Ruddy Sanguino Suárez/ ECONOMISTA

La situación política en Bolivia refleja una polaridad de dos segmentos de un mismo movimiento político, que es el MAS, llegando a extremos de utilizar los bloqueos de carreteras como medida de presión para lograr sus objetivos. Debemos entender que los bloqueos de carreteras se presentan de forma explícita como una forma de hostigamiento y presión al gobierno central, buscando generar el mayor perjuicio posible a la población boliviana, y cruceña en especial, a pesar de que no tenemos nada que ver con esta pelea política..

Estos bloqueos de carreteras, que ya se han vuelto una cultura para algunos grupos, tienen varios impactos negativos en la economía del país, y ya que no se tienen otras alternativas para transportar las materias primas y productos finales a los centros de producción o de consumo, sea nacionales o internacionales, solo hace falta bloquear algunos puntos estratégicos y se logra restringir la circulación de personas y el desabastecimiento de alimentos, combustibles y otros productos necesarios para la población en las ciudades del país.

Estos bloqueos de carreteras tienen impactos negativos en la economía, entre los cuales se pueden mencionar, el encarecimiento de los insumos, el aumento de los precios (inflación), la disminución del empleo, pérdidas millonarias a diferentes sectores productivos (porque nadie se hace cargo de los daños), afectación a la cadena de suministros y muy especialmente a las exportaciones (con la consecuencia de pérdida de mercados internacionales), entre otros.

Además, estos bloqueos de carreteras afectan también al sector terciario, como el turismo, el comercio y los servicios en las regiones afectadas, pero todo esto lamentablemente no les interesa a los bloqueadores.

La pregunta que salta aquí es ¿a quiénes perjudican más? La respuesta es contundente: afectan a todos, pero precisamente el impacto es mayor sobre los grupos de personas más desfavorecidas y vulnerables de la población, los que tienen menos ingresos económicos, al no tener la posibilidad de usar el modo de transporte aéreo para trasladarse a su destino, por el mayor costo, y por otro lado, el desabastecimiento produce una subida de precios, por lo que tendrán que reducir su consumo, afectando a su bienestar.

Entonces, queda claro que los costos de los bloqueos no se reparten de forma simétrica entre los agentes económicos, por desgracia, el grueso de esos costos va a recaer en los estratos más débiles de la población, que paradójicamente son los que dicen defender las organizaciones políticas que organizan y defienden los bloqueos de carreteras.

En resumen, los bloqueos de carreteras impactan negativamente en la economía al dificultar el transporte de mercancías, encarecer los insumos, afectar la cadena de suministros y generar pérdidas en diversos sectores.