Entre miércoles y jueves, se incrementaron las filas en los diferentes surtidores de la ciudad de Santa Cruz. Los conductores y choferes del transporte público buscan de forma desesperada diésel y gasolina. En tanto, la estatal YPFB atribuyó el problema a las protestas que ejercen el sector del transporte pesado.

El miércoles, los cisterneros se movilizaron para exigir una reunión con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ante la distribución irregular del combustible, que persiste desde hace ya varias semanas. No obstante, en reiteradas ocasiones la estatal y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) aseguraron que existe un normal abastecimiento del combustible.

Entre la noche del miércoles y la tarde de ayer varios surtidores tenían largas filas de vehículos en busca de gasolina y diésel.

Varios conductores expresaron su frustración ante la falta de gasolina y la incertidumbre sobre cuándo se normalizará la situación.

Una de las personas que hacía fila por más de dos horas comentó: “No nos queda otra que hacer cola”. Otro ciudadano indicó que ya había recorrido varios surtidores sin éxito: “Es el cuarto surtidor que visito, y llevamos como una hora y media, dos horas buscando gasolina”.

 Se levanta la protesta

Según el vicepresidente Nacional de Operaciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Ariel Montaño, la tarde de ayer la planta de hidrocarburos de Palmasola retomó sus actividades con el compromiso de despachar a diario 3 millones de litros de diésel y 2,5 millones de litros de gasolina, luego de lograr un acuerdo con dirigentes de los choferes de cisternas que bloquearon e impidieron desde el miércoles el ingreso y salida de cisternas de combustibles.

Montaño, sostuvo que, inmediatamente se firmó el acuerdo se abrió la planta operadora e ingresaron 150 cisternas para el carguío de diésel y gasolina y su posterior distribución a las estaciones de servicio de Santa Cruz.

“Las cisternas están ingresando y saliendo”, aseguró e informó que se despachará 3 millones de litros de diésel y 2,5 millones de litros de gasolina por día, “para compensar los volúmenes que no se han despachado el miércoles”, indicó Montaño.

En cuanto a la situación legal de Juan Yujra, dirigente del trasporte pesado, aprehendido el miércoles, fue puesto en libertad, pero con medidas sustitutivas, pues fue acusado por los delitos de asociación delictuosa, atentado contra la libertad de trabajo y atentado contra la libertad de servicios.

Yujra podrá defenderse en libertad; sin embargo, la justicia también ordenó como medida restrictiva, que no puede realizar reuniones a 500 metros de la refinería y cerca de los surtidores, una fianza económica. Tampoco puede comunicarse con las personas que testificaron en su contra, además deberá presentarse a firmar cada 60 días.

Ante este escenario, tanto el transporte pesado y los gremialistas indicaron que el malestar continúa y que la marcha multisectorial se realizará el 2 de septiembre.

Jesús Cahuana, ejecutivo de los gremialistas de Bolivia, sostuvo que lo sucedido con Yujra fue un abuso y que su puesta en libertad no cambia los planes de salir a las calles a protestar por la falta de dólares, el encarecimiento del precio de los alimentos y la escasez de diésel.

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