. "No es solo una cuestión técnica o burocrática; es un asunto que afecta directamente a la vida cotidiana de la gente", dijo el ministro. "Eliminando el subsidio, no solo reducimos el contrabando, sino que también aseguramos que el combustible y el diésel estén disponibles dentro del país", señaló.
Sin embargo, Montenegro dice que la eliminación del subsidio podría tener repercusiones negativas, especialmente para las familias de menores ingresos. El ministro recordó ejemplos como el de Ecuador, donde la medida no ha sido completamente efectiva debido a la resistencia del sector transporte. "Quitar algo a lo que la gente está acostumbrada es complicado", reflexionó.
En la práctica, el ministro destacó que Bolivia enfrenta desafíos adicionales debido a su extensa frontera, lo que complica el control del contrabando. "El subsidio actual es como un negocio oportunista; algunos pueden estar cantando el himno nacional mientras llevan gasolina a la frontera, sin pensar en las consecuencias para el país", advirtió.
El referéndum, según el Gobierno, es una manera de compartir la responsabilidad con el pueblo, permitiendo que los bolivianos decidan el futuro de esta política económica. "La participación directa del pueblo es crucial para el éxito de esta medida. Es un problema que no se puede resolver solo desde el escritorio del gobierno; debe ser comprendido y aceptado por todos", concluyó el ministro.
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